viernes, 30 de septiembre de 2016

Paseando por Compostela

Plaza de Algalia de Arriba
Desde hace tiempo deseaba dar un paseo tranquilo por la parte antigua de la ciudad y hoy me tocó hacerlo con un amigo.

Hay rincones y calles que son una belleza,
que merece ser contemplada.

Algunas calles son tan estrechas que casi se puede dar la mano desde la ventana al que está en frente.

Os pongo unas fotos que confirman lo dicho con algunos ejemplos, como decían los clásicos.
Se conserva en Entremuros, el  antiguo intra muros, una pared de la antigua muralla. Encima hay un paseo como en las murallas de Lugo y ese paseo se cerró para completar vivienda. Según nos contaron el primitivo dueño era pobre y no pudo destruir el muro y gracias a eso se conserva. Ha sido estudiado por el Consorcio de Santiago y está bajo su tutela.


Vista desde la Plaza de Irman Gómez. Ala derecha está la oliveira.
Esta es la rúa de Entremuros en la que se conserva parte del muro original de la Ciudad
Está al final de Rúa da Oliveira y después de la plaza Irman Gómez

jueves, 29 de septiembre de 2016

Angola se acerca a Santiago

Dos sacerdotes angoleños que están  estudiando en la ciudad de Braga, con un acompañante, se  acercaron como peregrinos a Santiago.

Dos amigos,  también  sacerdotes en Santiago,  les esperamos  y les enseñamos algo del centro de Santiago, la Catedral, San Martín - en donde quedaron  admirados-  y San Miguel dos Agros.

Son Marcos y Miguel y esperan volver a su pais ya como doctores.

Hablan el portugués además de sus lenguas nativas y en la comida nos obsequiaron con unas bellas canciones de agradecimiento.




Con Fonseca

martes, 27 de septiembre de 2016

CONVERSION Y SANTIDAD EN UN INTELECTUAL




Así es  el título de un libro de Manuel Guerra sobre Manuel García  Morente de la editorial Digital Reasons.2016.

Es un libro que se nos queda corto, pues el lector desearía saber más detalles de esta vida de García Morente sobre todo lo que se refiere al tiempo de su conversión y posterior.

En el libro podemos enterarnos de sus amigos, muchos de ellos filósofos como él, algunos de los cuales tuvieron que ver con la masonería. De D. Manuel no hay certeza,  aunque algunas de sus ideas de juventud son masónicas.

También nos habla de su familia especialmente de  su mujer e hijos.  Su mujer se casó con el trato de practicar con libertad la fe católica y de educar   a los hijos en esa misma fe. De hecho una de las hijas fue religiosa. La mujer no le hablaba de religión respetando sus ideas, únicamente le dijo que si Dios llamaba a su puerta algún día, que la tuviera abierta, como así fue.

 Nos cuenta también de la vida de fe de su yerno que irradiaba tanto en casa como fuera de casa. Probablemente murió mártir.

Luego cuenta las peripecias de D. Manuel en el tiempo de la Guerra española, su estancia en París y América  y como comentaba que la vida la llevaba el, pero se daba cuenta que había Otro que  también intervenía. Luego la conversión, el hecho extraordinario, sus numerosas conferencias y como quería expresar la fe católica en las categorías de la filosofía de su tiempo.

Echo de menos un poco de la historia de sus años de seminario y de  su época de sacerdote, pues supongo que se sabrán bastantes más cosas que seguro serán ejemplares.  A ver si el profesor Guerra se anima a hacer una libro de 400 páginas con todo lujo de detalles.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Beata Paula Gambara Costa, viuda




En dos exposiciones que tuve,  estuvo presente la Beata Paula Gambara, y cuando contábamos su vida mucha gente se sentía sorprendida   e identificada con su problema  y con las soluciones que adoptó. Por eso me parece interesante darla a conocer con una breve reseña,  pues puede ser útil para muchos. Al menos ilumina algunos problemas matrimoniales.

Los seminaristas que lo explicaban decían que  esperaban  mucho de la beata Paula pues la hacían mucha propaganda.

Perteneció, como laica que era,  a la tercera orden de S. Francisco. Se distinguió por la paciencia con que soportó a su violento esposo, hasta lograr su conversión. Su   fiesta es el 24 de enero.

Nació el 3 de marzo de  1463 en Brescia, cerca de Milán, de padres nobles y piadosos.

Con ocasión de su nacimiento la familia repartió ayudas a instituciones benéficas y familias pobres.

A pesar de su tendencia a la vida de oración y recogimiento, sus padres la dieron en matrimonio, siendo muy joven, al conde Ludovico Costa. Las nupcias fueron principescas. Pronto tuvieron un hijo a quien llamaron  Juan Francisco. El contexto nuevo era de lujo y disipación.

Fue decisivo el encuentro con el beato Angelo Carlatti, franciscano a quien confió su alma y se dejó aconsejar por él.

Volvió a la vida interior y de oración, pero lejos de refugiarse en la huida o desprecio del mundo para hacer penitencia, se comprometió a vivir su conversión permaneciendo en el mundo frívolo que le rodeaba y en medio de gente de su clase y condición.

El esposo no la comprendía y se volvió más soberbio, avaro, duro y disoluto. La maltrataba humillándola y también físicamente.

Llevó, el esposo,  una amante para casa, pero ella no se resignó,  sino que reaccionó como amante esposa preocupada de salvar a su marido.

Pasado el tiempo,  la amante  enferma y la   ayuda a bien morir,  en paz con Dios. Luego también salva a su marido.

Murió el 24 de enero de 1515

domingo, 18 de septiembre de 2016

El bautismo, un sí a Dios




Cuando nacemos, nacemos en el no, pero el bautismo cambia nuestra orientación hacia el Si a Dios. Un sí que se va configurando a lo largo de la vida.
Sarah Losada Rodríguez

Basta una sola vida para elaborar, con la gracia de Dios, nuestra identidad definitiva con Cristo. 

El tiempo  de vivir es tiempo para  cultivar la unión con el Señor, para obedecer u obstaculizar las mociones del Espíritu Santo. 

Al final se verá si hemos dicho un Amen al Padre o un non serviam. Eso determina  nuestro destino eterno.

El sí o el servían, te serviré,  hay que darlo en lo pequeño de cada día, porque dijo el Señor que quienes son fieles lo poco también serán fieles en lo mucho.

 No hay que  esperar grandes ocasiones que, o no se presentan o si se presentan , nos puede faltar el entrenamiento preciso par afrontarlas.

 Estas reflexiones a raíz de dos bautizos que hicimos en S. Cayetano el sábado. Un buen grupo de familiares,  acompañaron  el acontecimiento.

 Los niños han dicho Amen ( por medio de sus padres) a Dios y  luego, cuando lleguen al uso de razón ya lo diran ellos mismos, consciente y responsablemente.

Thiago González Berdullas

viernes, 16 de septiembre de 2016

El beato Manuel González, me acompañó estos años..




El Obispo Manuel González va a ser canonizado en octubre, dentro de unos días, en Roma.
  Será un gran día para los amantes de la Eucaristía porque él  fue el obispo de los sagrarios abandonados. Con frase certera  decía que la causa de todos los males era el abandono de Jesús en el sagrario. Eso lleva a otros abandonos.
Conocí, por sus  escritos,  a este santo obispo ya en mis días de seminario. Sus obras eran leídas a la hora de la comida o de la cena, y nos leyeron varias.
Su literatura es animosa, amena, llena de un sinfín de  anécdotas,  supera las dificultades transformándolas en ocasión de santidad y apostolado. Es sumamente positivo en los planteamientos que hace y abre  muchas posibilidades a la acción.
Después del seminario y estando ya en la parroquia tuve la suerte de que una adoradora nocturna me prestó la vida de D. Manuel, un tomo de unas 600 páginas. El obispo del Sagrario abandonado,  de José Campos Giles. Como era prestado y lo quería devolver conseguí leerlo pronto. Cuando quise devolverlo me dijo la  adoradora que me lo había prestado,  que era un regalo.
Es una vida con muchos textos personales de D. Manuel que refuerzan con su gracia, los diversos relatos y acontecimientos.
 Luego por petición de una feligresa fundamos las Marías de los sagrarios en la parroquia. Hay un grupo que lleva perseverando muchos años y una religiosa  de Nazaret nos visita una  o dos veces al año.

 La obligación es tener un día al mes adoración, pero desde el  Año eucarístico tenemos, todos los jueves, adoración  para todo el pueblo, dirigida por una  responsable del grupo antes de la santa Misa.
Asistí a dos congresos al menos. Uno en Madrid y otro en Ávila. Los  dos me fueron de mucho provecho y renovación.

 También he visto el seminario de Málaga obra de D. Manuel y su tumba en la catedral de Palencia con la inscripción:  PIDO SER ENTERRADO JUNTO A UN SAGRARIO, PARA QUE  MIS HUESOS, DESPUÉS DE MUERTO, COMO MI LENGUA Y MI PLUMA EN VIDA, ESTÉN DICIENDO A LOS QUE PASEN: ¡ AHÍ ESTÁ JESÚS! ¡AHI ESTÁ! ¡NO DEJADLO ABANDONADO!  MADRE INMACULADA, SAN JUAN, SANTAS MARÍAS LLEVAD MI ALMA A LA COMPAÑÍA ETERNA DEL CORAZÓN DE JESÚS EN EL CIELO.
 Ahora que hacen santo al beato Manuel González García, tengo que agradecer el bien que me ha hecho y el espíritu eucarístico que se fue difundiendo por la parroquia, por el grupo de Marías, por la revista el Granito de arena y por  las hojitas informativas.
En uno de sus últimos retiros dado en Zaragoza, hace una comparación  entre la lamparilla del sagrario y las marías o los fieles.

Sagario de Palomares del Rio
Hay veces que la lamparilla está apagada. Qué pena siente mi alma al verte, Jesús mío  en muchos sagrarios completamente a oscuras, pero mucha más pena me da ver que hay Sagrarios sin Marías …cuanto mas triste es una María, que  debe ser lámpara del Sagrario, esté apagada!...
Otras veces arde la luz, pero  chisporrotea porque le va faltando el aceite…al fin  se apaga.
Ese  chisporroteo   es en las almas las influencias del mundo, de los peligros en que se meten, de las ocasiones en que sufre su pureza, su fe , su caridad…y de las que no se apartan…Ay, ay , ay, que cerca están de apagarse del todo!...si te apagas, ¿quién alumbrará?
Ponte cerca de Jesús muy cerquita del sagrario y dile a Jesús que vive allí: te creo y te amo.

En  Palomares del Rio tuvo una experiencia mística que le duró toda la vida y le dió un rumbo concreto. Ahora es un sagrario de plata, pero cuando él fue a aquella parroquia , recien salido del Seminario, era un sagrario viejo y descuidado. Aquello le llegó al alma como una  gran luz de Dios. Después de muchos años lo cuenta con mucho detalle.