sábado, 31 de enero de 2015

Querer a los demás


 Hoy todos los sacerdotes hemos leído, en el ofico de las horas,  esta carta de S. Juan Bosco apóstol de la juventud, que nos sirve para todos. Me parece que tiene mucho interés lo que dice.

 De las cartas de san Juan Bosco, presbítero
(Epistolario, Turín 1959, 4, 201-203)

TRABAJÉ SIEMPRE CON AMOR

Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene ante todo que nunca olvidéis que hacéis las veces de padres de nuestros amados jóvenes, por quienes trabajé siempre con amor, por quienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo, sino toda la Congregación salesiana.

¡Cuántas veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he tenido ocasión de convencerme de esta gran verdad! Es más fácil enojarse que aguantar, amenazar al niño que persuadirlo; añadiré incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a la vez.


Su madré le ayudó en la devoción a María

Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos, caridad que con frecuencia los llevaba a derramar lágrimas y a suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y rebeldes a su amor.

Guardaos de que nadie pueda pensar que os dejáis llevar por los arranques de vuestro espíritu. Es difícil, al castigar, conservar la debida moderación, la cual es necesaria para que en nadie pueda surgir la duda de que obramos sólo para hacer prevalecer nuestra autoridad o para desahogar nuestro mal humor.

Miremos como a hijos a aquellos sobre los cuales debemos ejercer alguna autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual vino para obedecer y no para mandar, y avergoncémonos de todo lo que pueda tener incluso apariencia de dominio; si algún dominio ejercemos sobre ellos, ha de ser para servirlos mejor.

Éste era el modo de obrar de Jesús con los apóstoles, ya que era paciente con ellos, a pesar de que eran ignorantes y rudos, e incluso poco fieles; también con los pecadores se comportaba con benignidad y con una amigable familiaridad, de tal modo que era motivo de admiración para unos, de escándalo para otros, pero también ocasión de que muchos concibieran la esperanza de alcanzar el perdón de Dios. Por esto nos mandó que fuésemos mansos y humildes de corazón.

Son hijos nuestros, y por esto, cuando corrijamos sus errores, hemos de deponer toda ira o, por lo menos, dominarla de tal manera como si la hubiéramos extinguido totalmente.

Mantengamos sereno nuestro espíritu, evitemos el desprecio en la mirada, las palabras hirientes; tengamos comprensión en el presente y esperanza en el futuro, como conviene a unos padres de verdad, que se preocupan sinceramente de la corrección y enmienda de sus hijos.



En los casos más graves, es mejor rogar a Dios con humildad que arrojar un torrente de palabras, ya que éstas ofenden a los que las escuchan, sin que sirvan de provecho alguno a los culpables.

jueves, 29 de enero de 2015

El Niño del ramillete en la Virgen de la Paz




La Virgen de la Paz de S. Cayetano va teniendo historia. Es una virgen procesional cuya madera fue regalada por Antonio García Casas a principio de siglo(XX), el escultor fue Picón de S. Lázaro, tiene unos pendientes regalo de Dolores Suárez Moure

. Delante de ella rezó mucha gente y tengo constancia de una persona que se convirtió al contemplarla. 

  Está de fiesta el 24 de enero  y ,  en la novena, solemos ponerla en lugar destacado.
Hace un par de años unos jóvenes, tal vez enamorados,  le regalaron una cadena de plata bastante gruesa, con una pequeña placa. Ellos mismo se la colocaron. No me lo dijeron, pero todo hace pensar que fue una promesa que en ese día cumplieron. Allí sigue.
Este año,  el Niño apareció un buen día con un ramillete de flores muy pequeñas en la mano, como ofreciéndoselas a la Madre con alegría. Son flores blancas que hay que verlas de cerca. Quizá eso fue realidad en la vida de Jesús aunque los evangelios no nos digan nada
. No me extrañaría nada que Jesús, siendo niño, recogiera  florecitas por los alrededores de la casa de Nazaret,  y se las llevara a la Virgen, con le entusiasmo y la generosidad con que lo hacen los niños. Supongo también que a S. José se le caería la baba de contento.

La imagen del ramillete de flores expresa muy bien cómo ha de ser nuestro trato con la Virgen: cada día una pequeña composición de cosas pequeñas (miradas a sus imágenes, jaculatorias, aguantar un poco la sed etc.) hechas con amor a María.
 Ese mismo trato podemos tener con Jesús en la Misa. No ir con las manos vacías a estar con el que lo ha dado todo. Llevar algo,  aunque sea un pequeño ramillete de cosas pequeñas hechas con amor durante el día.

Me gustó la pronta determinación



Dando un retiro
Estaba dando un retiro a sacerdotes en una de las zonas más montañosas de la Diócesis, por algo le llaman Tierra de Montes,  y aun casi no había empezado con la meditación,  cuando le sonó el teléfono a uno de los sacerdotes que estaba allí. Salió fuera del local en donde estábamos y al poco rato regresó. Interrumpió la meditación y dijo que uno de los sacerdotes de la zona (dijo el nombre), un señor anciano, había sido ingresado en el hospital y estaba en la UCI. Él se iba a visitarlo. No lo pensó dos veces. Alguien le comentó que era una buena idea pues lo que se haría por un hermano hay que hacerlo por un compañero que también es hermano.
Me  gustó mucho la pronta determinación de acercarse a verlo. No sabíamos si realmente era necesario, pero en caso de duda hay que acudir con prontitud y ofrecerse a ayudar,  sobre todo espiritualmente.
Al cabo de dos horas llegó de vuelta trayendo la noticia de que iba mejor y que pronto lo llevarían a la planta.
Este sacerdote enfermo es muy querido pues  aparte de ser mayor es  muy de comunión con los demás. Tengo visto en una ocasión que no pudo ir al retiro sin embargo tuvo el detalle de acercarse a la hora de la comida a saludar a todos que estábamos esperando para comer.
De reaccionar rápido nunca nos arrepentiremos, en cambio, el posponer una gestión tiene el riesgo  que lleguemos tarde, o de olvidarnos y no ir. En estos casos hay que decir que cualquier hora es buena para llamar y avisar a quien corresponda de la situación de un enfermo. Al  mismo tiempo,  es una prueba de confianza cuando nos llaman.

martes, 27 de enero de 2015

CÓMO APROVECHAR MEJOR LA MISA




1. ¿Cómo aprovechar mejor la misa? 

Rezar. Estar en ambiento de oración. Presentar junto con Cristo los sacrificios de cada día, llevar como un pequeño ramillete, recogido del trabajo ordinario. Intentar acompañar a Jesús en su entrega realizando con El las cuatro acciones de :  Adorar,  dar gracias a Dios, suplicar beneficios y perdón. 


2. ¿Algunos ejemplos? Cada persona buscará el modo que más le ayude. Por ejemplo:
  • En el inicio de la misa se puede fomentar el arrepentimiento, el deseo de purificar el alma para asistir más dignamente al santo sacrificio de la misa. Puede hacerse al rezar "por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa"; y al decir "Señor, ten piedad; Cristo, ten piedad; Señor, ten piedad".
  • En la lectura del evangelio es posible memorizar alguna frase para luego repetirla o meditarla durante ese día.
  • En la presentación del pan y el vino, mientras se dice "por este pan fruto de la tierra y del trabajo del hombre..." se puede añadir interiormente los sufrimientos, el trabajo, y las obras buenas que uno desea ofrecer a Dios junto al sacrificio de Cristo.
  • Un buen momento para adorar a Dios es repetir atentamente "Santo, Santo, Santo", uniéndose a las alabanzas de los ángeles
  • En la consagración, mientras el sacerdote eleva el Cuerpo de Cristo puede decirse "Señor mío y Dios mío" (el acto de fe del apóstol Tomás). Y se puede rogar a Dios un aumento de fe, esperanza, caridad, castidad, alegría, paz y otras virtudes que uno desee adquirir.
  • Cuando el sacerdote se arrodilla, se puede rezar: "te adoro con devoción, Dios escondido", según un himno de Sto. Tomás de Aquino. Y como el Señor acaba de llegar, irá bien decirle: "Bienvenido al Altar" u otras frases amables. 
  • seguir la liturgia, aceptando interiormente las oraciones que dice el sacerdote, o poner el énfasis, como  rubricando,  en el Amen.
  • Conforme se acerca el momento de comulgar, ya en la fila,  pueden repetirse interiormente algunas Comuniones espirituales, fomentando el deseo de recibir mejor al Señor , o hacer actos de fe: creo que estás aquí, que me ves.
  • Después de comulgar será el mejor momento de hablar con Dios interiormente, agradeciéndole mucho que se haya dignado venir a nuestra alma y ofrecerse con El por toda la humanidad.


sábado, 24 de enero de 2015

Sínodo en S. Cayetano:el domingo y la Eucaristía





Está muy bien explicado, en el folleto Cuaderno II, ficha 4:  lo que es el domingo para muchos y lo que debiera ser.
Hay variadas opiniones, en los grupos de Sínodo de la parroquia,  en cuanto al aprovechamiento de los que van a Misa habitualmente. Se cree que hay algún encuentro con Cristo y con la comunidad, pero no al máximo. Se piensa que el encuentro con Cristo ha de proceder de una anterior experiencia de oración. Si vivimos bien la Misa luego se verá en la sociedad. Todos influimos, desde el sacerdote al niño pequeño.

Piensan algunos que hay falta de una buena formación litúrgica y sugieren:

1.-hacer una buena monición de entrada que les ayude a entender la Misa, variando según los días y tiempos. Explicando también los colores, las flores, la decoración  etc. y los tiempos litúrgicos. Algo de ensayo de cantos, aprovechando para explicar la letra.
2.-que sepan lo que están haciendo. Si no saben lo que es la consagración no hay que extrañarse  que no se arrodillen o que la vean con indiferencia.
3.-añadir pequeñas explicaciones, donde está permitido,  como si fueran subtítulos, que ayuden a vivir cada parte la Misa y no sólo la predicación.
4.- en donde no saben las respuestas,  que las diga  el mismo sacerdote,  alto y despacio para que las vayan aprendiendo.
5.-cuidar la propia celebración: el lector que lea bien: pausas y silencios.

6.-reuniones con padres para que ellos también transmitan a sus hijos. Los mayores tienen que pensar en los que  vienen detrás.

La Misa tiene valor porque confesamos públicamente la fe, se alimenta el espíritu, si te apartas quedas a la deriva, la comunidad te ayuda a vivir la Misa con el ejemplo  que da. Se cargan las pilas, dicen algunos. Dios da su gracia.
En cuanto a la vida comunitaria hay de todo. Algunos van a los suyo y no se relacionan con nadie, otros en cambio se saludan al salir o quedan de conversación.
Poco hemos hablado de los que ya no van aunque sean cristianos. Pero pensamos que hay que contagiarles el amor y la fe en la Misa. Ser cristiano es creer en la Eucaristía.

jueves, 22 de enero de 2015

La cremación




Veamos las enseñanzas de  la Iglesia  respecto a esta cuestión de la cremación que se está introduciendo en  algunos lugares. Eh aquí algunas ideas para que cada uno las piense.

Lo que dice la Congregación para el culto divino en el Directorio sobre la piedad popular y la liturgia:

254. Separándose del sentido de la momificación, del embalsamamiento o de la cremación, en las que se esconde, quizá, la idea de que la muerte significa la destrucción total del hombre, la piedad cristiana ha asumido, como forma de sepultura de los fieles, la inhumación.
Basilica del Santo Sepulcro
 Por una parte, recuerda la tierra de la cual ha sido sacado el hombre (cfr. Gn 2,6) y a la que ahora vuelve (cfr. Gn 3,19; Sir 17,1); por otra parte, evoca la sepultura de Cristo, grano de trigo que, caído en tierra, ha producido mucho fruto (cfr. Jn 12,24).
Sin embargo, en nuestros días, por el cambio en las condiciones del entorno y de la vida, está en vigor la praxis de quemar el cuerpo del difunto.

 Respecto a esta cuestión, la legislación eclesiástica dispone que: "A los que hayan elegido la cremación de su cadáver se les puede conceder el rito de las exequias cristianas, a no ser que su elección haya estado motivada por razones contrarias a la doctrina cristiana".
 Respecto a esta opción, se debe exhortar a los fieles a no conservar en su casa las cenizas de los familiares, sino a darles la sepultura acostumbrada, hasta que Dios haga resurgir de la tierra a aquellos que reposan allí y el mar restituya a sus muertos (cfr. Ap 20,13).

 Y ahora lo que dice el Código de Derecho canónico c. 1176
§ 3. La Iglesia aconseja vivamente que se conserve la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos; sin embargo, no prohíbe la cremación, a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana.

Esto es lo que dicen los documentos y  hay que añadir que los criterios económicos o sentimentales que se exhiben no son los únicos y hay más cosas  a tener en cuenta a la hora de decidir nuestra posición o voluntad,  como son las expuestas anteriormente.
sepulturas cristianas

Ha de dejarse claro a los que  nos atiendan en la enfermedad cual es nuestra postura al respecto.