La tiendas también enseñan. Esta mañana de domingo pasé al lado
de las tiendas que tienen los marineros en huelga. El fuerte viento tiró con
algunas. Las mejores se mantienen intactas. No sé cómo están por dentro, pero
supongo que habrá de todo.
Esto me hizo comprender la lectura de la Misa del primer capítulo de San Juan en
donde dice que la Palabra, o sea el Hijo, acampó entre nosotros. Puso su tienda
entre nosotros.
Pero ¿Cuál es la tienda de Jesús?
Ciertamente está en la tienda de la reunión que son los templos
de todo el mundo en donde siempre le encontramos, si hay un sacerdote que le deja allí.
Pero ¿hay
alguna tienda especial en donde Él quiera estar?
El niño ya es templo de Dios |
Nos hacemos su tienda el día del bautismo. Un niño bautizado es un niño en donde Dios habita como en un templo.
Entre las tiendas de los humanos, hay tiendas vacías y
tiendas derrumbadas por los vientos del pecado.
Pero también
hay tiendas en donde se le abren las puertas a Jesús. Desde luego que hay que tenerlas
limpias y adornadas. Si pecamos gravemente, el Señor se va. Sería una tienda de
pecado y el pecado termina en muerte.
El demonio se va y el traje de la gracia está preparado |
Si pedimos perdón el Señor vuelve y nos
restaura y, con Él, todo termina en
vida.
Hay que agradecer la conciencia de ser tienda de Dios hecho
hombre. Con Él, aunque haya temporales “nada temo, porque Tú vas conmigo”.
¿Qué será de esas tiendas que llevan años sin Dios?
El año de la misericordia nos dice que hay remedio para esas situaciones, porque Dios mismo ayuda
a poner todo en orden y no hay situación imposible. Sólo hay que abrir las puertas del corazón con sinceridad a Dios que entra con el perdón, que nos da la confesión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario