A diario hay una vigilia en la catedral de Santiago para los
peregrinos que quieren hacer esa vigilia. Se suelen juntar alrededor de unos
20. A veces más. Tienen muy buena disposición de escuchar y rezar. Suelen ser de diversas nacionalidades y
siempre hay alguno que sabe ingles y
traduce para los de habla inglesa.
Este lunes vinieron varios de Ciudad Real. Eran unos 5 y
vienen desde hace unos 37 años. En aquella
ocasión trajeron un niño con síntomas graves de enfermedad y lo llevaron al
abrazo del Apóstol. Le dijeron al niño que pidiera con fuerza su curación y,
cuando llegaron a su población de origen, el niño estaba curado. Desde esa,
vienen todos los años. Contaron esa historia con mucho agradecimiento a
Santiago Apóstol.
Luego una señora de Argentina estaba peregrinando por la
paz; pide la paz para el mundo y extiende
sus manos ofreciendo amistad a todos.
Otra contó que, según con quien se encontrara, se sentía musulmana,
judía, pagana y desde luego católica. Todos hermanos. También Sor Lucia,
vidente de Fátima, en una de las apariciones le dijo a la Virgen que muchos no le creían, entre ellos su propia madre. La Virgen le
contestó: esos también son hijos míos.
Una australiana agradecía sus 47 años de matrimonio
Un señor venía buscando la fe. No cree, pero se le aconsejó
que gritara a Dios. "Si estás ahí háblame".
Una colombiana venía pidiendo por su madre recientemente
fallecida.
Casi todos son jóvenes y viven su experiencia con particular
alegría.
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