Cuando les dices que pueden convertir cada paso en una oración o en un acto de amor de Dios, se les abren los ojos de alegría y se les ve ganas de hacerlo.
En la parroquia, le ponemos el sello a la credencial y les invitamos a escribir una petición a la Virgen de la Paz. Las peticiones son muy variadas, en las últimas se pide paz para todos los pueblos de la tierra. También hay quien le da gracias por todo, otra espera que su hijo haga más amigos y sea más abierto a la gente y feliz.
Hay uno que pone Happy Life! Y otro pide mucho amor y salud y finalmente (por ahora) hay quien pide personas maravillosas con las que reír.
Hay muchas más peticiones que vamos guardando a ver si dentro de unos años hay alguien que quiera hacer una tesis sobre este tema y sacar algunas conclusiones que nos ayuden a todos.
Hoy pongo una foto de Hilary una hospitaleira en Portugal y otra foto de un grupo de la cofradía de la Amargura de Alcalá de Guadaira (Sevilla).
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