jueves, 26 de febrero de 2015

Dos esposos beatificados




Celia Guérin y Luis Martín, padres de  5 hijas religiosas y de 4 hijos que fallecieron en la más tierna infancia. Son  beatos.
 Una de sus hijas es Santa Teresa del Niño Jesús. Doctora y patrona de las misiones.
Fueron beatificados el 19 de octubre de 2008 ante la presencia de unas quince mil personas en Lisieux. El papa Benedicto XVI decidió beatificar a este matrimonio para mostrar a los padres y madres de familia de todo el mundo,  la grandeza de la vida conyugal.

Se conservan muchas cartas de Celia, 218, que han sido publicadas. Se pueden encontrar en un libro de 498 páginas en la editorial Monte Carmelo.
 De Luis Martín en cambio se conservan muy pocas.
Al leer estas cartas se puede ver un  matrimonio santo  no en la teoría sino en la realidad de la vida cotidiana. No he encontrado reflexiones personales sobre el matrimonio pero si vivencias profundas y variadas. No obstante, en una de las cartas a su hermano le da consejos de como puede escoger novia.

Consejos para escoger novia
He encontrado unos consejos que da a su hermano cuando anda buscando novia y Celia le escribe una carta en la que le dice: sigues pensando en la Srtª X. creo que estás loco…tengo una idea fija: te romperás la crisma, porque sólo te fijas en las cosas superficiales: en la hermosura, en la riqueza y no te preocupas por las cualidades que constituyen la felicidad de un marido o por los  defectos que le ocasionan la desolación  o la ruina. Ya sabes que no todo lo que brilla es oro; lo esencial es buscar una auténtica mujer de casa, que no tenga miedo a mancharse las manos trabajando y que no le guste arreglarse más de lo debido, y que sepa educar a sus hijos en el trabajo y en la piedad…(pg.34).

Una familia cristiana
Su vida de familia es la de una familia cristiana. Tiene criterios cristianos que va salpicando aquí y allá en sus cartas. Pongo aquí alguno de esos criterios.

Sobre los hijos
Respecto a los hijos le dice a su cuñada que le gusta pensar que en el mes de agosto tendremos las dos un niño, al menos así lo espero. Pero sea niño o niña, hay que recibir con gratitud lo que Dios nos dé, pues él sabe mejor lo que necesitamos…luego dice que todo el mundo tiene problemas y que lo más sabio y sencillo es conformarse con la voluntad de Dios y prepararse por adelantado a llevar la cruz con el mayor ánimo posible.
Basílica de Lisieux
Se puede decir que en todas sus cartas habla de los hijos, de su salud, de cómo crecen, si son guapos y buenos. Cuando le moría alguno decía que valía la pena todo,  por la felicidad eterna de sus hijos. Además no los perdía para siempre y esperaba volver a verlos en el cielo. Cuenta como cuando le murió el primero,  Dios le demostró en forma sensible que aceptaba su sacrificio y por intercesión de ese angelito he obtenido una gracia muy extraordinaria.
Llega a decir: me gustan los niños con locura, he nacido para tenerlos.

La santidad
Sus hijos son su constante preocupación. Quiere que sean santos. Eso le dice a su querida Paulina en una carta: adiós, querida Paulina, sigue siendo una chica buena y santa, y si todavía no tienes esta última cualidad, procura conseguirla (pg.292). De su hija María dice: espero que será una buena chica, pero quisiera que fuera una santa, lo mismo que tú, Paulina querida. Les busca escuelas cristianas y les evita posibles peligros en fiestas que no confía en su bondad y provecho para las niñas.
También, dice,  ella quiere ser santa…pero no sé por dónde empezar; hay tanto que hacer que me limito a desearlo. Digo muchas veces al día:” ¡Dios mío como desearía ser santa!” Y luego no hago las obras de los santos. Sin embargo ya es hora de que ponga manos a la obra.

interior de  la basílica

Medios para la santidad
La beata Celia pone medios para ser santa: asiste a vísperas con frecuencia, va a las charlas cuaresmales, no falta a Misa ningún domingo y se confiesa con frecuencia.  Rezan el rosario juntos, cuidan la Adoración al Santísimo y la Eucaristia.

 Pertenece a  varias asociaciones,  aunque se lamenta de  que no cumple como debía ser. Hace lectura de vidas de santos que luego cuenta a sus amigas con entusiasmo.
Su trabajo es intenso, no sólo en casa sino que tiene una pequeña industria llamada el punto, con lo que ayuda a la familia y se santifica,  y su marido es un refinado relojero y joyero.

El domingo
Respecto del domingo habla en la carta a su cuñada del 29 de septiembre de 1875, y dice que Dios da las gracias que se le piden, pero a condición de observar escrupulosamente las leyes de la Iglesia sobre el domingo. Y luego dice que,  por lo que a mi respeta, tendré muchísimo cuidado en no comprar nada en domingo. En este sentido, yo so soy tan rigurosa como vosotros y como mi marido: si necesito, por ejemplo, un panecillo  para mis hijas, lo compro.
 Pero con mucha frecuencia admiro el escrúpulo de Luis y me digo a mi misma: ahí tienes a  un hombre que nunca trató de hacer fortuna. Cuando empezó su negocio, su confesor le  decía  que abriese la joyería  los domingos hasta mediodía. No quiso aceptar ese permiso, prefiriendo perder sus  ventas. Y, a pesar de todo, es rico. Ella se  lo atribuye a su  fiel observancia del domingo.

NOTA: Espero escribir una segunda parte a este escrito. Desde luego recomiendo la lectura , con paciencia,
 de este libro de cartas tan interesante.



¿Confesarse con un sacerdote? (responde Mons. Bruno Forte)



Me preguntas entonces: ¿por qué hay que confesar a un sacerdote los propios pecados y no se puede hacer directamente a Dios? 

Ciertamente, uno se dirige siempre a Dios cuando confiesa los propios pecados. Que sea, sin embargo, necesario hacerlo también ante un sacerdote nos lo hace comprender el mismo Dios: al enviar a su Hijo con nuestra carne, demuestra querer encontrarse con nosotros mediante un contacto directo, que pasa a través de los signos y los lenguajes de nuestra condición humana.

 Así como Él ha salido de sí mismo por amor nuestro y ha venido a «tocarnos» con su carne, también nosotros estamos llamados a salir de nosotros mismos por amor suyo e ir con humildad y fe a quien puede darnos el perdón en su nombre con la palabra y con el gesto.

 Sólo la absolución de los pecados que el sacerdote te da en el sacramento puede comunicarte la certeza interior de haber sido verdaderamente perdonado y acogido por el Padre que está en los cielos, porque Cristo ha confiado al ministerio de la Iglesia el poder de atar y desatar, de excluir y de admitir en la comunidad de la alianza (Cf. Mateo 18,17).

 Es Él quien, resucitado de la muerte, ha dicho a los Apóstoles: ««Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Juan 20,22-23). Por lo tanto, confesarse con un sacerdote es muy diferente de hacerlo en el secreto del corazón, expuesto a tantas inseguridades y ambigüedades que llenan la vida y la historia.

 Tu solo no sabrás nunca verdaderamente si quien te ha tocado es la gracia de Dios o tu emoción, si quien te ha perdonado has sido tú o ha sido Él por la vía que Él ha elegido. Absuelto por quien el Señor ha elegido y enviado como ministro del perdón, podrás experimentar la libertad que sólo Dios da y comprenderás por qué confesarse es fuente de paz.





Bruno Forte
Nació en 1949 en Nápoles. Es sacerdote desde 1973 y arzobispo de Chieti-Vasto desde 2004. Estudió en Tubinga y en París. Doctor en teología y filosofía, ha sido profesor de teología dogmática en la Pontificia Facultad teológica de Italia meridional y consultor del Consejo pontificio para la unidad de los cristianos y del Consejo pontificio para el diálogo con los no creyentes.


sábado, 21 de febrero de 2015

Casimiro Valiñas Peleteiro, un cura todo terreno.

Era párroco de Pedre y falleció en Pontevedra,  en el sanatorio. Llevaba semanas internado y recibía la atención médica y espiritual. El día anterior a su fallecimiento había recibido la Sagrada Comunión.

Le conocí cuando él  estaba en Brens y yo estaba de coadjutor en Corcubión. Luego,  comencé de nuevo a  hablar con él en los retiros de Cerdedo a los que asistía siempre e incluso, cuando no podia,  iba a saludar a los compañeros.
Tenía mucho mérito,   pues aunque era mayor (nació en 1928), seguía en activo y hacía planes y  atendía a tres parroquias. Sin embargo no se daba importancia y para él Todo estaba bien, como me comentó  un amigo suyo. Es decir,  estaba en plan de colaborar siempre.

Se llevaba muy bien con todos y de un modo especial con los compañeros sacerdotes. En los retiros se interesaba por todos, daba sus opiniones sobre la pastoral,  pues tenía una gran experiencia y se hacía querer.

Cuando cumplió 50 años de sacerdote le hizo una entrevista la Voz de Galicia en donde, con pocas palabras,  explica muy bien su biografía. Esta es  la entrevista:

  • ROCÍO GARCÍA
     
    A ESTRADA



Casimiro Valiñas lleva 16 años como sacerdote en Pedre, Castro y Tomonde

    ROMÁN GUTIÉRREZ
Hace cincuenta años, Casimiro Valiñas, un joven de la parroquia cerdedense de Santa Eulalia de Castro, iniciaba por estas fechas su carrera como sacerdote.
-¿Recuerda el día de su ordenación?
-Fue un 31 de mayo del año 1952. Nos ordenamos en un congreso eucarístico en Barcelona. Fue impresionante, porque fuimos ordenados a la vez mil sacerdotes de toda España, en el estadio de Montjuic.
-¿Dónde comenzó su carrera como sacerdote?
-Empecé de coadjutor en A Estrada y después estuve en Brens (Cee) hasta el año 67, que empecé a trabajar en la Armada. Estuve en la Marina desde el 67 hasta el año 86.
-¿Qué le animó a hacerse cura castrense?
-Conocía a gente del cuerpo que veraneaba cerca de mi y ahí empezaron las conexiones.
-¿Qué recuerda de aquella etapa?
-Durante aquella época estuve destinado en Ferrol, en Palma de Mallorca, en Madrid y volví de nuevo a Ferrol. Estuve tres años en un barco y dos en un hospital.
-Después volvió a sus orígenes...
-A los 58 años me retiré de la marina y volví a Cerdedo. Aquí soy el mejor párraco y el peor, porque no hay otro. Oficio misas en Castro, Pedre y Tomonde todos los días, pero el día que yo falte, aquí sólo se podrá oficiar misa una vez al mes, y ya sería bastante.
-¿Faltan sacerdotes?
-Ahora hay menos sacerdotes que nunca y esta zona está casi despoblada. En Pedre sólo hay 114 personas...
-¿Qué ha cambiado en el sacerdocio en los últimos cincuenta años?
-Muchas cosas. A principios de los sesenta se celebró el Conciclio Vaticano II. Hasta esa época, las misas se oficiaban en latín. La primera que yo oficié en castellano fue en el año 67, en Cinco Casas, un pueblo de La Mancha dónde yo tenía familia. Fui a pasar allí unos días y oficié mi primera misa en castellano. Pero también cambiaron más cosas. Por ejemplo, el atuendo. Hasta esa época los sacerdotes vestían siempre de sotana, pero la sotana estaba mal vista para salir a la calle y siempre había que poner algo por encima.

Filtros Cartés. Bendición y reflexión.




Me llamaron para bendecir una industria cuyo nombre es Filtros Cartés. Una semana antes fui a ver el sitio y me enseñaron la nave. Pude observar que es una gran nave,  en donde aprovechan  muy bien las alturas.

 Le pedí al encargado, un chico joven  y entusiasta, que me explicara eso de los filtros. Para mí era un mundo nuevo y desconocido. Me dijo que hay filtros para todo y me fue concretando su utilidad para el agua, aceite, aire etc.

 También me explicó que se van mejorando como por ejemplo para que después de usados puedan ser reciclados con facilidad.

Quedé conforme y me dio una cita para bendecir el viernes día 20 de febrero. Cuando llegó el día recibí una llamada del Director General D. Roberto Aldea. Me aseguré que había altavoces y a la hora convenida  me presenté en el  local.

El ambiente era gallego. Estaba un grupo de gaitas que nos entretuvieron la espera, y unos pinchos también de la tierra: pulpo y empanada. Todo a punto.

Cuando llegó el momento de la bendición me ayudó uno de los hijos del Director, subí a un podio e hice la bendición del ritual que es  muy apropiada. La palabra de Dios invitaba a la fraternidad, pero no la comenté. Sólo hice  un pequeño apunte. En cambio. Con el permiso de los presentes, quise hablar de los filtros y la vida de la gente.

 Como el encargado me dijo que había filtros para todo, pensé si  también para  las personas habría filtros.
 Pues sí,  los hay, uno es general aunque lo llevemos grabado en el corazón y son las diez palabras, los diez mandamientos, que nos descubren lo malo de nuestras vidas y podemos desecharlo (con la confesión) y otro filtro es la conciencia que nos avisa constantemente de lo que es bueno o malo y así podremos llevar una vida de calidad, santa.

Estos filtros pueden reciclarse y mejorar.  ¿Cómo? Con la formación, con el estudio y la reflexión y así cumplirán su cometido.

Felicitaciones a esta empresa que viene a dar trabajo y servicio a Galicia. Les deseé éxito  es decir que ganen y que se hagan santos en ese quehacer.

viernes, 20 de febrero de 2015

Iglesia del Pilar: retablo restaurado

La iglesia del Pilar de Santiago , cuenta con un magnífico retablo,  restaurado en 2014.
El retablo se había retirado por las goteras y humedades del presbiterio. Estuvo años, en depósito, en Santo Domingo de Bonaval y ya , pasado el tiempo, en el año 2014 se intentó restaurarlo.

La restauración es moderna, dejando sin poner las piezas que faltaban y por simetría se colocó en su lugar unos adornos sencillos que recuerdan a los originales.

La armazón de madera, en que se encajan las piezas que se conservan,  ocupa totalmente  la pared del presbiterio. Fue obra de Talleres de Arte Granda.

 En esa armazón encajan  cuatro hermosas columnas y otras piezas, y también  imágenes de Santos del antigua retablo, que se conservaron. Se ve perfectamente lo que es original y lo actual.

Quedó un conjunto devoto, agradable a la vista,  en el que destaca bien la Virgen del Pilar a la que está dedicado el templo y tiene un aire de monumentalidad que se lo dan las magníficas columnas barrocas originales. Estas le dan un carácter de grandeza a todo el  conjunto.

 Toda esta  restauración se hizo siendo párroco D. Antonio Vicente Ferreiró

s.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Sor María Inmaculada




rezando ante el coro
Por primera vez asistía al entierro de una religiosa de clausura del convento de las madres Mercedarias.

 Concelebré con varios padres mercedarios,  D. Andrés,  capellán del convento y algunos sacerdotes,  entre los que me  encontraba. Había también familiares de Arzúa y conocidos de las religiosas.

Sor María inmaculada, nos dijo en la homilía el capellán,  llevaba 25 años de vocación en este convento de Santiago, era natural de Arzúa y pasó por diversos encargos a lo largo de este tiempo. 

Destacó por la humildad y espíritu de servicio. Lo grande de esta hermana fue que respondió a la llamada de Dios con amor y generosidad.

Al término de la Misa,  los sacerdotes entramos en clausura.

D.Andrés y D. Jaime
 La difunta estaba en el coro en  un ataúd blanco y que tenía flores blancas en su interior y unas ramas verdes, quizá simbolizando la pureza y la esperanza. La relgiosa estaba con el hábito mercedario.

 Luego fue el entierro en una cripta que está justo debajo del altar mayor. Una religiosa recogió un poco de tierra en una bandeja y se la dio al capellán que extendió encima del ataúd. Mientras se enterraba cantamos la Salve Regina.

 Que Dios la acoja y que pida  por los que quedamos.