miércoles, 18 de septiembre de 2024

Reflexión sobre la fiesta de La Gracia

 


 

El tercer domingo de septiembre fue  el día de la Virgen de la Gracia. He visto pasar la procesión por delante de S. Cayetano y luego, a la tarde, pude ir a visitarla a su capilla de S. Silvestre. Le pedí muchas cosas. Iba muy guapa y rodeada de   amigos y admiradores..

Me ha gustado el orden en que  se desarrollaba todo y en la alegría de la gente. Había muchos devotos en largas filas y sin prisas. Algún año  va gente descalza al lado de la Virgen. El ambiente popular es  festivo: gaiteros, cohetes, banda de música, oraciones.

La capilla de acogida  estaba preciosa y, como siempre,  se hizo la bonita ceremonia del patrono de la capilla, S. Silvestre, vestido de fiesta,  que fue a esperar a la Virgen y da la bienvenida y la acompaña hasta la capilla.  

 

 No cabe duda que la Virgen está en el corazón de muchos. Recuerdo a un joven que por casualidad me encontré hace años en Madrid y después de hablar un poco le dije: y que me dices de la Virgen de la Gracia, y, como respuesta, se echó a llorar. 

 

También es un detalle de cariño el que algunos le echen cohetes cuando pasa por delante de sus casas. Cuando lleguen al cielo también los recibirán con cohetes.