domingo, 31 de diciembre de 2017

Eulogio Ferreiro Torreira, sacerdote emérito.




Camelle
Falleció en Santa Comba el 30.12. 17 , era sacerdote emérito de Camelle y  Arou. 

Llevaba en Santa Comba varios años,  en los que atendió a varias parroquias aun estando jubilado, pero tuvo que dejarlo por problemas de movilidad.

Vivía en un piso y últimamente se movía por casa en silla de ruedas. Allí mismo celebraba la Santa Misa   ayudado por un sobrino. Le cuidaba la familia y recibía las visitas de sacerdotes amigos que le entretenían y hacían más llevaderas  las horas.

Contaba muchas historias y anécdotas. Tenía una buena memoria y se acordaba de nombres y cargos de las personas protagonistas de esas historias. Recordaba con cariño los años de Camelle y Arou.
D.  Eulogio en una Misa

 Además tenía objetos  de países exóticos que le traían los marineros de Camelle que andaban embarcados y tocaban en los puertos de todo el mundo. Cada  recuerdo tenía  su propia historia.

El funeral y entierro fue en su tierra, en Santa Comba. Había recibido con devoción  días antes la Unción de enfermos que, sin duda, le confortó y le preparó.

Asistieron al funeral unos 30 sacerdotes y presidió la celebración Mons. Julián Barrio quien reflexionó sobre la muerte diciendo que hay que superar el miedo a la muerte y tener una actitud de vigilancia.

Parroquial de Camelle


 Dijo de D. Eulogio que tenía un carácter noble y que trató de  imitar al buen Pastor. Afirmó que ser sacerdote  es ser amigo del Señor,  e invocó sobre  su persona la misericordia de Dios.



D.Eulogio Ferreiro Torreira, en su casa,  en la silla de ruedas, con el autor de esta reseña.

sábado, 30 de diciembre de 2017

¿A dónde te fuiste amado y me dejaste con gemido?




Estas son palabras de San Juan de la Cruz en su Cántico espiritual.(1)

 En una noche de insomnio las leí y encontré un comentario  en que se decía que cada uno podía interpretar esas palabras como le vinieran bien. Eso me pareció como encontrar en una autopista un área de descanso.

Y me puse a pensar. Primero las interpreté directamente. El alma se queja del Amado (de Dios) como diciendo  ¿en dónde estás? No te veo por ningún lado, me dejaste solo  y no siento tu presencia. Gimo, noto mi soledad…Parece que no me escuchas.

De momento me quedé ahí, pero poco después le di la vuelta, pensando en el Cantar de los cantares en donde se dice: Hijas de Jerusalén, si veis a mi amado decidle que muero de amor. ¿Quién es el amado, Dios o el alma?

Es Dios quien  pregunta y yo soy el amado. También puedo ser el Amado con mayúscula,  pues Dios me ama tanto! Me ama por mí mismo, y Dios me dice ¿a dónde  fuiste? ¿(Adán Donde estás?). Y Dios muere de amor por mi.

Nos escondemos de Dios tantas  veces, y nos escondemos a veces en cosas buenas, como el trabajo o en la diversión o con la radio a toda voz, o poniéndonos los cascos. …Quita los cascos y oye a tu Dios.

Dios está a ver si le hacemos sitio, pero nada.

Y me dejaste. Dejar a Dios es ir hacia la nada, como aquellos cerdos de Gerasa, del Evangelio, corren  hacia el precipicio. Dejamos al Amo y nos entretenemos con las criaturas, con los siervos. Ya no somos totus tuus. Como   Adán vamos  detrás  de lo que nos da la gana,  aunque nos perjudique.

Con gemido. ¿Es Dios o el hombre quien gime?.-Dios gime en la cruz, el hombre en la amargura de la  decepción, como hijo pródigo lejos de casa y hambriento. Se impone el encuentro, la conversión, la vuelta a la gracia de Dios. Dios te espera en la confesión,  para abrazarte.

Al releer estas reflexiones pensé  también en la muerte de un ser querido en la que  hacemos parecida reflexión. Adonde fuiste, donde estás ¿? Y viene a nuestra mente el credo que nos da respuesta: creo en la vida eterna.

 Está en esa Vida eterna, esperamos que estará viendo a Dios cara a cara. El que cree en Mi no morirá para siempre, dijo Jesús. Ahí nos reencotraremos con la  ayuda de Dios.

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(1) ¿ adonde te escondiste Amado,
 y me dejaste con gemido?
como ciervo huiste
habiéndome herido;
sali tras ti
y eras ido.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

La hormiga (Pireta) va a ver belenes.




Pireta se dedicó a ver belenes. Le hacía ilusión adivinar los mensajes que los arquitectos de estos belenes querían enviar.

Le habían dicho,  en las clases del hormiguero, que el catecismo de la Iglesia católica decía que  en la vida de Jesús, todo tenía un significado, y, quería verlo en la realidad.

Así que se armó de imaginación y empezó  a ver estos belenes. Empezó por el Belén del Obradoiro que era una barca y dentro de ella la sagrada familia. Le pareció que era fácil de aplicarlo a la Iglesia que tradicionalmente  se la compara a una barca que atraviesa los mares. Naturalmente al timón están Jesús, María y José. Con ellos no hay problemas.

Otro belén es el de la parroquia de s. Juan, que le llevó tiempo recorrer,  pues hay quien dice que uno de los belenes más largos de Europa, pues abarca una parte lateral del templo y una zona del presbiterio.
 Le gustó a nuestra hormiga que el camino de Belén estubiera  bien señalizado por una cadena de luces que iban indicando el recorrido. Era fácil encontrar la cueva. También vio una cascada de  agua que simboliza la vida y Jesús trae la verdadera vida.

Por último fue a s. Cayetano. La iglesia estaba muy adornada y decorada, obra de unas jóvenes  artistas que le dedicaron varias horas  a esta labor y mucha imaginación. Pusieron en las columnas unas hiedras largas, abundantes, que parecía una cascada verde que caía desde los capiteles. A Pireta le entraron ganas de sacarle unas fotos de recuerdo pues se veía que algo importante anunciaban.

Pasó luego a la expo de belenes y allí se perdía porque no sabía hacia dónde mirar,  porque hay unos 30 y todos, como le dijeron, con  sus historias y mensajes. Pero en este momento ya estaba cansada y lo dejó para otra ocasión.

También dejó para otra ocasión el belén de Paco el belenista de Conxo y el belén de Rogelio , el belenista de Mallou , que los explican muy bien los autores.

Al llegar al hormiguero todas le preguntaban por diversos significados de otras muchas cosas, de la paja, los pañales, la estrella etc.

martes, 26 de diciembre de 2017

Faltan tenores




Tengo un amigo que durante un tiempo repetía: faltan tenores; como si dijese, faltan santos. En otra época repetía a tiempo y destiempo: vuelve el bonete. Era una broma,  porque quien quiera puede usar el bonete, aunque, la verdad,  es que está en desuso casi total.

Ahora,  tal vez habría que decir (gritar): faltan seminaristas.

Acabo de recibir la noticia del fallecimiento de varios sacerdotes en estas semanas. Se fueron a pasar la Navidad en directo, en el Cielo. Son D. Manuel  Silveiro Figueroa, D. Juan  Santos Santorum de quien publiqué una modesta reseña con foto, y ayer falleció D. Celestino López Calvo, párroco emérito de Iria Flavia.  Allí le vi en una ocasión predicando en un funeral.

Está claro que se necesitan seminaristas. Quizá hay que abordar a los jóvenes   con inquietudes  de hacer algo grande con su vida, y proponerles la dedicación al sacerdocio.

 Es una vocación que Dios da, pero hay que ayudar a descubrirla  como lo que es, una entrega a unos planes de Dios en servicio de las comunidades cristianas y, después, de  todos los demás.

Conviene mirar a los jóvenes desde la oración y con esta perspectiva verles como  posibles candidatos. Las parroquias los  necesitan y los quieren.

Pienso que sería bueno llevarles , como ya hacen algunos, a las ordenaciones y también al  velatorio de  un sacerdote. Esto les puede ayudar a discernir.

Termino con unas palabras de Benedicto XVI:
Queridos hermanos y hermanas consagrados, os agradezco vuestro testimonio y os aliento: mirad al futuro con confianza, contando con la fidelidad de Dios, que no nos faltará nunca, y el poder de su gracia, capaz de realizar siempre nuevas maravillas, también en nosotros y con nosotros.

La Nochebuena en la Casa Sacerdotal de Santiago




No sé cómo se pasa la Nochebuena en otras instituciones, pero  en esta Casa, es serena y alegre, con gran esperanza. He estado varias  veces en esta fiesta y en esa noche,  en la casa sacerdotal, disfrutando con esos pozos de historia y sabiduría, los mayores.

Se fueron a sus casas los que tiene facilidades para ir con sus familias y se quedaron los que están solos o no les va la movilidad.

Estuvimos en la cena unos 10,  en una sola mesa y con comida especial,  como corresponde a la fecha. Entre esos 10 estaban  dos sacerdotes jóvenes y los demás ya mayores, cercanos a los 90 años.
A pesar de la edad  había alegría y conversación animada. Se contaron historias edificanes.

 Hacia el final se sugirió el cantar villancicos y vi como aquellos sacerdotes iban afinando su voz y oído y le cantaban al Niño Dios, laeti triunfantes, con alegría y llamando a  adorarlo, venite adoremus. También cantamos un villancico en gallego y en italiano.El famoso Tu scendi dalle stelle.

 Primero había una cierta vacilación pero luego la voz se hizo más  fuerte y entonada. No éramos como Pavarotti  o José Carreras, pero hubo público, las monjas de la casa que los cuidan, y hubo
aplausos.