miércoles, 27 de enero de 2016

Hoja de Noticias de S. Cayetano



Noticias
De San Cayetano
Febrero 2016, hoja nº  471
Blog.  parroquiadesancayetano.blogspot.com
Tl. 606 437 442

Llegó febrero
Hay un refrán en Italia que dice: Febraio, corto e amaro. Fácil de traducir. Febrero corto y amargo. Este año es un poco más largo pues tiene 29 días y esperemos que sea más bien dulce que amargo. Al menos tratemos de hacérselo  llevadero a los demás.

Que pasó con la ITV matrimonial
Pues fue muy provechosa  para los que asistieron al menos así me lo dijeron. Fueron pocas parejas, pero ya se sabe que no es fácil a todos el acudir a estas cosas.
El matrimonio y la familia siguen en el punto de mira de la Iglesia y siguen haciéndose congresos y cursos sobre este tema. Hay que hacer familias unidas, abiertas a la vida y participativas en la sociedad y en la Iglesia. Familias cristianas cien por cien.

Cartelera de actividades

·         Los primeros viernes hay comunión para gente enferma o  que no sale de casa. Pueden avisar  o al párroco o  a los padres somascos que  hacemos este trabajo con mucho gusto.
·         Unción de enfermos el 11 de febrero. Para el día de nuestra Señora de Lurdes, día mundial del enfermo, tendremos en la parroquia unción de los enfermos como en hicimos en otros años. A la hora de estar en el hospital  con mayor gravedad, no sabemos que podrá pasar.
Se requiere estar enfermo o mayor y hay que venir confesado o confesar antes en la parroquia. Es bien avisar y apuntarse.

El horario es: día 11, jueves
Hora 5. Preparación : confesiones , explicaciones etc.
A las 6 Santa Misa y después de la homilía la Santa unción en la frente y en la palma de las manos.

·         Domingos de S. José:  todos los domingos de febrero hasta el 19 de marzo
·         Peregrinación de los enfermos a la catedral. Será el día 13 de febrero. Allí   estarán todos los enfermos que quieran, llevados por sus familiares. Presidirá la Misa el Sr. Arzobispo y ganan el Jubileo de la Misericordia.
·         El día 2 la Candelaria.


Misas en S. Cayetano
Día 1.-empieza un novenario por el e.d. de José Manuel Pias López
Dia 2, 3, 4, 5, 6 novenario.
Día 7.- a las 10 novenario y, a las 12,  misa por Carmen Martínez Otero
Días 8 y 9 novenario.
Día 10.-famlia Couto-Suárez. MIÉRCOLES DE CENIZA. CUARESMA.
Día 11.-Lourdes Fernández Presedo
Día 12 a intención de familia Couto y Suárez
Día 13 a las 8 por Ángel y José Luís Fernández  Sueiro

Día 14.-PRIMER DOMINGO DE CUARESMA. A las 10 por parroquia y a las 12 misa por Teresa Mea Raposo.
Día 15 por los difuntos de Aurora y María
Día 16.-Jesús Mujico y Carmen Daviña Rey.
Día 17.-Manuel Gendra Carollo y difuntos de la familia.
Día 18.-Benito Fariña Seren.
Día 19 novenario por José Antonio Vázquez López
Día 20.-novenario a las 8

Dia 21.- DOMINGO 2 DE CUARESMA
a las 10 por Amalia y Manuel Eiras. A las 12 novenario.
 Días 22, 23, 24, 25, 26, 27 novenario

Día 28.-DOMINGO 3 DE CUARESMA : a las 10 por parroquia y a las 12 por José María García Corral.
Dia 29.-Antonio Suárez  Calvo.

ANIVERSARIOS EN FEBRERO
Día 6.- sábado,  a las 17 por José Noya Otero (Pereiras)
Día 13.- a las 17,  2º aniv. De Benedicto Ponte Corral (T. Pastoriza)
Día 20.- a las 17 por Emilio Pombo Boga (Camiño dos Vilares)
Día 27.- a las 17 por José Rua Sánchez (Tambre)


24 horas de oración
Pedido por el Papa, haremos 24 horas de oración del 4 al 5 de marzo pidiendo por las intenciones del Papa. ( la paz en el mundo, la misericordia, los refugiados etc.)

Comenzaremos el  día 4 después de la Misa de 6 y terminará el día  5  a las 8 tarde. Estará todo el día y noche la iglesia abierta.  Podéis apuntaros en las horas que os vengan bien. Espero que como en ocasiones parecidas haya siempre alguien con Jesús intercediendo por el mundo.
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Bautizada para la vida eterna.
Una bonita historia.
La vida cabe en una hora
Las doce de la noche no son horas para llamar por teléfono, es una frontera psicológica que marca el inicio de la preocupación. Sin embargo, para un capellán de hospital es cosa ordinaria, un asunto que no espera demora. Una familia está a punto de dar a luz a su cuarto hijo, es niña y llega con síndrome de Edwards (me tuve que ir a Wikipedia para saber qué me estaban diciendo), una trisomía incompatible con la vida.


 Bajé a paritorio para hablar con los padres. Me dijeron que, si nacía con vida, querían bautizar a su hija María Victoria. Tenían el aspecto de familia corriente, expectante ante la llegada de un nuevo milagro. Según Wikipedia la niña podía vivir unas horas, una semana, quizá un mes, pero no más.

Hablé con una matrona: «Bueno, hay madres que interrumpen el embarazo porque si el bebé llega con esa clase de incompatibilidad prefieren ahorrarse el dolor, en cambio las hay que escogen ver a su hijo». No entendí bien el argumento, porque el sentido común nos dice que cada vida, más allá de la voluntad de los progenitores, llega con afán de seguir adelante, ya le sobrevenga un tiesto en la cabeza con doce años, un ictus a los noventa, o una trisomía que solo les ponga una semana por delante.

Subí a mi habitación avisando de que me llamaran inmediatamente en el momento del parto. María Victoria nació sin llorar, pronunciaba rítmicamente una escasa variedad de hipidos, estaba cetrina, pero era guapa. No tenía las arrugas típicas de los bebés, que ya llegan al mundo lamentándose de un trauma. Tenía las facciones perfectas.

María Victoria llegó a la vida dormida, sugiriendo que por favor no la molestaran. La bauticé sobre el pecho de su madre. Yo era consciente de que era un momento que llevaba en su envés una marca histórica, el niño que ve nevar por primera vez, el pie de Amstrong en la luna, la pulverización de una marca olímpica. Detrás de mí todo el equipo médico estaba quieto y callado, nunca tanto silencio se acercó tanto a una oración. La madre me dijo: «Padre, ¿es consciente de que acaba de bautizar a mi hija para el más allá y no para esta vida?». Y yo me callé, como si estuviera ante el David de Miguel Ángel.

El padre, muy emocionado, besaba a su mujer y a su hija sin ninguna clase de patrón. Llevaron la cama a una habitación aparte para que los padres tuvieran más tranquilidad. Entonces, no sé de dónde, aparecieron los hermanos de María Victoria. La madre les había dicho que muy pronto se iba a ir al Cielo y ellos querían estar allí, con su hermanita. Llegaron con un regalo, flores para la recién nacida, estaban dispuestos a no perderse la fiesta. Eran muy pequeños, de esas edades inciertas con las que uno nunca termina de atinar, no llegaban a los doce pero seguro que pasan de siete. La fueron besando con besos de bienvenida, no se estaban despidiendo, el suyo era un comité de recepción en toda regla. Y pusieron el cuarto patas arriba, se perseguían por aquella habitación de ocho metros cuadrados contando chistes inocentes, se hicieron cientos de fotos… La madre los mandaba callar: «Chicos, que nos van a echar del hospital», y los niños se reían, porque sabían que mamá estaba feliz y no hablaba muy en serio. Y entonces María Victoria se fue al Cielo, solo la madre se dio cuenta de que la niña ya no dormía, había dejado este mundo y sugirió a sus hijos que era hora de marcharse. Los chavales remolonearon, pero se fueron. Empezó un pequeño duelo en los padres, ahora sí eran lágrimas de despedida. Una enfermera se me acercó: «Envidio profundamente a esta familia». En el backstage, llegaron los funcionarios que hablaban de los trámites de la funeraria, de protocolos, papeleos, orden de actuación, pero eso ocurría en el backstage, yo viví otra cosa.

La vida de María Victoria duró una hora exacta, trajo la emoción de su nacimiento, mientras estuvo con vida dio mucho amor a quienes la besamos, y de repente se marchó. Todo estuvo allí muy concentrado, la emoción del parto, esa alegría inesperada de ponerse a vivir, como si viniéramos al mundo polinizados por un misterio profundo, la enfermedad y el momento de la separación. No hace falta decir que es la primera vez que veo el ciclo completo de una vida y quizá parezca extraño, pero aquella noche fue inolvidable. En mis veinte años de sacerdocio nunca se me había hecho un regalo tan inesperado.

Examen de conciencia
Precisamente por ser pecadores, nos cegamos ante nuestros pecados. Satanás quiere hacernos ver que no hay mal en lo que hacemos. Entonces el corazón se endurece, se hace insensible a las exigencias del amor. Por eso es tan importante la conversión del corazón.
"Por eso, como dice el Espíritu Santo: "Si escucháis hoy MI voz, no endurezcáis el corazón... ¡Atención hermanos! Que ninguno de ustedes tenga un corazón malo e incrédulo..." Hb 3.

Dios es un Padre amoroso que nos hace ver el pecado para darnos la gracia del arrepentimiento y perdonarnos. Él nos quiere libres. El demonio no quiere que veamos nuestro pecado. Pero si buscamos el camino de Dios tratará de acusarnos con nuestros pecados para que nos desanimemos y volvamos atrás. Podemos discernir entonces la diferencia. Dios enseña el pecado para liberar y perdonar; el demonio lo esconde pero cuando lo enseña es para que desesperemos. Debemos rechazar enérgicamente estos pensamientos e ir a la confesión con toda confianza en el perdón de Dios. Dios SIEMPRE perdona cuando hay arrepentimiento.
Es muy provechoso hacer examen de conciencia diario y también, con toda humildad, abrirnos a que personas cerca de nosotros nos corrijan. "Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos condenados." (1 Cor. 11, 31)
El examen se hace ante Dios, escuchando su voz en la conciencia.
Preparación para la confesión
Preparación remota: Nos educamos en la fe por el estudio de la Palabra, el Catecismo, lectura de los santos, participación en enseñanzas... La práctica seria de lo que aprendemos. El examen diario de conciencia.
Preparación inmediata: El examen de conciencia antes de confesar. Vamos a un lugar tranquilo, preferiblemente ante el sagrario, para orar. Solo Dios puede iluminar sobre nuestra realidad y darnos los medios para responder a la gracia.
Contemplamos la vida de Jesús y su amor manifiesto en Su Cruz. "Contemplen al que traspasaron" Jn 19:37. ¿Cómo he respondido a tanto amor, a tantas gracias?. Examinamos nuestra vida ante la ley de Dios. Por eso ayuda tener un examen escrito que nos recuerde lo que hemos olvidado.

 Recordamos que no se trata de sugerencias, Dios nos dio MANDAMIENTOS. Romperlos es romper nuestra alianza con Dios y caer en pecado.
No se trata tan solo de enumerar pecados sino de descubrir la actitud torcida del corazón y con DOLOR POR NUESTROS PECADOS, HACER EL FIRME PROPÓSITO DE NO VOLVER A COMETERLOS.
Siempre hay áreas en las que somos más débiles y requieren atención especial pero si comprendemos que Cristo -no la cultura- es la medida, veremos que en todo tenemos mucho que crecer.
La confesión solo puede hacerse ante un sacerdote.




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