miércoles, 30 de septiembre de 2020

FILOSOFIA DEL DERECHO

 

Jorge Alberto Alvarado Fernández.

Síntesis al libro de Javier Hervada: INTRODUCCION CRITICA AL DERECHO NATURAL

 

P. Jorge Alvarado

Los romanos, mediante la observación de lo que ocurría en la sociedad, se dieron cuenta de un hecho: “los hombres poseen cosas, les están atribuidos unos bienes, merecen premios y castigos.

 Se dieron cuenta de que cada uno tiene una esfera de cosas que le corresponden, cuya efectiva posesión y disfrute depende en parte de los demás, ya que estos pueden impedir dicho uso y disfrute, o incluso extraerlos de la esfera de dominio del sujeto al que pertenecen, y en otras ocasiones porque esas cosas están, por múltiples causas, en manos de otros”. 

Dentro de todo ello dice Javier Hervada, surge la necesidad de que las cosas que no están con su legítimo dueño, a quien pertenecen o se le atribuyen, retornen al lugar que le corresponde: “res clamat domino”. Esto es una necesidad que nace del hecho de que las cosas están atribuidas, pertenecen a alguien y constituyen una deuda. También es parte de este hecho, que en ocasiones los hombres no dan a cada uno lo suyo, lo que le corresponde, lo que es del otro.

 Los romanos para dar solución a los diferentes conflictos que se generaban de ese hecho social, desarrollaron y perfeccionaron lo que se conoce como el ars iuris o arte del derecho, que tiene por finalidad evidentemente “dar a cada uno lo suyo”, lo que justamente le corresponde. En este sentido, a lo que le corresponde a cada uno los romanos le llamaron ius o derecho, a la ciencia que cosiste en saber averiguar el ius o derecho de cada uno, le nombraron como decíamos ars iuris o arte del derecho y a la virtud de obrar así le llamaron justicia; y a los expertos en el ars iuris les llamaron juristas. 

Javier  Hervada 

 

Es innegable la necesidad social y personal que tenemos de dicho arte: “hoy como ayer hay que dar a cada uno lo suyo, y hay que saber qué cosa corresponde a cada cual”. Sin embargo, y como plantea el profesor Hervada, el arte de lo justo tiene una finalidad, que parece que los juristas modernos han olvidado, y es precisamente de lo que habla su obra: recuperar el verdadero sentido o finalidad del Ars Iuris, el arte de lo justo.

 Vemos en el tiempo actual cuando se habla de derecho y de justicia, parece que se habla de una cosa totalmente diversa a la concepción de los romanos, y no es que la ciencia del derecho y de los justo no pueda ser profundizada y perfeccionada, es que sencillamente se ha vaciado de su contenido original, lo que ha acarreado errores y extremismos, llamando derecho a lo que no es derecho, dejando fuera de la ciencia del derecho al Derecho Natural, y considerando únicamente ciencia jurídica al Derecho Positivo, considerando verdadera Ley jurídica solo la que es emanada de la autoridad política y dejando de lado la ley Natural que es su fundamento.

 La palabra justicia se está utilizando en los más diversos significados y lo mismo ocurre con la expresión de “lo justo”; y su carácter obligatorio ya no emana del débito que se encuentra en la cosa misma sino por la tiranía y autoritarismo del poder público; en definitiva, la obra deja al descubierto los errores y peligros del positivismo jurídico frente a la dignidad de la persona humana que es el fundamento de todo derecho.

El profesor Hervada analiza la fórmula de la justicia “dar a cada uno lo suyo”, como un tema medular y trasversal en su obra. Dar dice el profesor, en un sentido amplio significa entregar, repartir, devolver, trasferir, desalojar etc. Se trata de un acto de virtud de un hecho entendido como una disposición para realizar actos de justicia, es decir, de “dar a cada uno lo suyo”. En este sentido se distingue de la norma porque no designa un precepto o deber, ya que el “debe darse” radica como anteriormente se mencionaba, no en la virtud de la justicia, no en la justicia, que hace referencia a un acto, sino en la “cosa debida”. La relación con la ley consiste en que la virtud es una disposición a cumplir con esta, sea natural o positiva.

Respecto de la persona a la cual se le debe algo, podríamos hacernos la pregunta: ¿por qué se le debe algo?, por dos hechos, porque las cosas están repetidas y porque “los suyo”, lo que se ha repartido, con anterioridad puede estar en poder de otro o puede ser dañado o atacado por otro. Este es el punto a partir del cual se entiende qué es la justicia, cuál es la naturaleza de dicho acto. Así, la justicia no atribuye, sino que sigue al hecho de que ya las cosas están repartidas y que pertenecen a otro por un acto primero de atribución (acto de dominio) o porque el Derecho Natural (como derecho preexistente al Derecho Positivo) se las ha atribuido. En este sentido, el acto de justicia presupone un derecho constituido con anterioridad, lo que deja la puerta abierta para descubrir y reafirmar lo fundamental que es el Derecho Natural respecto del Derecho Positivo, que es uno de los puntos medulares del trabajo del profesor Hervada.

Está de moda afirmar que solamente el derecho positivo es verdadero derecho y que solamente la ley positiva obliga, olvidando que el sistema jurídico es en parte natural y en parte positivo. Hay cosas que están atribuidas a una persona en virtud del derecho natural y hay cosas tribuidas a los hombres por derecho positivo, que es lo mismo que decir, que hay cosas que son del hombre en virtud de su naturaleza, de su carácter personal que lo hace dueño de su propio ser, a lo cual se le llama Derecho Natural; al mismo tiempo existen cosas repartidas por los hombres, lo que quiere decir que hay un sistema de reparto y atribución que procede de la decisión de los hombres a lo cual se le llama Derecho Positivo. Podemos distinguir consecuentemente la justicia como un acto segundo y como reparto segundo. Sin este presupuesto del Derecho Natural no se podría hablar de derecho justo o injusto. Porque ello se afirma solo desde la perspectiva de lo que se ha repartido en un derecho previo (Derecho Natural), en el caso del Derecho Positivo.

“A cada un” indica que la justicia mira a los hombres uno a uno, no en multitud y da lo suyo a cada uno. Es decir, mira a todas y cada una de las personas humanas que tienen un título sobre algo sea de derecho positivo o natural. Por eso el Arte del Derecho se vierte en última instancia en el caso singular y concreto. Esto sienta las bases del principio de no discriminación, que a su vez tiene como base la medida de la dignidad del hombre, que es la condición de la persona en la que se fundamenta todo derecho positivo. Otra idea importante sobre la justicia es la noción de alteridad. El profesor Hervada dice que la justicia implica alteridad e intersubjetividad. En otras palabras, el dar a cada uno lo suyo presupone que este “ius” está en poder de otro o puede ser atacado o dañado por otro, y así la alteridad nos dice que dar a cada uno lo suyo implica dos sujetos al menos: el titular de un derecho y el deudor, en posiciones distintas y complementarias. En definitiva, sin alteridad no cabe la justicia, por eso reducirla al derecho subjetivo, como una facultad de exigir es un error porque el arte de la justicia se desarrolla en el ámbito de las relaciones humanas (relaciones de justicia).

Por otra parte, hay que recordar que el sujeto de derecho es el hombre en cuanto persona, porque su propia naturaleza es la fuente de la jurídicas (su ser es tan intenso, que lo hace dueño de sí). Por ello, esta cualidad del ser personal del hombre no es fruto de un reconocimiento de la ley en cuanto tal, sino porque el hombre posee “una jurícidad natura” que le permite en las relaciones humanas, conocer lo recto, lo justo, lo exigible. Y como afirma el autor de esta obra, dicha jurídicas natural es la base de todo sistema jurídico positivo. Es decir que por naturaleza el hombre está relacionado con los otros, y, en consecuencia, es por naturaleza, protagonista del sistema jurídico. Ser persona no es de origen positivo, sino natural y por ello el hombre es capaz de derechos y obligaciones y consecuentemente, titular de derechos y obligaciones.

Todas estas distinciones son muy importantes ya que como se decía, uno de los propósitos del autor del libro, objeto de la tares, es ayudar al lector a reconocer los límites del Derecho Positivo, y, sobre todo, los abusos que a través de él se comenten, como cuando se piensa que la capacidad jurídica del hombre ha sido dada por la ley positiva, o como en el caso de que los derechos intrínsecos a la persona humana existen y son exigibles en cuanto recosidos por el ordenamiento jurídico. Estos abusos y extremismos han puesto a la Ciencia del Derecho en la tesitura de dar plena validez jurídica a los atentados contra el hombre, revistiendo dicha prepotencia de un ropaje jurídico, en forma de ley. Por ello se afirma que lo natural y lo positivo no son dos sistemas paralelos de derecho, sino dimensiones de un solo sistema jurídico, el cual es en parte natural y en parte positivo. es importante aclarar que todos los hombres, por derecho natural, son personas en sentido jurídico. Esta naturalidad no solo es la capacidad sino la titularidad de derechos y deberes. Esto nos permite ver un problema más del positivismo, que al reconocer como persona solo a los que el sistema reconoce como tal, termina por destruir toda dimensión natural de justicia despojando de la persona toda juricidad inherente a ella.

Otro elemento importante es la reflexión sobre las exigencias del derecho natural. Dice el profesor Hervada que la noción misma de persona conlleva en el hombre las exigencias del derecho por título natural. La nota característica del hombre es ser dueño de sí. Es “ser” con total intensidad, que domina su propio ser y que se posee a sí mismo y esto lo hace incapaz ontológicamente de ser pertenencia ajena; consecuentemente, todos los bienes inherentes a su propio ser son objeto de su dominio, son suyos en el sentido más propio y estricto. Los demás no pueden interferir a no ser que utilicen la fuerza y la violencia, lo que conlleva una lesión en el estatuto ontológico de la persona. Esto engendra en los demás el deber de respeto y de restitución en caso de daño o lesión etc. Por su parte, en el positivismo no existen derechos con título natural. Si se consideran los derechos naturales como meramente positivos, ello significaría que la persona solo tendría tales derechos por concesión de la sociedad mediante la ley positiva y no los tendría por sí mismo. Ante la ley positiva o en su ausencia, el hombre no sería dueño de su vida, ni dueño de sus miembros, ni la buena fama seria derecho suyo. Por tanto, una de las conclusiones de este tratado es que el Positivismo conduce al absurdo porque la negación del derecho natural solo puede fundarse en la negación al hombre de su carácter personal.

Por último, es interesante las aclaraciones sobre lo que es el Sistema Jurídico, ya que toda sociedad tiene un Sistema de Derechos. Está se sustentado en el hecho de que existe una unidad entre derecho Natural y Derecho Positivo, integrándose en un único sistema jurídico el cual es en parte natural y en parte positivo. Es importante saber que el derecho positivo se genera a partir del derecho natural, ya que la potestad de dar normas es de origen natural y las relaciones jurídicas básicas que se dan entre los hombres también son de origen natural. Por otra parte, en la actualidad se piensa que la Ciencia del Derecho es solo la ciencia de Derecho Positivo y que la ciencia del Derecho Natural es una parte de la filosofía. Sin embargo, el Derecho Natural es un parte de las Ciencias del Derecho y por ello la ciencia y el arte jurídico han de conjugar a la vez los factores naturales y los factores positivos.

En lo personal me parece interesante cómo queda evidenciado que todo derecho se fundamenta en la dignidad de toda persona, como fuente de la jurídicas y sustento de todo derecho ya sea natural o positivo. Un tema muy de actualidad, porque en muchos países se piensa, por ejemplo, el caso particular del aborto, que es un derecho de la mujer, sustentándolo en la libertad de poder decidir libremente sobre el propio cuerpo, negando la personalidad del no nacido, al considerarlo un órgano más, un grupo de células etc. Tiene razón el autor de esta obra, al afirmar que este tipo de aberraciones solo es posible sustentarlas si se niega el carácter personal del ser humano. 

En las ideologías como el feminismo, que están causando tantos estragos a la sociedad, se promueve la negación de todo fundamento natural del derecho, como en el caso donde la persona no nace hombre o mujer, sino que ese rol es una construcción cultural, olvidando que hemos recibido una naturaleza a la que le corresponden unos fines y que ser hombre o mujer es algo natural, no cultural. También vemos el fenómeno de la mal llamada discriminación de la mujer dentro de la iglesia, cuya lucha se basa en el hecho de que en justicia todos deben tener participación por igual, olvidando que la justicia sigue a un derecho, y que no se puede exigir justicia donde no hay un derecho preconstituido, hablando de la ordenación de mujeres. En este caso no se les hace ninguna injusticia, en principio porque nadie tiene derecho sobre el sacerdocio. Y así el Positivismo reina actualmente, ya que los parlamentos piensan que la Ley Positiva es la única fuente de Derecho.

 

 

 

 

 

 

 

 

Samaritanus Bonus


 


 El martes 22 de septiembre del presente año, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó la carta Samaritanus Bonus, que habla sobre el cuidado de las personas en las etapas críticas y terminales de la vida. Dicho documento pretende iluminar a los pastores y fieles en sus dudas sobre el fin natural de la vida del ser humano, evitando la eutanasia, que es reprobado por la iglesia, porque la vida del ser humano es valiosa ante los ojos de Dios.

 El documento es un poco extenso y por ello quisiera tocar solo algunos puntos, que en lo personal considero muy importantes para comprender la postura de la Iglesia ante el problema del suicidio asistido. La carta se vale de la parábola del buen samaritano, para enseñarnos cual debe ser el proceder de toda persona frente al que sufre.

 La parábola de buen samaritano nos sitúa frente a una relación entre dos personas, uno que yace herido en el camino, y otro que se detiene a curarle, haciéndose cargo incluso de los gastos. La carta compara dicha relación con la que se da entre el personal medico y familiares, respecto del paciente.

El buen samaritano es el agente sanitario a quien se le confía la misión de ser fiel custodio de la vida de sus enfermos, hasta el cumplimiento natural de ella. Se trata de una relación de justicia que Jesús ilustra diciendo “todo lo que deseáis que hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos” (Mt 7,12). Esto nos enseña que la relación que existe entre el paciente y el personal médico, no se reduce a una mera relación contractual y técnica, sino una relación

de confianza, donde el cuidado de la vida es la primera responsabilidad de los médicos, enfermeras y de los familiares, y tampoco se reduce a la capacidad de curar, porque no siempre se podrá curar.

 

A continuación, cito un pequeño párrafo que es muy revelador: “El Buen Samaritano, de hecho, «no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino». Invierte en él no solo el dinero que tiene, sino también aquel que no tiene y que espera ganar en Jericó, prometiendo que pagará a su regreso. Así Cristo nos invita a fiarnos de su gracia invisible y nos empuja a la generosidad basada en la caridad sobrenatural, identificándose con cada enfermo: «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40). La afirmación de Jesús es una verdad moral de alcance universal: «se trata de “hacerse cargo” de toda la vida y de la vida de todos»,para revelar el Amor originario e incondicionado de Dios, fuente del sentido de toda vida”.

La carta resalta el acompañamiento que el paciente necesita con cuidados médicos, psicológicos y espirituales, como un deber ineludible, porque de lo contrario sería abandono inhumano del enfermo. La ciencia medicas han avanzado tanto, que son capaces de dar soporte vital de manera extraordinaria a las personas en estados críticos o terminales. En todos estos procesos, actúan personas, los agentes sanitarios, que necesitan una creciente y sabia capacidad de discernimiento moral para evitar el uso desproporcionado y deshumanizado de la tecnología.

Sin embargo, tanto los familiares de los enfermos, como el personal medico se enfrentan a diferentes obstáculos introducidos en la cultura, que evitan poder ver el valor sagrado de la vida humana. En primer lugar, el mal uso del concepto de muerte digna, en relación con el de calidad de vida. En la actualidad existe una visión utilitarista de la vida, y en este sentido, la vida es digna solo si tiene un nivel aceptable de calidad, y cuando esta aparece como pobre, no vale la pena prolongarla. No se reconoce que la vida humana tiene un valor por sí misma.Otro obstáculo es la errónea compresión de la compasión. Ante un sufrimiento calificado como insoportable, se justifica el fin de la vida del paciente en nombre de la compasión. A este punto, la carta aclara que la compasión no va en la dirección de provocar la muerte, sino en acoger al enfermo, sostenerlo en las dificultades, y, sobre todo, ofrecerle amor, atención y medios lícitos para aliviar el sufrimiento.

 

 

El individualismo creciente es otro elemento que se ha introducido en nuestra cultura. Esta forma de pensar, induce a ver a los otros como limites y amenazas de la propia libertad.

 Por ello la carta denuncia que el individualismo es la raíz de una enfermedad latente de nuestro tiempo. El Papa Francisco habla de la cultura del descarte como una idea que sintetiza todos estos obstáculos, que nos impiden ser el buen samaritano para nuestros enfermos.Otro elemento importante son los límites éticos y jurídicos de la autodeterminación del sujeto enfermo. Hoy en día parece que no existen limites en nuestro actuar, olvidando que no nos hemos dado el ser a nosotros mismos, sino que lo hemos recibido, que la vida es un don de Dios y que no podemos disponerla de cualquier manera. Todo ello oscurece la dignidad de la persona enferma y el valor del sufrimiento y el dolor.

¿Qué nos dice la Iglesia ante esta realidad? En primer lugar, la carta nos ilumina mediante el misterio de la Pasión de Cristo. Su agonía en la cruz y su resurrección. Cristo es el hombre familiarizado con el dolor, en su cruz están concentrados y contenidos todos los males y sufrimientos del mundo. Al mismo tiempo Jesús es el buen samaritano que se acerca a todo hombre para curarle y reconfortarle. María estaba al pie de la Cruz, no solo como testigo del acontecimiento, sino también participando de la pasión. Así nos dice la carta, que los que están alrededor del enfermo no son solo testigos, sino signos del amor que permite al que sufre, reconocer sobre él, una mirada humana capaz de volver a dar sentido al tiempo de la enfermedad, porque en “la experiencia de sentirse amado, toda la vida encuentra su significado.“Cristo ha estado siempre sostenido, en el camino de su pasión, por el confiado abandono en el amor del Padre, que se hacía evidente, en la hora de la Cruz, también a través del amor de la Madre. Porque el Amor de Dios se revela siempre, en la historia de los hombres, gracias al amor de quien no nos abandona, de quien “está”, a pesar de todo, a nuestro lado”.

Dentro de algunos consejos prácticos, la carta nos dice que no debemos ni adelantar la muerte ni alargar la vida indebidamente. Se debe esperar el advenimiento natural de esta. Y ante una muerte inminente e inevitable, es licito renunciar a los tratamientos terapéuticos, sin interrumpir los cuidados normales de la nutrición e hidratación. Haciéndolo así, no sería eutanasia, sino una aceptación de la condición humana ante la muerte. Por ello también se nos advierte que no se debe anticipar la muerte con la supresión de las ayudas a la hidratación y nutrición, y los otros procedimientos que alivien el sufrimiento hasta que ya no sean de provecho para el paciente. En definitiva, se debe respetar la evolución natural de la enfermedad. Debemos tener claro que la nutrición y la hidratación no son un tratamiento, sino el cuidado debido a la persona del paciente.

Respecto de los cuidados paliativos, se debe proporcionar el alivio del dolor, suplir las necesidades afectivas, emotivas y espirituales el paciente, y superar los obstáculos que se ponen en los hospitales sobre todo para la asistencia espiritual, impidiendo muchas veces que el sacerdote entre. Por ello el documento afirma que los cuidados paliativos son la expresión más autentica de la acción humana y cristiana de los cuidados, de estar junto al que sufre. Muchos otros puntos se quedan en el tintero, pero este articulo solo pretende despertar el interés por el tema y así leer el documento completo para formar nuestra conciencia.

Pbro. Jorge Alberto Alvarado

El Salvador. Diocesis de Santa Ana.

 

 

 

 

 

 

martes, 29 de septiembre de 2020

Noticias para los feligreses


martes, 29 de septiembre de 2020


 A través de este blog vamos a comunicarnos. Es para los feligreses de S.Cayetano y San Juan. Basta con ir a

https: parroquiadesancayetano.blogspot.com

Alguna noticia:

1.-Sigue en estado crítico, Paco de Rodrigo,  el voluntario que estaba  atendiendo a los peregrinos en S.Cayetano. Recemos por él.

2.-el día 18 de octubre a las 12, vendrá el Sr.Arzobispo  a celebrar con nosotros los 50 años de la parroquia. Una Misa de acción de gracias.  Como es sabido la parroquia comenzó en el año 1970.la primera misa fue la víspera de Todos los santos con un pequeño grupo de vecinos.

3.-Se está haciendo un libro con las historias de estos 50 años. Creo que será muy interesante, pues a parte de los datos historicos , hay un capítulo dedicado a gente buena, otro a actividades y anécdotas de la  parroquia y otro a los grupos o carismas  que trabajan  desde hace años entre nosotros. Al final un capítulo de  todo.

Saldrá al precio de 5 €.

4.-El sábado día 10 a las 17 hay un aniversario en S.Cayetano, por el e.d. de José Otero González ( de Escarabuña).

5.-Las misas de diario serán a las 6 pm. desde octubre.Los sábados a las 7 de la tarde.

6.-Empieza el cate después del día 12 de octubre.

Seguiremos en contacto.



sábado, 26 de septiembre de 2020

DOMINGO 27º DEL T.O.A

 .- 4 de octubre. 2020

Isaías, 5, 1-7.- Salmo, 79.- Filipenses, 4, 6-9. Mateo, 21, 33-43

Comentario




A esta parábola la podríamos llamar:

LA PARÁBOLA DEL RECHAZO DEL DON DEL PADRE, QUE ES EL HIJO; y con su misión de Salvador del Mundo.

Se ubica en la Viña de Israel, como en días pasados. Y terminará fuera de la viña. Con la diferencia de que aquí el dueño manda a sus siervos a recoger la cosecha, que los campesinos debían entregarle.

Está dirigida a los jefes de los sacerdotes y ancianos del pueblo, que son ellos precisamente. Hay dos grupos de siervos enviados. Ambos son recibidos a palos y asesinados.


TODO A CONSECUENCIA DEL PECADO.

Y después del pecado, se ve que aquí Dios está llamando al hombre a REDESCUBRIR EL SENTIDO Y PRIVILEGIO que tiene en la Viña del Señor. Pero el pecado está tan grabado en la estructura íntima del ser humano que no es capaz de captar el valor del alcance y sentido salvífico de estar en el Reino y de trabajar en la cercanía de Dios viviendo su misma Alianza.

Creo que no le damos al pecado la importancia que tiene en nuestras vidas y por consiguiente en la sociedad en que vivimos. Por eso necesitamos más aprecio de los otros medios de conversión, pero sin despreciar también la buena formación. También por eso os he enviado varias y diversas oraciones al móvil para que os acordéis de rezar mucho y bien: con sentido: pensando lo que se dice y a quién y cómo se hace.



APLICACIÓN A LA ACTUALIDAD DE HOY.

Un gran teólogo griego, Zizioulas, dice que el final de la modernidad ha causado en nuestra cultura un daño en la visión antropológica sobre lo que es el hombre, sobre su verdad y su sentido de existir. Por eso no le vale solamente darle ideas y cultura solamente. Necesitamos una intervención radical sobre la estructura del hombre mismo que no es posible por una intervención pedagógica, doctrinal o de leyes éticas. Necesitamos un SACRAMENTO en el que el hombre regenerado en el Hijo descubra su modo de ser o sea una humanidad según Dios.

Al final decidió enviar a su hijo y la reacción de los campesinos es igual: Matarle para poseer la herencia. ¡Como se ve por las herencias nos matamos ! Como dice San Pablo (Rom. 3): Todos los hombres están bajo pecado:


ESTO ES LA INCREENCIA QUE NOS CIRCUNDA.

La humanidad parece que yace herida en estado de pecado, y no entiende su identidad como semejanza de Dios,vivir en relación de filiación divina y de fraternidad. ”¿Es que importa si algunos no creyeron ¿Es que la incredulidad de éstos frustrara la fidelidad de Dios?”


 

Podemos recurrir también a (Hebreos, 13,12), donde se dice que el Hijo salva a los hombres con su pasión y muerte fuera de la ciudad, fuera de la viña, es decir como excluido y con toda agresividad.

LA CONCLUSIÓN DE LA PARÁBOLA ES PODEROSA.

La gente dice que el dueño hará morir a esos malvados. Pero Jesús dice: la piedra (CRISTO) que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. No se dice que hará el dueño, pero el Hijo pedirá perdón para ellos, de modo que ninguna violencia quedará sin ser perdonada. Y todo lo que fue descartado y echado fuera se convertirá en piedra angular sobre la cual todo lo humano se pueda reconstruir.



Simón-David Castro Uzal sdavidcuzal@gmail.com 4 de octubre.2020.

jueves, 24 de septiembre de 2020

José Antonio Ríos Mosquera, sacerdote.

 


D. José Antonio, Falleció en su parroquia el 24 de septiembre de 2020,  día de Nuestra   Señora de la Merced,  nació en Artes el 11.3.1933 sus  padres eran maestros;  había entrado  en el seminario de Santiago siendo  bachiller,  a los 17 años. Sus últimos años de seminario ejerció el cargo de maestro de ceremonias en las celebraciones litúrgicas Fue ordenado el 24.6.1956, en el seminario de Santiago. Fue luego  a la universidad de  Comillas  en donde estudió  teología y derecho. 


 

  Pasó casi toda su vida de sacerdote en  Santiago de  Carril. Tenía la iglesia como una catedral. En ella hizo  distintas restauraciones dirigidas  por D. Alejandro Barral que la dejaron muy acogedora y bella. Se preocupó de la catequesis y de la formación de sus feligreses con diversas  iniciativas. También construyó   la casa rectoral que está muy bien acondicionada y cerquita de la iglesia.

Le gustaba jugar al tenis y lo practicó durante años  jugando con sus amigos, muchos de ellos sacerdotes. Este deporte le descansaba mucho y le dejaba ágil para otras labores parroquiales.

De su parroquia salieron algunas vocaciones  fruto de su predicación y de la dirección espiritual a  la que dedicó tiempo, y esas vocaciones siguen perseverando y haciendo mucho bien. Celebraba muy bien al Santa misa y, en general , las  fiestas litúrgicas pues era buen conocedor  de las rúbricas por haber sido maestro de ceremonias. 


 

Durante un tiempo le encargaron de acompañar por la diócesis  a un obispo de China   que estaba  en España y  que realizó visitas a diversas  parroquias para  confirmar. Lo hizo con  mucha ilusión por el buen servicio que se hacía a las parroquias y también  por ayudar al obispo chino que estaba fuera de su patria y necesitaba  la  ayuda fraterna de los sacerdotes.

Dicen los feligreses que el día de la fiesta de  Santiago, patrono de Carril,  le gustaba iniciar un baile que luego seguían los demás y que tenía  lugar al final de la procesión y  que hacía con capa pluvial y todo. Él daba los primeros pasos y acto seguido la gente presente se unía a aquel alegre comienzo de la fiesta.

En una entrevista que le hizo el Faro de Vigo en sus Bodas de oro, se muestra muy agradecido con la colaboración de los vecinos con quienes se siente muy integrado. Siempre colaboraron en las distintas iniciativas parroquiales.


 

 Cuando le preguntan por los jóvenes tiene una visión positiva y hace ver como los jóvenes tienen  interés por ver o acompañar al Papa en sus viajes, y es una  manifestación de cercanía al  Cabeza de la Iglesia.

Era un sacerdote piadoso, muy mariano y fiel a la dosctrina de la Iglesia y al Papa.

Que el  Señor le premie sus desvelos.

Descanse en paz.

 

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Presidó el funeral Mons.Julián Barrio , le acompañaron unos 30 sacerdotes en la Santa Misa entre ellos el Vicario Territorial  de Pontevedra y el delegado del clero de Pontevedra. También  estaba el delegado del Opus Dei en Galicia.

El Sr. Arzobispo en su homilía, agradeció la vida sacerdotal de D.José Antonio y destacó su paciencia y doctrina, el buen humor y la dedicación a la pastoral de un modo especial la vocacional y de como valoró la amistad y la  fraternidad.

Todos los sacerdotes le acompañamos a la salida de la iglesia y cuando  el ataúd fue depositado en el furgón fúnebre los feligreses y familiares rompieron en un largo aplauso.