miércoles, 24 de febrero de 2021

Creo firmemente que estas aquí

 



Hace pocos días tuve una conversación con un compañero y me mostré  preocupado porque me parecía que había un ambiente,  en los cristianos que frecuentan las iglesias, de poca fe en la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía.

Mi compañero  que había estado de misionero en América,  era más drástico pues afirmaba que a él le parecía que bastante gente no creía en esa  Presencia Real.

Es algo que se percibe al ver la actitud de muchos que eso parece: que no creen que Jesucristo vivo,  esté  allí oculto.

A mí me parece que ha influido el hecho de omitir los signos de adoración: No se hace la genuflexión como debe ser o se omite, no se arrodillan a la consagración. Al comulgar  muchos no hacen  ninguna reverencia, y todo esto,  hecho durante algún tiempo, influye en la mentalidad de esta verdad de la Presencia  Real. Y todo esto y más,  está escrito y mandado en la ordenación general del  misal romano. No sin motivos.

El papa Benedicto XVI dice en el Sacramentum caritatis nº 40 , que las normas custodian y expresan la fe.


 

La Presencia Real fue una verdad admitida pacíficamente durante los diez primeros  siglos. Nadie  lo dudaba  apoyados en las palabras de Jesús guardadas con amor en el Evangelio: Esto es mi cuerpo,  le dice a los apóstoles en la última cena,  teniendo pan en la mano, o el cáliz,  y luego les confiere esta potestad a los apóstoles con estas otras palabras, Haced esto en memoria mía. Así lo entendió siempre la Iglesia.

Sólo en el s. X lo niega Berengario y hay una gran reacción en toda la iglesia y nacen varias costumbres eucarísticas como mostrar la Hostia y el Cáliz para ser adorado, tocar la campanilla, o incensar, ponerse de rodillas  etc.

El Señor se preocupó de manifestar esa presencia haciendo milagros eucarísticos como el del Cebreiro aquí en Galicia y otros muchos parecidos en todo el mundo, se pueden encontrar en internet.

 Hay una oración preparatoria para preparar la meditación  en donde se dice: Creo firmemente que estás aquí, que me ves y que me oyes, te adoro con profunda reverencia…Está magníficamente expresada la fe de la Iglesia.


 

La presencia de Jesús vivo ha llevado a las magníficas custodias, las procesiones de Corpus, los bellos sagrarios y el recordar esa presencia con la lámpara del sagrario así llamada  que siempre está encendida como  recordándonos que El está  allí.

También hay ahora quien hace la genuflexión bien pausada , o se pone de traje, cuando va a la Iglesia y oros detalles que el amor nos recuerda, y que reafirman esa fe en la Presencia Real, y que son de agradecer.

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