viernes, 29 de abril de 2016

La Iglesia y el matrimonio: ¡Atención, frágil!



Desde el comienzo de su pontificado, al Papa Francisco le gusta repetir que “la Iglesia es como un hospital de campaña”. Quizá por eso en el Sínodo sobre la Familia y en la exhortación Amoris laetitia1 basada en sus conclusiones, el debate y la atención mediática se ha centrado en qué hacer con los que han quedado heridos por un fracaso matrimonial.


Toda víctima merece cura y atención. Pero ante los accidentes de tráfico, la solución no está solo en tener buenos hospitales para los heridos, aparte de que otras víctimas habrán ido directamente al cementerio. Lo importante es evitar los accidentes, con una buena formación de los conductores, que enseñe destrezas y evite imprudencias, con la ayuda de unas normas claras de tráfico.
Antes de llegar al capítulo 8 de la exhortación, hay que estudiar atentamente los siete anteriores, que hablan de fortalecer los matrimonios, de cómo cultivar el amor conyugal, de mejorar la preparación al matrimonio…
También, como dice el Papa Francisco en Amoris laetitia, “hoy, más importante que una pastoral de los fracasos es el esfuerzo pastoral para consolidar los matrimonios y así prevenir las rupturas”. Por eso, antes de llegar al capítulo 8 de la exhortación, en el que se habla de cómo reconducir los fracasos, hay que estudiar atentamente los siete anteriores, que hablan de fortalecer los matrimonios en la sociedad actual, de cómo cultivar y hacer crecer el amor conyugal, de mejorar la preparación al matrimonio y el acompañamiento a las jóvenes parejas…. En fin, medicina preventiva.

Mostrar caminos de felicidad

El Papa dice que la Iglesia no debe estar a la defensiva, sino tomar la iniciativa para “mostrar caminos de felicidad”. Y así lo hace en este documento al mostrar la belleza de la concepción cristiana del matrimonio y al comentar los rasgos que deben caracterizar la relación conyugal.
En una sociedad tan individualista como la nuestra, es fácil que se vaya al matrimonio con la idea de mantener un equilibrio entre los intereses de ambas partes, en busca de una gratificación mutua, y que cualquier renuncia se interprete como un abuso. Frente a este planteamiento, el Papa Francisco subraya que optar por el matrimonio “expresa la decisión real y efectiva de convertir dos caminos en un único camino, pase lo que pase y a pesar de cualquier desafío”. De ahí, advierte el Papa, que “una de las causas que llevan a rupturas matrimoniales es tener expectativas demasiado altas sobre la vida conyugal”. Cuando se advierten las inevitables limitaciones, “la solución no es pensar rápida e irresponsablemente en la separación, sino asumir el matrimonio como un camino de maduración, donde cada uno de los cónyuges es un instrumento de Dios para hacer crecer al otro”.
Carece de realismo pensar que ese amor para siempre, que en el fondo todo enamorado desea, pueda crecer y fortalecerse sin el esfuerzo por desarrollar las virtudes que exige la maduración del matrimonio
Esa maduración exige cultivar una serie de actitudes que fortalecen el amor cotidiano. El Papa las va comentando: paciencia, servicio, amabilidad, perdón, disculpa, desprendimiento… Son virtudes que no se improvisan y que, en el momento actual, exigen reforzar la preparación al matrimonio, lo cual ha sido una preocupación central del pasado Sínodo. El amor también madura cuando se abre a los hijos, que no pueden convertirse en extras optativos del proyecto de una pareja.


Algunos dirán que todo esto suena muy bien, pero es poco realista. Sin embargo, lo que realmente carece de realismo es pensar que ese amor para siempre, que en el fondo todo enamorado desea, pueda crecer y fortalecerse sin el esfuerzo por desarrollar estas actitudes. Nuestra sociedad tiene una alta valoración de la vida familiar, espera tal vez demasiado del amor romántico, y es consciente de los problemas que plantea la desestructuración familiar. Sin embargo, cede fácilmente a la fatalidad cuando aparecen las crisis matrimoniales y piensa que cuantos menos obstáculos se pongan a la ruptura, más se favorece la libertad. En realidad, todo esto es causa de mucho dolor y frustraciones, que la Iglesia quisiera evitar aportando ideas y recursos como los que ofrece en este documento.

Un ejercicio de equilibrio

Cuando, a pesar de todo, los casados fracasan en su matrimonio, la Iglesia quiere seguir acompañándolos, también cuando se trata de divorciados vueltos a casar por lo civil. En tales casos, las palabras clave son “acompañar, discernir e integrar”. El Papa no da normas generales para estas situaciones, pues entre los divorciados vueltos a casar hay también situaciones distintas. Se trata de discernir en cada caso su responsabilidad y su modo de participar en la vida de la Iglesia, de la que sigue formando parte.
Todo el capítulo dedicado a “la fragilidad” es un ejercicio de equilibrio, que exigirá una prudencia especial para que no se rompa.
Si la doctrina no cambia, su aplicación debe tener en cuenta las situaciones personales: “de ninguna manera debe renunciar la Iglesia a proponer el ideal pleno del matrimonio”, aunque “hay que acompañar con misericordia y paciencia las etapas posibles de crecimiento de las personas”.
Como estas personas están en situaciones diversas, las consecuencias para su integración son también distintas, y habrá que hacer un discernimiento personal; a la vez, “este discernimiento no podrá prescindir de las exigencias de verdad y de caridad del Evangelio”, evitando el peligro de “pensar que la Iglesia sostiene una doble moral”.
Todo el capítulo dedicado a “la fragilidad” es un ejercicio de equilibrio, que exigirá una prudencia especial para que no se rompa
Sin reducir nunca “las exigencias del Evangelio”, hay que valorar las condiciones concretas en que se encuentran las personas y que quizá no les permiten actuar de manera diferente. Por eso, afirma el Papa, “no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada irregular viven en una situación de pecado mortal”.
De ahí que la ayuda de la Iglesia a esas personas puede ser de distintos modos. El documento nada dice explícitamente del polémico tema de la comunión de los divorciados vueltos a casar, aunque en nota a pie de página se aclara que “en ciertos casos, podría ser también la ayuda de los sacramentos” (nt. 351).
Se trata de integrar a los divorciados vueltos a casar, pero “evitando toda ocasión de escándalo” y el peligro de mensajes equivocados “como la idea de que algún sacerdote puede conceder rápidamente ‘excepciones’”.
Ante estos delicados equilibrios, cabe el riesgo de que la indisolubilidad del matrimonio se vea como un ideal al que hay que tender más que como una norma general. El Papa Francisco comprende a quienes “prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna”. Pero ve a la Iglesia como “una Madre que, al mismo tiempo que expresa su enseñanza objetiva, no renuncia al bien posible”.
Desde luego, no será fácil que los matices de esta enseñanza lleguen a la opinión pública y a los mismos fieles. También porque, como se vio en el desarrollo del Sínodo, entre los propios obispos la coincidencia en la doctrina no evitaba que defendieran opciones pastorales distintas que se notarán en la aplicación de la Amoris laetitia. Este es el riesgo que el Papa ha querido asumir, y que va a poner a prueba la consistencia de la pastoral familiar.

lunes, 25 de abril de 2016

Noticias de S.Cayetano. Mayo.



Noticias
de S. Cayetano
mayo 2016. Hoja nº 474
tl. 606 437 442.

Reina y madre de Misericordia
Este año acudimos a María viéndola como Madre de Misericordia. Nosotros podemos ser malos, pero Dios es bueno y fiel a su amor por nosotros.

 No sé si se nota en la parroquia el Año de la Misericordia, pero  espero que no dejemos todo para el final, pues ese es el típico engaño del demonio. Primero nos dice: aun te queda mucho tiempo,  y nos damos largas, y luego cuando se acaba el tiempo  nos dice,   bueno ahora es demasiado tarde para hacer una confesión  bien hecha. Lo dejamos.

También   tenemos la oportunidad de leer con calma el documento del Papa sobre  La alegría del amor. Es un documento largo, pero se entiende bien y hay que leerlo sin prisas meditando cada párrafo para sacar fruto. Mejor es leerlo directamente que en resúmenes o a  través de comentarios que con frecuencia son interesados. Está en internet,  pero a la venta cuesta 4 €.




50 AÑOS DE VIDA SACERDOTAL DEL P. FEDERICO FAUSONE
DE LOS PP. SOMASCOS

El día 5 de marzo de este año, el P. Federico cumplió 50 años de vida sacerdotal, y
por esta razón toda la comunidad somasca de Meixonfrío, unida a toda nuestra Orden de los Padres Somascos y al mismo P. Federico, da gracias a Dios en este L Aniversario de su Ordenación por el gran don del sacerdocio, por su perseverancia, al mismo tiempo que imploramos del Señor las gracias espirituales y temporales que Él sabe más convenientes para nuestro P. Federico. A esta acción de gracias se une con gusto y agradecimiento nuestra parroquia de S. Cayetano. ¡Felicidades P. Federico!
 
EL P. Federico  nació en Costigliole d'Asti (Italia) el 5 de julio de 1938.
En el año 1956, después de terminar de hacer el Noviciado, emite sus primeros votos temporales. Después fue destinado al Salvador en donde estuvo dos años de prácticas en nuestros centros de enseñanza. Regresa a Italia para realizar sus estudios de Teología, y en el año 1962 emite su Profesión Solemne, y cuatro años más tarde fue ordenado de sacerdote en Roma el día 5 de marzo de 1966. Ese mismo verano fue destinado a España, concretamente a Caldas de Reis (Pontevedra) en donde le nombran Ministro de los seminaristas Somascos, además de dar clase de Latín y Francés.
En el año 1974 es destinado al colegio PP. Somascos de A Guarda, siendo nombrado al año siguiente director del colegio y superior de la comunidad religiosa, desempeñará estos cargos por un período de seis años. Después seguirá en A Guarda como profesor y animador espiritual hasta el año 1985 en el que será destinado a nuestro colegio de Aranjuez, Apóstol Santiago.
Más tarde será enviado aTeià (Barcelona) para ponerse al frente como director de una casa de protección de menores, allí pasará unos años también como superior de la comunidad religiosa. Años más tarde y después de pasar por otras casas somascas en España llega de nuevo a Caldas de Reis como profesor de Francés y coordinador deportivo. Desde esa comunidad atenderá la pastoral de la parroquia de Estacas (Cuntis) después de haber sido nombrado Administrador Parroquial por el Sr. Arzobispo de Santiago. Este cargo lo desempeñó hasta que la salud se lo permitió. 
Desde hace unos años forma parte de la nuestra comunidad de Santiago colaborando, como toda la Comunidad, en la pastoral parroquial de S. Cayetano hasta el mes de agosto del 2014 que contrajo la enfermedad de Parkinson y desde entonces su actividad pastoral se ha visto reducida y su movilidad es muy limitada, pero, gracias a Dios, todavía se va valiendo por sí solo.

El próximo 28 de mayo, sábado, Dios mediante, celebraremos en nuestra iglesia parroquial de S. Cayetano a las 13 h una eucaristía de acción de gracias a la que quedáis todos invitados para acompañar al P. Federico y, junto con él, agradecer al Señor el don del sacerdocio, de la perseverancia y de entrega.
          

Autorretrato de un católico «actual» a punto de morir.
Se trata de una ficción pero con bastante realismo. Espero que nadie se escandalice por lo que aquí se dice.
Termina mi «recorrido hacia atrás»… al final el cura ha venido y me ha dado la unción (no la comunión) y de repente he sentido un toque tremendo en mi conciencia y, balbuceando, he llegado a pensar si habré sido engañado, si me habré dejado engañar por una fe falsificada con apariencia de modernidad…
En la cama del hospital acabo de recibir la noticia de mi inminente fallecimiento. Los médicos procuran que el «trance» sea lo más suave posible y para ello recibo medicación paliativa y estoy bien atendido por las enfermeras. Mis familiares están a punto de venir a despedirse de mí y ,en este tiempo que me queda,  hago memoria de los hitos fundamentales de mi vida como cristiano, que ahora comparto con cierta perplejidad….¿será esta perplejidad un toque a mi conciencia?:
De mi primera comunión recuerdo que fue una jornada muy divertida. Había estado asistiendo dos años a la catequesis preparatoria en un ambiente humanamente afectivo, lo recuerdo muy bien, aunque la verdad es que el día de mi primera comunión no tenía nada claro que era eso de la «galleta» que iba a tomar. Algunas personas trataron de inculcarme la verdad de un Dios hecho hombre que nos quiere, pero a mis 9 años había algunas incoherencias que me llamaban la atención:
- ¿por qué algunos catequistas que nos enseñaban,  no iban a Misa todos los domingos?
- ¿por qué mis padres me dejaban en la Iglesia y durante la Misa se quedaban fuera sin participar de ella?
- ¿por qué me dejaban de llevar a Misa en verano, navidades y puentes….con la excusa de que no había «misa de niños»?
Lo que más recuerdo es que, tras la Misa de ese gran día, recibí montones de regalos y mis padres prepararon una fiesta como si fuera un boda.  Curiosamente uno de los temas de conversación en la sobremesa fue que era una vergüenza tener que haber dado un sobre a la parroquia para los gastos de dos años de catequesis….y mientras tanto ese día se tiró a la basura bastante comida de sobra.
También me chocó bastante que, antes de la comunión, nos llevaron a confesar con el sacerdote, pero claro, como nos inculcaban que, salvo matar y robar, nada era pecado, yo pasé un rato divertido hablando con el cura sobre mis anécdotas en el colegio. Cosas de la vida….unos años después leí que en Fátima la Virgen María enseñó el infierno a tres niños en edad de comunión…y yo imaginaba que sería una «Virgen muy mala».
Recuerdo también como en aquella Misa de primera comunión comulgó casi toda la gente que vino. De mi familia, que casi nadie iba a Misa los domingos, casi todos comulgaron y a ninguno vi rezando tras hacerlo, pero claro, estaban muy pendientes de mí que era el «gran protagonista» de ese día.

Después de esa jornada, ya no volví más a Misa hasta que cumplí la edad de confirmación, con 16 años. La verdad me preguntaba por qué la llaman «primera comunión» a la que no tiene segunda…
Con 16 años acudí a la catequesis de confirmación. Iba un día a la semana, y a Misa no iba, pues ya se me había olvidado como responder y por otra parte me daba «corte» delante de mis amigos eso de ir a Misa un domingo. Iría sólo el día de mi confirmación. En la catequesis descubrí muchas facetas sociales y culturales de la fe católica, había películas, excursiones.
 Me llamó la atención la  firmeza en la fe y la claridad de  pensamiento, de algunos jóvenes, que en el fondo envidiaba, pues yo a mis 16 años ya sabía que todo es relativo y que lo bueno o malo depende de cada uno. 
Además me dijeron en la catequesis que TODOS estamos salvados por la bondad de Dios, y que eso del esfuerzo moral era un atavismo del pasado. Pues me confirmé, hice una gran fiesta…., antes me confesé (aunque no recuerdo ni lo que dije) y al comulgar en esa Misa si tuve un poco de nostalgia de mi primera comunión. Esta era la segunda.


Cuando conocí a la que creía «mujer de mi vida» (también confirmada como yo, pues coincidí con ella en la catequesis), tenía claro que para probar la afinidad había que vivir juntos antes de plantearse una boda, civil o religiosa. Nos fuimos a vivir juntos y, para evitar embarazos no deseados usábamos  medios artificiales. 

Curiosamente yo pensaba, en tiempos no muy lejanos, daba como vergüenza ir a una farmacia a comprar gomitas, y ahora, tan tranquilos…¡qué buena es la modernidad!….y en mi familia notaba que lo veían como algo normal y natural. Y si alguien en casa de mis padres se atrevía a hacer alguna alusión moral a mi situación, ¡pobre de él!…..en fin, recuerdos de mi periodo pre-matrimonial. Pero al final decidimos casarnos y, por supuesto, por la Iglesia.

 Era mucho más bonito que por lo civil y además seguro que así íbamos a recibir más regalos. Acudimos a un cursillo de catequesis junto a otras diez parejas. Casi todas ellas ya convivían antes de casarse. El catequista no dijo nada sobre ello y todos asumimos la idea de que la Iglesia ya había cambiado su doctrina para ajustarse a los tiempos…..¡pues ya era hora!…., es que eso de la «castidad» ha de ser sólo para gente esa del «opus» o similar!

Nos casamos en una alegre ceremonia donde hubo Misa. 

Antes de caer gravemente enfermo tuvimos dos hijos a los que educamos en ausencia total de disciplina y autoridad, ya que las nuevas tendencias pedagógicas así lo aconsejan. La verdad no estoy tan seguro de que lo hiciéramos bien… han salido algo egoístas… de hecho hoy mismo estaban muy ocupados para venir a acompañarme y sólo lo harán ahora que se les ha dicho que mi vida se acaba en poco rato… pues no sé qué pensar.

En este hospital hay un capellán que se ha ofrecido a darme la unción de enfermos y la comunión (sería mi cuarta vez a modo oficial, pues he comulgado otras veces cuando he tenido que ir a Misa por invitaciones a eventos). Sin embargo mis amigos y allegados prefieren que NO venga el sacerdote, que me voy a impresionar, que lo que me hace falta ahora es cariño humano….nada de oraciones y ritos, y menos aún de un cura que les da «mala espina» (viste de clerigman….y en la capilla del hospital le han oído predicar sobre el «pecado»)

Termina mi «recorrido hacia atrás»… al final el cura ha venido y me ha dado la unción (no la comunión) y de repente he sentido un toque tremendo en mi conciencia y, balbuceando, he llegado a pensar si habré sido engañado, si me habré dejado engañar por una fe falsificada con apariencia de modernidad... pero me queda muy poco tiempo... y el cura (el cura vestido de negro que ahora me parece un ángel) me está ayudando a hacer una confesión lo más sincera posible... y mientras llegan mis familiares y ponen cara de desagrado, van a quejarse al médico por la entrada del cura... y la muerte me llega en este momento. Y digo: «Dios mío perdóname», y «Padre, rece por mí». Entro en la eternidad y me encuentro con Dios Verdadero y Justo...
Epílogo: En la Misa de entierro nadie rezó por el fallecido, excepto aquel cura del Hospital que vestía de forma tan rara……
P. Santiago González. Sacerdote de Sevilla
Publicado originalmente en Adelante la Fe

Misas de mayo. Horario: a las 8 tarde, menos los lunes que será a las 7, 30

Día 1.- DOMINGO 6 DE PASCUA: a las 10 por la parroquia y a las 12 por Marina Vieito Pérez.
Día 2.-Difuntos de Ecuador
DÍA 3.-Por afectados del terremoto de Ecuador
DÍA 4.-Marcelino Cuiña Fernádez, Victoria Cuiña González y Amparo González Castiñeiras.
DÍA 5.-Epifanio  Rodríguez Núñez
Día 6.-Luis Botana y su hija Mría del Carmen.
Día 7.-sábado. A las 18 hs. funeral  por Alba Pombo Sende (falleció en Mallorca) son de Celso Emilio Ferreiro. A las 20 hs.  Misa por Carmen Souto Martínez.
Día 8.-domingo de LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. MISA a las 10 por Carmen Rama Reboredo y a las 12 por José Aldrey (Pepe de la imprenta).
Día 9.-Consuelo Fandiño
Día 10.-Manuel Gómez
Dia 11.-Alfredo y Severina
Día 12.-
Día 13.-
Dçia 14.-sábado. San Matias apóstol. A las 17 hs. Aniversario de Antonio Seoane Villar (Mallou). A las 20 por Carmen Souto Martínez.

Día 15.-DOMINGO DE PENTECOSTÉS. A las 10 misa por Ramón González Vidal y a las 12 por difuntos de Aurora y María.
Día 16.- a la Virgen del Carmen
Día 17.-Virgen del Carmen
Día 18.-difuntos de Manuela Sánchez
Día 19.-
Día 20.-
Día 21.-sábado, a las 17 aniversario de María Dolores Casal González (Salgueiriños) y a las 20 hs por José Luis González Cabado.

Día 22.-DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD. A  las 10 misa por Santiago Belenda Fraga y a las 12 por Aurora Corral.
Día 23.-
Día 24.-
Día 25.-Luís Cespón  y Jesús Mujico
Día 26.-
Día 27.-
Día 28.-  a las 13 hs.BODAS DE ORO DEL P. FEDERICO. A ls 17 aniversario de José Golán García (Touro) y las 20 , misa de Acción de gracias a la Virgen de Guadalupe.

Día 29.-DOMINGO. CORPUS CHRISTI.  A las 10 por Cándido Calvo  Varela y  a las 12 por José Chico Cabo.
Día 30.-
Día 31.-







domingo, 24 de abril de 2016

Ecuador y San Cayetano

En las misas de San Cayetano y en la que tenemos en Guadalupe para los del Camino neocatecumenal, hemos tenido presente a los ecuatorianos que acaban de sufrir uno de los mayores terremotos de su historia.

 Sobre el altar teníamos a la Virgen de las Alas que se  venera  en Quito y que nos han regalado unos ecuatorianos. Son unas imágenes muy bonitas y  de valor. Son una buena copia del original.

La Virgen con Alas es la única que yo conozco en el mundo y recuerda lo que dice el Apocalipsis de la mujer vestida de sol que le dan alas del águila grande para que huya al desierto y se defienda del gran dragón.

Además de esto,  una señora de la parroquia pagó dos misas para ofrecer una  por los fallecidos en el terremoto y otra por los que sufren las consecuencis del mismo.


Nos sentimos unidos a estos hermanos que sufren y a los ecuatorianos que están por  todo el mundo.

jueves, 21 de abril de 2016

PARA NOVIOS

 Nueve consejos del Papa para preparar el día de la boda y que presentamos a continuación:

1. No se concentren en las invitaciones, el vestido o la fiesta
El Papa pide no concentrarse en los innumerables detalles que consumen presupuesto y energías, porque llegarán cansados al casamiento en vez de dedicar sus mejores fuerzas a prepararse como pareja para este gran paso. “Esta mentalidad se refleja también en algunas uniones de hecho que nunca llegan al casamiento porque piensan en festejos demasiado costosos, en lugar de dar prioridad al amor mutuo y a su formalización ante los demás”.

2. Opten por un festejo austero y sencillo
Tengan “la valentía de ser diferentes” y no se dejen devorar “por la sociedad del consumo y de la apariencia”, pues lo que importa es el amor que los une, “fortalecido y santificado por la gracia”. Opten por un festejo austero y sencillo, para colocar el amor por encima de todo.

3. Lo más importante es el sacramento y el consentimiento
Prepárense para vivir con mucha hondura la celebración litúrgica y percibir el peso teológico y espiritual del consentimiento al momento de casarse. Las palabras que dirán no se reducen al presente, sino que “implican una totalidad que incluye el futuro: ‘hasta que la muerte los separe’”.

4. Den valor y peso a la promesa que harán
El Papa recuerda que el sentido del consentimiento muestra que “libertad y fidelidad no se oponen, más bien se sostienen mutuamente”. Piensen en los daños que producen las promesas incumplidas. “El honor de la palabra dada, la fidelidad a la promesa, no se pueden comprar ni vender. No se pueden imponer con la fuerza, pero tampoco custodiar sin sacrificio”.

5. Recuerden que estarán abiertos a la vida
Recuerden que un compromiso tan grande como el que expresa el consentimiento matrimonial y la unión de los cuerpos que consuma el matrimonio, cuando se trata de dos bautizados, sólo pueden interpretarse como signos del amor del Hijo de Dios hecho carne y unido con su Iglesia en alianza de amor. Así, “el significado procreativo de la sexualidad, el lenguaje del cuerpo, y los gestos de amor vividos en la historia de un matrimonio, se convierten en una ininterrumpida continuidad del lenguaje litúrgico y la vida conyugal viene a ser, en algún sentido, liturgia”.

6. El matrimonio no es de un día, dura toda la vida
Tengan presente que el sacramento que celebrarán “no es sólo un momento que luego pasa a formar parte del pasado y de los recuerdos”, sino que “ejerce su influencia sobre toda la vida matrimonial, de manera permanente”.

7. Recen antes de casarse
Lleguen al casamiento luego de haber orado juntos, “el uno por el otro, pidiendo ayuda a Dios para ser fieles y generosos”, preguntándole juntos a Dios qué es lo que espera de ustedes.

8. La boda es una ocasión de anunciar el Evangelio
Recuerden que Jesús inició sus milagros en las bodas de Caná: “el vino bueno del milagro del Señor, que anima el nacimiento de una nueva familia, es el vino nuevo de la Alianza de Cristo con los hombres y mujeres de todos los tiempos”. Por tanto, el día de su boda será “una ocasión imperdible para anunciar el Evangelio de Cristo”.

9. Consagren su matrimonio a la Virgen María
El Papa también sugiere a los novios iniciar su vida matrimonial consagrando su amor ante una imagen de la Virgen María.




FE EN IMÁGENES (Parte II).





Hace pocas semanas publiqué un artículo que hacía referencia a mis experiencias pastorales de verano en zonas rurales de mi país Ecuador.

Aquella última vez hablé del Bautismo, de la Penitencia y del Espíritu Santo utilizando imágenes y figuras que pretenden poner al alcance de cualquier persona los misterios de la fe de una forma simple y agradable.

Hoy quiero dedicar unas líneas a la Eucaristía y de la Unción de los enfermos.

v  Eucaristía.

Cuando tenía 20 años ingresé en el Seminario Mayor para ser sacerdote. Recuerdo claramente que hice imprimir una foto muy bonita de mi familia y la puse en un cuadro y la llevé conmigo. Cada día antes de dormir miraba la foto, los recordaba y rezaba por cada uno de ellos. Era una forma de “sentirlos conmigo”.
Hace tres años me pidieron venir a España para terminar mis estudios teológicos. Lo primero que pensé es que por nada del mundo iba a viajar sin aquella fotografía de mi familia. Hoy está conmigo, y sigo haciendo lo mismo que cuando estaba en Guayaquil. Los miro y los siento cerca, los siento conmigo.


Para mí esto es la Eucaristía. Cristo se ha quedado ahí por nosotros. Y no solo para que lo “sintamos” con nosotros. Él verdaderamente está aquí, presente, cercano. Si el mirar la fotografía familiar causaba en mí tal sensación de cercanía, ¡Cuánto más viva es esta cercanía con Cristo! No es solo un recuerdo, es una realidad. Él está presente, él está conmigo. Lo puedo ver, tocar, comer, hablarle.

Por esto no debemos perder nunca la oportunidad de ir a la Iglesia para participar de la Santa Misa o para hacer un rato de oración frente al sagrario. Si un cuadro familiar es capaz de hacernos sentir con las personas amadas, la Eucaristía nos hace llegar el Amor de aquel Dios que no ha querido apartarse de nosotros ni siquiera un segundo.


v  Unción de los enfermos.

He contado ya que hace tres años llegué a España. Para poder entrar en este país tuve que conseguir una serie de requisitos. Entre estos, los más importantes son el Visado y el Pasaporte. Sin estos me hubiese sido imposible pasar Migración en el aeropuerto de Madrid. Una vez que aquel hombre de la Policía revisaba mi pasaporte y ,dentro de él, el visado respectivo de estudiante,  me dejaba pasar.


Algo parecido podemos decir que pasa con la Unción de los enfermos. Cuando queremos viajar a la Patria Celestial debemos tener ciertos “requisitos” para poder ingresar. Y así como yo decía que eran de gran importancia el Pasaporte y el Visado; en este caso es importante limpiar el alma con la Penitencia, ser consolado con la Santa Unción y recibir el Viático como alimento necesario para el camino hacia el Cielo.

 Recibiendo estos “requisitos espirituales indispensables” podremos llegar a la “Migración del Reino de los Cielos”. Ahí san Pedro que estará como un hombre de la Policía en la puerta, nos dejará entrar a gozar eternamente de Dios.