lunes, 30 de septiembre de 2013

Últimos días del P. Fernando Olmedo , capuchino

IX

Fuera del sagrado recinto- Vida de convento-Asalto y registro  a la casa refugio-¿Qué te decían en la garita de Jesús?-Jesucristo era socialista

Tan graves se pusieron las cosas, según queda relatado en otras páginas de esta obrita; en la última quincena de julio del 36, que a las personas consagradas a Dios en el claustro, les fue de todo pun­to imposible permanecer en él en la zona roja, so pena de morir a manos de los perseguidores de la Religión.

El padre Fernando residía en el convento de Jesús de Madrid, y ya el día 20 tuvo que abandonar la pacífica morada para refugiarse en casa de una devotísima señora, de antemano buscada, en la calle de Lagasca, llamada la caritativa señora doña Carmen Casado, in­signe bienhechora de la Orden Capuchina.

En aquella morada de paz, se reunieron con el padre Fernando, el hermano fray Roberto de Erandio y un aspirante a religioso ca­puchino. Desde el momento de su llegada establecieron una vida verdaderamente conventual, bajo un reglamento acomodado a las circunstancias, pero sin omitir nada de cuanto se practicaba en el convento, excepción de la Santa Misa que el siervo de Dios, bien a pesar suyo, no podía celebrar por carecer de todo para el Santo Sa­crificio. A propósito de esto nos refiere fray Roberto lo siguiente: «Después de muchos rodeos y de no pocas precauciones pude llegar a la calle Lagasca. Me recibieron con mucha caridad, sobre todo el padre Fernando; con él estaba Teófilo, un joven postulante. Al otro día de la llegada ya teníamos hecho el plan de vida. El horario parecido al del convento; más tiempo de oración mental y lectura espiritual. Las pláticas eran sobre la bondad de Dios y su misericor­dia con las almas. Recuerdo y no lo olvidaré mientras viva, las su­blimes comparaciones y ejemplos que ponía. El padre Fernando edi­ficaba a todos par su buen ejemplo y por su caridad. El Santo Rosario y el Víacrucis lo hacíamos con la señora y las criadas.

»Varias veces le dijo el padre a la señora de la casa que no pu­siese tan buena comida, que la guerra podía ser larga; pero la se­ñora, siempre muy optimista, le contestaba que pronto entraría Franco.

»Nosotras creíamos que nadie nos había visto entrar en la casa. Un día, al venir de la compra una de las criadas, le dice el portero:

- Mira, tened cuidado porque cerca de aquí andan los mila­cianos.
»-Y a nosotros, ¿qué nos importa? La señora y la criadas. »-Y los tres frailes que tenéis escondidas.
»Cuando la criada nos contó lo que le dijo el portero nos quedamos muy tristes y pensativos, esperando lo que por fin llegó”.

Se nos ha informado que el día once de agosto, ya tarde, es decir, ­a última hora de la tarde, fue el padre Sixto de Pesquera a visitarlos, pero debió de ser el día anterior, o sea el diez, porque fray Roberto de Erandio no coincide en la relación escrita que desde Venezuela envió y que verbalmente nos ha comunicado en su reciente venida a España, asegurando que es su relación la verdadera, por estar él ­presente. De todos modos el padre Fernando recibió con gran alegría la visita, pues dijo: «Carísimo, qué alegría de verle.» Dijo entonces el padre Fernando al visitante: «Pues nos coge usted meditando y precisamente estábamos pensando en estas cosas: qué grande sería la gracia que Dios nos otorgara si nos hiciera mártires; y el momento no podía ser más propicio, porque ahora los tres estamos dispuestos para ello.» Seguidamente los tres me dijeron que si por acaso  surgiera este feliz augurio, que querían confesarse para estar preparados. Recuerdo que puse algún reparo, porque era tarde., pero ellos insistieron y los confesé. A las cinco de la madrugada del día siguiente suena el teléfono de mi casa, y se puso una de las hijas de la familia de los señores, y luego vino a mi cuarto y me dice: llama su primo.» Entendí la consigna y me puse al teléfono y oí la voz de una sirvienta de la casa donde estaba refugiado el padre Fernando, que me decía: «Procure usted no venir por aquí  esta mañana, porque el enfermo a quien tenía usted que poner la inyección ha muerto.» Comprendí todo el significado de la tragedia, y no insistí más.»

El hermano fray Roberto de Erandio nos ha referido al detalle el registro de la casa, la detención de ellos y su posterior odisea. He aquí sus palabras: «Día 11 de agosto. Por entre las cortinas pude ver que los milicianos en la casa de enfrente, en la misma calle, registran y ponen en desorden todas las cosas. Yo se lo comuniqué inmediatamente al padre Sixto, indicándole del peligro que corríamos y que yo no tenía documentación. El padre Sixto no estaba casa. El padre Fernando se acostó, y no sé por qué en la mesilla de noche había algunos frascos. Serían aproximadamente las dos de la tarde ­cuando se presentó un grupo de guardias y milicianos. En aquel  momento el padre se encontraba en el cuarto de aseo; golpearon fuertemente la puerta y salió el padre. Nos mandaron al recibidor. Apoyados en la pared y con los brazos en alto nos hicieron algunas preguntas. Nos pidieron el dinero, y les entregamos cincuenta pesetas cada uno; lo que nos dio a cada -religioso el padre guardián. Nos pidieron más dinero, y como no teníamos, nos registraron hasta rom­per el bolsillo.

»Parece que al padre Fernando le conocían o les informaron que era sacerdote, porque la furia y los insultos eran para él. Se notaba que los milicianos estaban contentos, aunque aparentaban estar de mal genio. Al padre le hacían muchas preguntas, y contestaba con serenidad y sin miedo. Yo creo que el padre pronto se dio cuenta que a él le buscaban para matarle. A mí me llevaron a una habitación inmediata y poniéndome el revólver en el pecho, me preguntaban por el Superior y por el dinero; pero como no sacaban nada, me llevaron otra vez donde el padre.

»-¿Qué te decían a ti en el confesonario? (garita decían ellos).
»-Yo no puedo decirlo, porque eso es secreto de confesión.
»-Jesucristo fue socialista y andaba descalzo. Quítate las alpar­gatas. El padre se agachaba para quitárselas, y me parece que le dieron un empujón y le decían: «Eso quisieras tú».
>-Y tú, muchacho, ¿qué hacías con los frailes?- le preguntaron al postulante.
>-Yo estaba de refitolero.
>-Y ¿qué es eso?
>Y se marchaban. Mientras tanto, otros milicianos y guardias insultaban a los de la casa y se llevaron la caja de caudales de la señora”.


X

viernes, 27 de septiembre de 2013

No me vacíe la maleta


Hay un colaborador de la  parroquia que pone mucho entusiasmo y alegría en las cosas que se le encomiendan. Lleva así bastante tiempo.

Un día le dije que iba a recompensarle por la labor que hacía a favor de la parroquia, pues yo estaba obligado a ser agradecido. Me miró con mucha atención y, como quien lo tenía bien pensado, me dijo: Así me vacía las maletas. Se refería al dicho popular de que para morirse hay que tener las maletas - del alma -preparadas.

Quería llevar las maletas llenas de obras buenas  y, si yo le recompensaba, se las vaciaba, al menos, en parte.

Me pasó algo parecido con otro colaborador que me había ayudado mucho  y quería recompensarlo un poco con algún regalo en la Navidad. Me dio una respuesta parecida: si me paga me desvirtúa lo  que hago. Es decir,  lo que tiene de virtuoso, lo pierdo.

Desde luego la gloria humana no vale la pena, pronto desaparece, y comprendo que mi colaborador y amigo,  no quisiera el regalo, aunque fuese una muestra de agradecimiento.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La madera de ébano y la santidad


así son los troncos de ébano
Conocí el ébano en una figuritas de un belén de Mozambique que compré en Madrid y ahora forman parte de la colección de belenes. Allí, en Madrid, me explicó un misionero comboniano como cada figura le llevaba al ebanista,  para hacerla,  al menos un mes.
El ébano es un material muy duro, todo él de color negro, que se deja trabajar pero con mucha paciencia y esfuerzo.



Un catequista,  que siempre está pensando cómo atraer a sus niños y como darle explicaciones, me dijo que con la madera de ébano se podía explicar muy bien el proceso de la santidad.
Nosotros somos el ébano, madera noble,  pero dura. Se nos puede trabajar,  pero con paciencia, sin prisas. Cada día un poco. Los adelantos apenas se notan, pero la constancia lo hace todo.


Primero hay que hablarnos del amor que Dios nos tiene y de la Virgen. Luego vienen los deseos de corresponder a tanto amor, tratando de agradar a Dios en algunas cosas.
 Más adelante se entra en conversación con Él. Se empieza por breves jaculatorias y luego ratos de oración. Se van quitando algunas cosas que estorban con la ayuda de la confesión, y , poco a poco, va saliendo la imagen del santo,  que Dios quiere que seamos.
Ese inicio de santo,  puede resistir y permanecer intacto ante los ataques e insinuaciones del demonio, del mundo que atrae tanto y da poco, y , de la carne que va siempre con nosotros y a veces nos traiciona.

Dicho todo esto a favor del ébano, también  hay que recordar las figuras hechas con barro. Un material más fácil de trabajar pero que es frágil ante cualquier golpe o caída.

Una de esas imágenes que vendían
 en las misiones populares
Yo tengo en casa un S. Antonio, grandecito, hermoso, objeto de la devoción de mi madre. Pero es  de barro,  con buena apariencia  gracias a la pintura. 

Simboliza bien la facilidad que todos tenemos en rompernos por el pecado. Podemos llevar años sin que pase nada, pero en un momento dado, quizá en un descuido, podemos rompernos en mil pedazos.

De hecho el S. Antonio de que os hablo, en una ocasión se le rompió la cabeza por el cuello, separándose del cuerpo, quedó descabezado como San Juan Bautista. Le puse pegamento y ahí sigue. Pero hay que mirarlo con cuidado,  pues puede volver a romperse más veces.

El barro también  tiene una bonita cualidad y es que si se pone en manos de un buen Alfarero, puede ser,  no un montón de barro informe,  sino una obra de arte o un objeto que sirve para un oficio que se le quiera dar. Pongo Alfarero con mayúscula,  pensando en el Espíritu Santo que moldea maravillosamente a las almas dóciles a sus impulsos.

Pienso que los humanos somos una bonita  y misteriosa mezcla de barro y ébano. De los dos materiales tenemos parte y podemos aprender de sus cualidades para edificar nuestra santidad a la que estamos llamados,  encontrando el camino de Dios.

Por un lado hay que tener la humildad y el cuidado de saberse barro frágil, y , por otro, hay que dedicar tiempo para edificar una santidad duradera  - como el ébano - siguiendo las instrucciones del Gran Artista que nos va tallando.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Reflexiones desde la bici. Año de la fe



Hace muy poco pasaba en la bici, con un  amigo,  por el camino de Santiago, camino francés. Allí iban otros muchos peregrinos con atuendos de todos los colores y formas. Eran de varias naciones. En el transcurso del camino hablaba con algunos, les preguntaba de donde eran o simplemente les saludaba. Ellos me contestaban y así me enteré que eran de Francia un buen grupo, dos en bici eran de estados Unidos y otros españoles. Con otros no hubo nada de diálogo, los veía y seguía adelante. Es decir con unos tenía encuentro, breve, pero encuentro y con otros simplemente pasaba a su lado.

Cuando alguien confirma
es Cristo quien confirma
Pues así, pensaba mientras le daba a los pedales,   pasa con Dios: puedo  pasar a su lado o puedo encontrarme con Él. Me encuentro,  si le hablo o si Él me habla y yo le escucho. La palabra provoca un encuentro que puede ser de diversa índole e intimidad. Si surge la confianza puede decirse que ya nace una cierta   fe en esa persona.

Con motivo del Año de la Fe están saliendo  magníficos documentos y en general insisten que la fe es un encuentro con Cristo que te  cambia la vida.

Pero ¿cuando ocurre ese encuentro con Cristo, como es?

Pues claramente esos encuentros ocurren en la oración y en los sacramentos. Ahí precisamente.

 En una ocasión cita Jesús a sus discípulos en un monte de Galilea, era la despedida. Pues los que fueron allí le vieron y oyeron y los que fueron a otro sitio o se quedaron en sus casas, nada de nada. Si vas  a ese monte le encuentras,  si no vas no le encuentras.
 Algo parecido pasa con los sacramentos. El Señor nos cita en la oración y en los sacramentos. Si vas ahí y le escuchas o le hablas o miras,  se da el encuentro y se produce ese realidad común entre los dos.

Pelando patatas se puede encontrar a Dios
Pero también te espera Dios  en el trabajo,  en lo pequeño de cada día,  en lo ordinario. Es un encuentro laico, sin estola, en el fondo del corazón desde donde Dios te mira constantemente. 
Por ejemplo si de noche tienes insomnio puedes hacer un acto de fe: creo que estás en mi alma o que estás a la puerta de mi alma y me llamas. Puedes sentir una incomodidad y ofrecerla a Dios como un acto de adoración, un sacrificio.


S. Josemaría Escrivá dice una cosa muy audaz que siempre me llamó la atención: “si no le encuentras en lo corriente de cada día, nunca le encontrarás”.
 Por tanto hay que tratar de encontrarle en lo pequeño de cada día, descubrir ese algo divino que  hay en lo ordinario . Hasta un árbol nos habla,  es palabra de Dios decía Benedicto XVI.
Incluso una patata puede ser ocasión de un encuentro con Dios.



viernes, 20 de septiembre de 2013

Una conversación con consecuencias


En un tanatorio donde se velaba una persona amiga, me encontré con un padre Pasionista. Mayor. En seguida me entendí con él y me hice amigo. 
  Después de charlar de muchas cosas, le pregunté cuál era el carisma de los pasionistas. Me dijo escuetamente que era la pasión del Señor. Que ahí estaba todo. No me dijo mucho más, pero luego estuve pensando o “barrenando” en esa afirmación.

Pensé que también en mi cruz, está todo, toda mi vida.  La cruz de Jesús es señal de su inmenso amor, del amor del Padre y es una explicación del pecado, de su gravedad. Es también una señal de la importancia del hombre y de la salvación…todo está ahí, en la Cruz de Jesús. También  mi cruz tiene mucho más alcance de lo que a primera vista aparece. Está en ella todo lo que yo soy, lo que valoro...
como en la de Jesús.

Conocía a una mujer mayor a la que ya le dolía todo. Cuando le preguntaba qué tal estaba si tenía mucho dolor, en varias ocasiones me contestó: me duele todo, gracias a Dios. Entonces yo la invitaba a sacar almas del purgatorio o a lograr conversiones. Me decía que  ya procuraba hacerlo y así  también su cruz tenía sentido.


El Papa Francisco habla bastante de la Cruz y afirma que “sin la cruz,  la cosa no va”. No puede pensarse  en la salvación sin la  cruz.
S. Pablo de la Cruz
fundador de los pasionistas

La cruz es como una escalera que une la tierra con el Cielo y es el camino para llegar. El mismo Pablo dice: me alegro de sufrir por vosotros. En el por vosotros,  está la alegría y el sentido de la Cruz.

En aquel mismo tanatorio me contaban,  del difunto amigo, que había tenido mucho dolor aunque le daban calmantes fuertes. Eso le llevaba a una oración: Señor sufro mucho, ayúdame a llevar esta cruz,  que yo no puedo. Es un caso de cruz compartida como el Cireneo y Jesús

Hace años estuve con varios sacerdotes en Fátima (Portugal) y pudimos  hablar con el Sr. Obispo que era en aquel entonces  D. Alberto Cosme do Amaral.  Nos contó una anécdota que tiene que ver con el dolor y la cruz. Iba por la explanada de la Basílica un joven haciendo un recorrido hasta la capeliña, de rodillas y sangrando. Esa es una costumbre que aún sigue hoy en día.  Un sacerdote le vio y le dijo que Dios no pedía tanto. Aquel joven miró al sacerdote y le dijo: para lo que yo merezco,  esto no es nada, y siguió su camino. En este caso la cruz tiene un sentido de reparación que también es necesario.


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Oración intensa y extensa

La  iglesia de S. Cayetano el día de Corpus.

Por primera vez  en mi ministerio,  una persona bastante joven me pidió poder estar en el templo 7 horas seguidas después de la misa de las 12 del domingo,   a la que también  estuvo.
Como la conocía de tiempo atrás le dije que sí. Intenté dejarle la llave pero me dijo que no le hacía falta, no padecía de claustrofobia y que cerrara la puerta.  Que volviera a las 7 de la tarde a abrir. Me dijo que tenía una urgente necesidad y que quería  hacer esa oración y estar todo ese tiempo con el Señor. Terminé la Misa y allí la dejé, cerrada la puerta.
A la tarde hacía las 6 me acerqué y abrí para hacer yo la oración y allí estaba en su sitio, pero seguía sin prisas. Yo hice la oración y luego salí a rezar el rosario. Al terminar ya se preparaba para salir y me dijo que salía con paz y contenta. Al día siguiente me escribió un correo electrónico diciendo que me agradecía mucho que le hubiese dejado estar de esa forma en la iglesia y que seguía muy contenta.
Aunque es una petición insólita para una sola persona,  sin embargo he tenido para los que quisieran,  24 horas de oración seguidas, con motivo de mis Bodas de Oro. Siempre hubo gente adorando y una persona en concreto estuvo las 24 horas. Los que iban pasando estaban cuatro o cinco horas de las que salían muy contentos, según luego comentaban. Estar con el Señor es estar con El Amigo.


domingo, 15 de septiembre de 2013

La Virgen de la Gracia va a San Silvestre




Gran número de gente acompañó a la Virgen de la Gracia  durante  más de 4 kilómetros , desde el monasterio de S. Pelayo, pasando por delante de San Cayetano y hasta la capilla de S. Silvestre que estaba muy bien adornada.

Estas primeras fotos son delante de la parroquia de S. Cayetano un poco antes de las 12 horas




Durante el Camino se fue rezando el Rosario con los que rodeaban la imagen.
 En donde echaban cohetes se paraba la imagen hasta que terminaban. 


Alrededor de la imagen iban bastantes devotos  con velas altas y encendidas.  Suelen ser personas que le pidieron un favor a la Virgen y Ella se lo consiguió  y van allí dándole gracias.

Estaba el campo de la fiesta lleno de rosquilleiras y puestos de bebidas y el ambiente era muy cordial.

Predicó el P. Luis García Alcocer que al final se despidió de los vecinos  y presentó al P. Juan  Bermúdez,  nuevo sacerdote somasco que vendrá para esta parroquia. 


La coral que actuó en la S. Misa.
El párroco dio las gracias a ambos y anunció un homenaje al P. Luis que tendrá lugar el día diez de noviembre con una comida fraterna .



Pongo unas fotos de algunos colaboradores en esta gran fiesta de la Virgen.




Los gaiteiros no pueden faltar en una romería

La imagen de S. Silvestre que va a esperar a la Virgen
a un recodo del camino

Hay algo que no va


Esta expresión se la he oído a varias personas: Aquí hay algo que no marcha, algo que no va. Por ejemplo cuando entras en la sala de estar de una casa, de golpe,  ves que es acogedora, te encuentras a gusto. Pero otras veces parece que te echa y no sabes por qué,  es entonces cuando dices aquí algo no marcha. Pero eso mismo pasa con los escaparates de los comercios o con las iglesias e incluso con las personas.

Todo este prólogo es para decir dos preocupaciones mías que se materializan en dos preguntas:

Primera: ¿por qué despiertan tan poco interés las charlas, las conferencias o los retiros espirituales, entre la gran mayoría de los cristianos? Con frecuencia en las parroquias o las diócesis hay actividades que me parecen interesantes, de buenos profesores, de gente preparada, pero pocos asisten a oírles. Podría poner bastantes  ejemplos. ¿Qué es lo que no va?
una conferencia en Madrid

Otra pregunta: ¿por qué no se asocian más los fieles en cofradías o asociaciones?

 Hay asociaciones para todos los gustos, muy variadas en sus actividades y, el asociarse, hasta lo recomendó el concilio Vaticano II a los mismos sacerdotes.

 Hay necesidad de estar en asociaciones que nos ayuden espiritualmente. Pero la gente no se asocia. Salvo algunos que están incluso en varias asociaciones, la gran mayoría pasa olímpicamente. También  en esto hay algo que no marcha, que no va.

Por más que le doy vueltas, no consigo encontrar una respuesta convincente a estas preguntas y desde luego me gustaría poner remedio a esta situación.
Una conferencia en San Miguel dos Agros

 Ya sé que hay curas que llegan a tener grupos de gente asociada y que llenan de feligreses  las  charlas que organizan. Pero  creo que es porque tienen un carisma especial. Conocí  a alguno. Pero pienso en lo común de lo que hay, entre los que me encuentro,  y  que nos quedamos pensativos sin saber a qué atenernos. Sin saber qué es lo que no marcha, para poder corregirlo.

Ya Delibes en su magnífico libro El camino comenta del cura del pueblo, D. José “que era un santo”, que en sus homilías procuraba ser persuasivo, hablaba con claridad y en concreto…pero a los hombres del valle “la misa les parecía bien, pero al sermón le ponían mala cara y fruncían el ceño”. Y en relación con el asociacionismo constata que la gente del valle era obstinadamente individualista, sólo se preocupaba de si misma…

Alguien me ha dicho  que  hay también  un fenómeno que puede tener algo que ver:
 muchos no tienen experiencia de Dios, no experimentaron su perdón, su misericordia, su cercanía y consuelo, el valor de la oración etc y,  entonces,  toda su vida es rutina, no les interesa mejorar,  hasta que llega un momento en que se cansan y lo dejan.

A otra persona que le comenté estas mis preocupaciones me dijo que a la gente hay que decirle lo que necesita, lo que pregunta, responder a sus interrogantes , si le das otra cosa no le interesa.
En fin,  ahí quedan mis preguntas y preocupaciones.



jueves, 12 de septiembre de 2013

La Virgen de Guadalupe en casa, por unos días.

La virgen de Guadalupe procesional está estos días en la iglesia del mismo nombre. Fui a visitarla, estaba sola, con las flores que le pusieron los devotos sostenidas por los  ángeles y por  el Niño. Había en la capilla una hermosa soledad. Allí era fácil hacerle confidencias. Puse en sus manos los problemas y preocupaciones que ahora me acucian.
Imagen procesional en madera
Es una hermosa imagen, alta que casi toca en los balcones cuando la traen en procesión a la capilla. Vino a hombros de jóvenes vigorosos, pues pesa lo suyo y no sirve para las fuerzas de cualquiera.

Cuando la trajeron, desde la Rúa Nueva, le pudimos rezar un rosario algo comentado e incluso le cantamos. Después quedamos en silencio,  a solas con nuestros pensamientos y su presencia.


Cuando pasamos por la calle del Espíritu Santo, estrecha y bien empedrada, desde los balcones las señoras hacía señas con las manos para que les acercaran más la imagen, y , desde allí, le echaban pétalos de flores.

 Querían que los pétalos la tocaran. Eran como besos que rozaban el rostro de María, no eran besos perdidos,  echados al aire. Luego dispararon cohetes que eran como aleluyas que la Virgen escuchaba parada hasta que terminaban.


Este es Ponte Mantible que da nombre a la coral
Tocar la imagen es una costumbre muy arraigada en Galicia . Cuando la imagen ya está tranquila y quieta  en la iglesia, se acercan  hombres y mujeres  que le pasan objetos especialmente  pañuelos que luego besan y guardan como si fuera una reliquia preciada.

Esa costumbre recuerda aquellas jornadas de Jesús en que todos le tocaban porque salia de él una fuerza que los curaba.

La capilla , el día de la Virgen, el ocho de septiembre, estaba con todas las puertas abiertas y llena de devotos. Cantaba la coral Pontemantible, con fuerza y soltura. Bien afinada.

 En la Misa mucho incienso y mucho amor a la Señora. El estandarte lo llevó una vecina del barrio llamada Isolina, con dos amigas que llevaban las cintas. Alegría en todas las caras, también en la de la Virgen.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Las hojas secas


Cuando se  va acercando el otoño se ven muchas hojas secas por los suelos corriendo al albur del viento. Ahora se adelantan un poco a secar y caer y ya aparecen  en el mes de septiembre.

La puerta de S. Cayetano
La hoja seca que es llevada por el viento,  hace pensar en la caducidad de la vida, en lo pronto que se pasa el tiempo de las grandes empresas, pero a mí en esta ocasión me hizo pensar en otras cosas.

Generalmente veía  hojas a la puerta de la iglesia con disgusto.   Tenía que estar siempre  barriendo o pidiendo que, el pobre de turno, se ganase un euro,  dejando limpia la entrada.
 Pero ahora le encontré un simbolismo.

 Las que venciendo todos los obstáculos que le pongo, logran entrar, me parece que son hojas que entran en la iglesia para rezar, que  dan ejemplo a muchos que pasan por delante de  las iglesias y no entran. No  saben que hay alguien que les espera y tal vez tenga algo que decirles.  Desde luego si entran serán bien recibidos y saldrán mejor de lo que entraron.

Hay otras hojas que se quedan a la puerta por más que sople el viento, allí siguen, a un paso de entrar pero, al fin,  no entran.  Se parecen a esas personas que viven bien cerca de las iglesias, a un paso, que podrían entrar en cualquier momento si quisieran, solo les faltaría un empujoncito,  pero no entran, se quedan fuera para que luego les lleve el barrendero divino .

Me gustaría ser una hoja humilde, de esas que dieron oxigeno y sombra y pusieron belleza. Que me dejase llevar por el viento del Espíritu Santo a donde el quiera, a rezar si lo quiere o a adornar el atrio, o las laderas del campo, si le parece mejor.

sábado, 7 de septiembre de 2013

El funeral de D. Diego Fontán

El funeral de D. Diego fue en la iglesia de San Miguel dos Agros. La iglesia estaba llena de fieles, muchos de la Prelatura, y asistieron  más de 20 sacerdotes, amigos del finado. Me consta que alguno por razones de salud no asistió pero le aplicó una misa  por su eterno descanso.
Varias personas, gente sencilla,  me pararon por la calle diciéndome que conocían a D. Diego y que sentían mucho su muerte y  que sentían por él  agradecimiento y afecto. Lamentaban también  no haber asistido al funeral presidido por el Sr. Arzobispo. 
Pongo aquí un resumen de su homilía para que tengan una idea de lo que allí se habló.

Ver a Dios cara a cara
Comenzó, D. Julián,  por citar unas palabras del Credo: "creo en la vida eterna", en donde veremos, dijo,  a Dios cara a cara y habló de la misericordia de Dios y de nuestra actitud también  de misericordia para con los demás.
 Luego añadió:


"La muerte de un ser querido es una pérdida dolorosa para la familia.
 La muerte de D. Diego la viven en la Prelatura y la vivimos en la comunidad diocesana con dolor, con fe y en providencia de Dios.

 Nos queda el recuerdo de su bondadosa dedicación al trabajo pastoral en el ministerio sacerdotal en las distintas misiones que le fueron encomendadas, siguiendo la espiritualidad sacerdotal de San Josemaría...

Tener memoria
Esta tarde, en esta eucaristía, hacemos memoria de Jesucristo que murió y resucitó para nuestra salvación y hacemos memoria de nuestro hermano D. Diego, hombre de gran humanidad y de fina espiritualidad...

 Quiero con vosotros dar gracias a Dios.
 De él nos viene todo don: también nos vino el don de este sacerdote, que acogió la llamada del Señor para vivir el ministerio sacerdotal...


Necesitamos la misericordia
 Con vosotros invoco la misericordia de Dios compasivo, rico en piedad, sobre su historia y sobre su persona. La gracia que Dios ha transmitido por su ministerio sacerdotal, pedimos que se haga fecunda en él para plenitud de su persona, y para santificación última.

El Dios de la paz y de la esperanza sea para todos nosotros fortaleza, pues nada podrá arrancarnos del amor de Dios otorgado en Cristo.
A la misericordia de Dios nos acogemos. Amén".


Después de la comunión tuvo  unas palabras sentidas D. Angel de las Heras, diciendo que ya todo lo había dicho el Sr, Arzobispo y que de D. Diego nos queda la lección de su gran humanidad que refleja la misericordia de Dios.

Panteón en San Pantaleón das Viñas, done está depositado
D. Diego


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viernes, 6 de septiembre de 2013

Vocación del P. Fernando Olmedo

El jueves tuvimos la conferencia esperada del P. Valentin Martín Escalante, también capuchino y residente en Medinaceli (Madrid).
Abrió la sesión el párroco de S. Miguel,  D. Jaime López Ramón, quien introdujo el tema de la vida del religioso  P. Fernando Olmedo animando a que saliéramos todos de la conferencia con ánimo de ser santos.
Merece destacar que estaban en la conferencia varios sacerdotes y también sobrinos  nietos del P. Fernando que al  final se reunieron con el P. Valentín y D. Jaime
Luego habló el P. Valentín con una conferencia  de la que hago hago un resumen.
P. Valentín

Comenzó diciendo que entre los capuchinos hay una costumbre de llamarse por los pueblos de origen, p.e. al p. Fernando le llaman a veces, aún ahora, P. Santiago o Compostela  por ser de Santiago.

 Esto me recordó la misma costumbre, bastante extendida,  que tenemos los curas de llamarnos por las parroquias de las que somos párrocos.

Un momento de la conferencia
Recordó que S. Francisco de Asís vino a Santiago en el año 1214 y que para le próximo año se celebra el centenario al que se espera  al Papa.

Dijo también que Galicia no era terreno capuchino, pero que varios capuchinos famosos predicaron por toda la autonomía. Citó a dos, el beato Diego de Cádiz y el venerable José de Caravantes.
 Hubo un tal Juan de Santiago, natural de esta ciudad, que murió en Sevilla en 1672 y que logró, con su predicación y vida santa, muchas conversiones.

Departiendo con el público al final de la conferencia
La vocación del P. Fernando fue  en el año 1900 y fue debida a hechos fortuitos, en concreto, a una comida que tuvo en Zaragoza camino de Roma en la que estaba un capuchino joven y simpático; después  de aquello,  fue a Roma y ya decidió ser capuchino,  aunque conocía varias espiritualidades, encontrando en esta vocación su camino para entregarse a Dios.

Fue aspirante, novicio, estudiante y al mismo tiempo profesor. Llevaba un horario muy exigente. De hecho  se levantaba a las 4 de la mañana y pasaba todo el día viviendo para los demás. Se da por entero.

Sus cartas transpiran felicidad. Se preocupa de toda su familia y vive el gozo de haber encontrado a Dios.
Es llamado  a Roma  para trabajar de secretario enviando cartas a todo el mundo. Fue hombre de confianza para sus superiores.

Vuelve a Madrid a reponerse y sigue con mucho trabajo. Dirige la revista El Mensajero seráfico en donde escribe muchos artículos y notas. Habla de la muerte como de una puerta que se abre hacia el Cielo. Veía venir el martirio,  que lo vive intensamente.

 Cuando está en una casa particular en previsión de la gran persecución,  ya expulsados del convento, hacía mucha más oración que en el propio convento. De ahí le venía toda su fuerza y su paz.

No es un capuchino atípico, no subió a los púlpitos, pero buscó y llevó a Dios. Vive el espíritu franciscano entregándose plenamente.
Muere heroicamente y con mucha paz,  en Madrid,  fusilado por confesar que era capuchino y sacerdote.

jueves, 5 de septiembre de 2013

El ambiente que había en España a la muerte del P.Fernando

en la iglesia de San Miguel disertó D. José Fernández Lago, profesor y director del ITC, sobre el ambiente que había en España en torno al año 1936 en que fue mártir el P. Fernando Olmedo.
Me limito a poner algún punto de la conferencia a mi modo de ver bien significativo. La legislación  y los hechos (todo resumido) 



Al término de la conferencia
                Todo eso que ha ido sucediendo, y que degeneraría en una persecución religiosa sin precedentes, no llegaría a acontecer sin unas normas gubernativas y legislativas, que predispusieron al pueblo para reaccionar contra la Iglesia. La Constitución de la República, del 9 de diciembre de 1931, había tenido muy en consideración a la Iglesia como enemigo a combatir[1].
                El artículo 14 establece que son de exclusiva competencia del Estado las relaciones entre Iglesia y Estado y el régimen de cultos. El art. 26 señala que todas las confesiones religiosas serán consideradas como Asociaciones sometidas a una ley especial. No auxiliarán económicamente a las Iglesias ni el Estado ni las regiones, provincias o municipios. Una ley especial regulará la total extinción, en un plazo máximo de dos años, del presupuesto del Clero. Quedan disueltas aquellas Órdenes que tengan otro voto especial, de obediencia a autoridad distinta que la legítima del Estado (se refiere al 4º voto de la Compañía de Jesús, de obediencia al Papa). Sus bienes serán nacionalizados y afectados a fines benéficos y docentes. Las demás Órdenes religiosas se someterán a una ley votada por estas Cortes: disolución de las que, por sus actividades, constituyan un peligro para el Estado; las otras, deberán entrar en un Registro especial, dependiente del Ministerio de Justicia. No podrán adquirir ni conservar otros bienes que los que, previa justificación, se destinen a su vivienda o al cumplimiento directo de sus fines. Se les prohíbe ejercer la industria, el comercio y la enseñanza. Han de rendir cuentas cada año al Estado, y sus bienes podrán ser nacionalizados.
           
           El art. 43 establece que la familia está bajo la salvaguardia especial del Estado. El matrimonio… podrá disolverse por mutuo disenso o a petición de cualquiera de los cónyuges, con alegación en este caso de justa causa. Además, no podrá consignarse declaración alguna sobre la legitimidad o ilegitimidad de los nacimientos ni sobre el estado civil de los padres, en las actas de inscripción ni en filiación alguna.
               El art. 44 establece que toda clase de bienes podrá ser objeto de expropiación forzosa por causa de utilidad social, mediante adecuada indemnización, a menos que disponga de otra cosa una ley aprobada por los votos de la mayoría absoluta de las Cortes. Con los mismos requisitos, la propiedad podrá ser socializada.
                
              El art. 70 establece que no podrán ser elegibles ni propuestos para candidatos a Presidente de la República, los militares, los eclesiásticos ni los miembros de familias reales (a pesar de lo que decía el art. 25, que la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas y las creencias religiosas, no podrían ser fundamento de privilegio jurídico: se ve que pueden ser fundamento de “exclusión”).

La Iglesia en los días posteriores al inicio del Alzamiento Nacional

La casi totalidad de los estudiosos consideran que ha habido desde julio del año 1936 una durísima persecución religiosa.
Hay que tener en cuenta, según dice Vicente Cárcel, siguiendo a Jesús Iribarren, que, desde el 1 de enero de 1936 hasta el 18 de julio de ese año, los sacerdotes o religiosos asesinados habían sido tan sólo (¡valga la expresión!) 17. Sin embargo a finales del mes de julio del 36 (a partir del inicio de la guerra civil) las víctimas del clero fueron 861; y de esos días, en el de la fiesta del Apóstol Santiago fueron martirizados 95 sacerdotes seculares. La cifra más elevada se produjo en el mes de agosto, con 2.077 asesinatos, a razón de 70 cada día, entre los cuales hay que incluir a 10 Obispos[1], y entre los religiosos, al Padre Fernando Olmedo.

Vicente Cárcel aporta luz con testimonios de historiadores de diversas épocas. Este autor se detiene en el estudio de las circunstancias de algunas muertes, las acontecidas en la región valenciana, en la que él ha nacido. El titular del apartado 7 del capítulo I de la Cuarta Parte, que denomina “Torturados, violentados, mutilados, quemados vivos”, es suficientemente expresivo[2].


[1] V. Cárcel Ortí, Caídos, Víctimas y Mártires. La Iglesia y la hecatombe de 1936…, p. 377.
[2] V. Cárcel Ortí, Caídos, Víctimas y Mártires. La Iglesia y la hecatombe de 1936…, p. 426; cf 426-439; cf Vicente Cárcel Ortí, Historia de la Iglesia en Valencia, Valencia 1986, II, pp. 804-812.
[

[1] José Francisco Guijarro, Persecución religiosa y guerra civil. La Iglesia en Madrid, 1936-1939…, p. 60.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El P. Fernando Olmedo, un tesoro hasta ahora oculto

Ayer comenzaron las conferencias sobre el P. Fernando Olmedo, en la iglesia de San Miguel dos Agros. Asistió, a dicha presentación y conferencia, el Sr. Arzobispo y el Vicario General de la diócesis, varios sacerdotes y un buen grupo de oyentes.
Presentó las jornadas el párroco D. Jaime López Ramón . Dijo que la parroquia de San Miguel se siente orgullosa de contar con un feligrés beato por  martirio. Hasta ahora, comentaba, era un tesoro escondido que pasó mucho tiempo oculto pero ahora hay que darlo a conocer.
La iglesia de S. Miguel minutos antes del comienzo
del acto

La conferencia corrió a cargo de D Manuel Blanco Rey, sacerdote historiador,  que comenzó con la frase habitual entre los franciscanos: Paz y bien. El tema del que habló fue sobre los 27 primeros años de la vida del P. Fernando que transcurrieron entre Santiago y Pontevedra.
 Nos contó que 4 de sus hermanos fueron bautizados en la iglesia de S. Miguel y otros cinco en la de Sª Salomé, siempre en Santiago.

 Su madre era una mujer de mucho temple y emprendedora educó a sus hijos con la máxima de aquel tiempo, vivida en las familias cristianas,  que prefería verlos muertos antes que pervertidos.


A la izquierda D. Manuel Blanco, al centro D. Jaime López y a la
derecha D. Victor Sz.
En todos sus estudios sacó las notas máximas,  incluso la licenciatura en derecho llevó sobresaliente. Ejerció de abogado en Pontevedra pero por cuestiones de su fina conciencia renuncia a un buen futuro en la obogacía. Comentaba el conferenciante que hubo otros santos que también   renunciaron a su profesión de abogado como San Fidel de Sigmaringa o S. Alfonso María de Ligorio.

Tuvo un gran celo apostólico y por eso estuvo en relación con varias instituciones populares en su época y que llegaron hasta nosotros, como la Orden Tercera, las Conferencias de S.Vicente de Paul, el Círculo católico de Pontevedra y la Adoración Nocturna.

Olmedo se comprometió con estas instituciones por motivos evangélicos. La religión sabida : ilustra, meditada: conforta, y,  practicada: santifica,  era uno de sus principios. Comentaba el conferenciante en relación con las conferencias y los pobres, que Cristo no dijo :socorred a los pobres, pero mandó que los amáramos.
Hizo ejercicios espirituales, después de su viaje a Roma y  descubrió su vocación de capuchino y ya no volvió a casa. Luego escribió cartas de fuego a su familia y  a sus amigos. A la Adoración Nocturna les decía: no dejéis enfriar la AN, ahí hace falta mucho fuego y con media docena de personas encendidas se puede hacer tanto bien en Pontevedra.
Al terminar la conferencia firmó libros que le presentaron, sobre el P Fernando Olmedo,
 que  D.Manuel acaba de publicar.

martes, 3 de septiembre de 2013

Diego Fontán

D. Diego en la sacristía de la Catedral el 26.6.2013
Diego Fontán Sueiro, natural de Estacas (Cuntis), era sacerdote de la Prelatura Opus Dei que estuvo en numerosas labores de apostolado. Falleció, santamente,  en el hospital clínico,  el 3 de septiembre de 2013.

 El hablaba mucho de Murcia en donde estuvo de sacerdote joven y en donde tuvo intensas experiencias apostólicas. Luego  estuvo en Galicia más de 30 años.
 Se le recuerda en Coruña entregado a la labor con sacerdotes de la diócesis y luego en Santiago en donde pasó la mayor parte de su vida.

 Una de sus variadas  labores - aparte de retiros y cursos de retiro a gente muy diversa-  era  confesar en la iglesia de San Fernando en Santiago a la que dedicó muchas horas,  lo mismo en la Catedral y  también en San Miguel dos Agros. Sin duda tenía el carisma de la confesión.

Tenía muchos amigos en Santiago por su gran cariño y espíritu de servicio; cuando iba por la calle se paraba con mucha gente que le apreciaba y siempre tenía una palabra reconfortante para todo el que se le acercaba.

Era muy devoto de la Virgen de Fátima y siempre que podía se escapaba  a Portugal, con algún amigo o alguna  peregrinación,  a disfrutar de la cercanía de María en este santuario famoso en el mundo entero. Siempre estaba dispuesto a ir a rezar por todos. Era algo que le podía.

Conocía muy bien la historia de la Obra por haberla vivido de cerca , especialmente en su estancia en Roma, y, en momentos de intimidad, contaba numerosos detalles de S. Josemaría y de las primeras vocaciones,  a quienes conoció personalmente.

 Que el Señor y la Ssª Virgen  le den el descanso eterno.
Víctor Sz.

Sentí un algo grande interior que no sé expresar en palabras

Hemos tenido reunión con peregrinos en la capilla del Pilar, como otros lunes.

 En esta ocasión eran franceses y españoles de diversas autonomías. No había nadie de habla inglesa.

 Sus testimonios fueron de gozo por hacer el camino y de un algo que  habían sentido pero que no podían expresar con palabras.

 Uno habló de como había aprendido la posibilidad de superarse, de ganar en esfuerzo al caminar y en la vida. Algunos vieron reforzada su fe y otros estaban esperando una mano que les ayudara.

Hubo la posibilidad de hacer peticiones ante la tumba del Apóstol y de renovar la fe sobre la Biblia ante la columna  de la genealogía de Cristo,  en donde  otros antiguos peregrinos  renovaban su fe.

Varios hicieron esta confesión personal de fe. Aquí unas fotos de recuerdo.