Tengo afición de andar en bici a
pesar de mis años. Me ayuda a estar en forma, a respirar aire puro y al mismo
tiempo me divierte.
Por tener esta afición, me fijo
en los ciclistas y me maravillo de algunos que hacen piruetas en la bici. La más
corriente, la que con un movimiento calculado, se ponen sobre la rueda trasera y a
si con una sola rueda se desplaza unos cuantos metros.
He visto también alguno que
conduce sin manos y lo bueno de esto es que no cae y corre como si no hubiera
pasado nada.
Pero ya, lo que me parece el
colmo es lo que hizo un señor en un pueblo que se llama Freixo, que iba
conduciendo su bici por la calzada y al mismo tiempo llevaba abierto el periódico
que leía con atención. Supongo que leía las letras grandes. No creo que cayera pues
iba muy seguro de sí.
Una ultima anécdota, me la conto
un amigo que tiene una bici estática en la que hace su deporte favorito sin
molestar a nadie, en su casa. Pero ocurrió que una noche en que no dormía no se
le ocurrió cosa mejor que hacer ejercicio físico en esa bici a la una de la
madrugada. El caso es que se quedo dormido en la bici, cayó y se rompió varias
costillas.
Eso es como estar dirigiendo el
rosario y quedarse dormido en el cuarto misterio, mientras que los demás esperan
a que despiertes o siguen el rosario por su cuenta.
Desde luego lo más peligroso es
quedarse adormilado o incluso dormido. Corres serios riesgos.
Así es también en la vida
espiritual si dejas de cuidar las pequeñas mortificaciones que es lo que más
mantiene vigilantes, pues entonces sin esas mortificaciones puedes dormirte y
llevarte un buen susto.
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