martes, 15 de enero de 2013

José Luis Fuentes Fuentes, párroco de Noya

El día 14 celebramos su aniversario en su última parroquia  de Noya. Éramos unos 40 sacerdotes; bastantes compañeros  suyos de curso y otros muchos, el Vicario General de Lugo, el Delegado del Clero y D. Luís Otero Outes Delegado de Enseñanza, y también compañero,  que presidió la celebración acompañado del párroco D. José Ortoño y del arcipreste Vila Brión.
La predicación de D. Luis fue sobre la misión del sacerdote como intercesor del pueblo a él encomendado y como guía, luz y consejero. El camina delante de Dios y lleva consigo a su pueblo al encuentro con Cristo.
Iglesia parroquial de Noya (Coruña)

Mis recuerdos de este sacerdote se remontan al año 1950 en que coincidimos, con nuestros respectivos padres, haciendo los trámites para ingresar en el seminario. Éramos unos niños de alrededor de los 13 años y llenos de ilusiones.

En el Seminario éramos todos amigos, pero José Luís era muy  sencillo y propicio a las confidencias de amigo que guardaba con discreción.

Luego le vi varias veces en Caldas, una bonita parroquia en donde trabajó mucho. Pero yo en donde más le frecuenté fue precisamente en Noya, en donde tuvimos conversaciones pastorales interesantes.
Allí trabajó intensamente con distintos grupos parroquiales y también restauró  dos casas de la Iglesia, cercanas a la parroquia, que dejó terminadas.

Tenía un Hoja parroquial que me enviaba puntualmente todos los meses,  en  la que aparecen bonitas historias y ejemplos, junto con las diversas y numerosas actividades de la parroquia que él fomentaba y atendía.

A través de internet también nos comunicábamos y estaba muy interesado en este medio de comunicación  que usaba con frecuencia.

Casi nunca le anunciaba las visitas que le hacía, pero recuerdo una en especial que sí le había avisado y quedamos en una hora determinada. Llegué a esa hora y estuvimos conversando y, aunque llegó gente que quería verle no los recibió hasta que terminamos, diciéndoles que lo nuestro era una cita concertada y no podía dejarla.

Una semana antes de morir nos vimos en un retiro de sacerdotes y luego comimos juntos. Había estado en el hospital bastante grave y aparentemente se había repuesto. Según las enfermeras había sido un excelente enfermo. Los médicos no querían que se moviera mucho pero él no quiso dejar el timón de la parroquia  mientras podía. Recuerdo de todos modos que en la comida del retiro su conversación ya no era de esta tierra, daba toda la impresión de  que lo que le interesaba era lo de  " arriba". A los pocos días falleció.
La parroquia de Noya lo despidió  con mucho afecto y creo que será un sacerdote recordado,  pues sembró mucho sin grandes alardes y esa semilla cayó en buena tierra. Que Dios y la Virgen Santísima de quien era muy devoto , le concedan el ciento por uno y la Vida Eterna.

Víctor M. Sánchez Lado

1 comentario:

  1. Que alegria Don Victor ...

    Me alegra abrir este Blogger y ver reflejados sus tiernos sentimientos amistosos y pastorales en esta coloquial Nota dedicada al Padre José Luis a quien tuve el placer de conocer personalmente cuando estuve en Noia la tierra de mis ancestros gallegos.

    Felicitaciones por mantener vivo este Site de San Cayetano con interesantes comentarios.

    Que Dios lo bendiga!!!

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