viernes, 28 de julio de 2017

La vidente de Fátima, Lucia, en Galicia: Por D. Emilio Rodríguez Sánchez



En la sala de los cuadros de la parroquia de S. Cayetano, D. Emilio dio una conferencia sobre Lucia,  la vidente de Fátima. Después de una introducción pasó a hablar de la estancia de la vidente en Galicia, en concreto en Tuy y en Pontevedra.

 Comenzó diciendo que  sor Lucia estuvo 25 años en Galicia, que no es poco tiempo y aquí ocurrieron cosas importantes.

En Tuy tuvo una visión la más teológica de todas,  en donde se le presenta la Santísima Trinidad, con la Hostia y el Cáliz y la presencia de María. Serán los estudiosos de la teología quienes  nos interpreten dicha experiencia mística. Sor Lucia no  ha querido o no ha podido hacerlo.

Allí mismo, en Tuy, fue en donde se hizo la imagen de la Virgen obra del conocido escultor José Rivas ( 1885-1950)  santiagués.  Los distintos pasos de la escultura  fueron supervisados por Lucia y al final quedó esa imagen que es la que más la gustaba a la vidente. Ahora está en la Casa de la Virgen en  Pontevedra.

En Pontevedra (1925),  tuvo la visión del corazón de María rodeado de espinas, la invitación a que el Papa consagrase el mundo y Rusia a ese inmaculado corazón y la devoción de los cinco primeros sábados de mes, también en desagravio  y  con la promesa de la ayuda a la hora de la muerte.
Se conserva  la celda  de la visión, convertida en capilla. La celda era la parte que ahora es allí el presbiterio, está en el segundo piso de la casa de la Virgen.
Nos relató el conferenciante, con detalle, el encuentro en el patio de la casa de Pontevedra con el Niño Jesús.

Sor Lucia estuvo también tres día en Santiago en el año santo (1945), ganó el jubileo y vio los museos y desde lo alto de la catedral,  la ciudad, que le gusto muchísimo. Vivía en las doroteas que tenían casa en la rúa del Villar.

En su estancia en Pontevedra por recomendación médica fue a diversos sitios de veraneo, El Grove, Rianxo, Placeres en Marín en donde le salvó la vida a dos niños que estaban en dificultades. Esto lo contó sor Lucia muchas veces y con alegría por la obra  buena hecha. Estaba en lo alto de una roca haciendo oración y desde alli percibió  el peligro de los niños. También puso catecismo en San Bartolomé y en los franciscanos.

Hacía rosarios que luego regalaba y uno de ellos se conserva en la casa de la Virgen como recuerdo.


Nota: 

D. Emilio está casado, vive en Santiago y está jubilado del Hospital Provincial. Está desde hace muchos años colaborando con el Apostolado Mundial de Fátima. Acaba de escribir un libro sobre Sor Lucia y España.



miércoles, 26 de julio de 2017

Residencia de San Marcos. Ancianos en fiesta.




A veces oí decir: eso, me lo ha dicho un pajarito. Se suele decir cuando uno no quiere descubrir al autor de la noticia que sabemos. Pues yo me enteré de la fiesta de los abuelos en San Marcos porque me lo  dijo un pajarito.

Al saberlo,  por un lado me  alegré pues hacer feliz aunque sólo sea a una persona o hacerla sonreír, vale la pena. Y por otro lado  creo  que no se sabe mucho de estas fiestas y de la vida de nuestros ancianos en las residencias. Es bueno que lo sepamos y con estas reflexiones me propongo darlo a conocer y compartirlo.

Con motivo de esta noticia, cogí mi cámara  de fotos y me dirigí a  la residencia de Ancianos de San Marcos. 

Allí hay más de 200 ancianos y una pequeña comunidad  de monjas, unas 25,  que son creativas y fieles al carisma de Santa Teresa Jornet.

  También hay un grupo de mujeres jóvenes que con amor y decisión trabajan  en los diversos aspectos de esa atención a los mayores. Les estamos muy agradecidos.

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El motivo de la fiesta es la celebración de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesús. Los ancianos son por definición abuelos y a ellos está dirigida la fiesta.

 La hay, la fiesta,  en todos los centros de Santa Teresa Jornet y desde hace varios años.

Cuanto bien hacen los abuelos. Son nuestra historia y nuestro orgullo. Nos  han querido gratuitamente, nos dieron explicaciones de cosas que no sabíamos y rezan por los hijos y nietos. ¡qué  buenos recuerdos guardamos de los abuelos aunque no se lo digamos!.

Pude hablar  con tres o cuatro abuelos y sacarles unas fotos. Los vi agradecidos a las atenciones que reciben y al trato afectuoso de los que llevan la casa. Rezan, algunos ayudan haciendo trabajos según sus posibilidades,  cooperando en la marcha de esta hermosa comunidad.

 Uno de ellos, D. Félix, es de Santiago,  estuvo en Argentina y aun conserva un poco del acento de Buenos Aires. Trabajó en muchos oficios y ayudó a sus padres. Ahora se encuentra un poco limitado,  pero no pierde el buen humor.

 A otro le doy el título de  Decano, pues estuvo en la residencia anterior de Carretas y fue de los primeros en estrenar  la casa de San Marcos. Le pedí que rezara por  los curas y nosotros también le encomendaremos.

Para esta fiesta, cuando llegamos, estaban preparando el sitio, las mesas, la decoración y desde luego la comida. Está a la sombra y rodeado de jardines. Se presenta  como muy adecuado para este evento. Pongo unas  fotos que lo demuestran.

Vi a un grupo de monjas jóvenes  y empleadas poniendo los adornos, colocando los dibujos y preparando las mesas con tapetes y servilletas rojas y ya poniendo las bandejas con el aperitivo. Todo de gran fiesta y de buen gusto.

Un cantante,  que me dijeron que era un voluntario de la casa, preparaba los altavoces y ponía a punto el piano.

 A la sobremesa habrá baile y la comida será amenizada con música de los años 60-70 que es la que gusta a los residentes. Se oirán canciones de Ana Belén, Karina, Mari Trini,  Camilo Sesto,  Andrés do Barro, Julio Iglesias, los  Tamara etc. Una fiesta.

También habrá gaiteros. No hay que olvidar que estamos en Galicia.
Al final de todo está previsto la entrega de premios a personas acogidas, que destacaron en algo durante el año. También tiene su punto de emoción y de gratitud.

D.Félix
Nos invitaron a comer; la tentación para aceptar y quedarse al ver todo aquello,  era grande. Les prometí volver el año que viene y sentarme a la mesa como uno más.

 Hice un cálculo y pensando que eran algo mas de  200 y la mayoría tendría una media de 80 años,  me salió que allí se podían sumar unos 16.000 años. Con esos años podríamos llegar hasta Moisés incluso más atrás. Es una cifra verdaderamente respetable.

Estas casas de acogida a los mayores, son una bendición de Dios. Resuelven muchas situaciones difíciles de arreglar y con la oración a Dios y un poco de buena voluntad se puede convivir con paz y alegría. Hay que estar con la idea de poder ayudar al otro y con ganas de hacer sonreír al vecino y hermano.

Lucila también recibió un premio
 No somos inocentes, pero Dios nos ama y ayuda y  nos prepara para la vida  eterna con El.

Víctor m. Sánchez  Lado

Pedro María Gutiérrez Aguirre. Kiru.




El día 17 de este mes de julio se cumplía el segundo  aniversario de la muerte de este sacerdote vasco. Todos le llamábamos Kiru. El también nos ponía a sus amigos pequeñas variantes en nuestro nombre como Vitorchiu o Saguchu etc.
Viacambre

Estuvo en Galicia y en concreto en Santiago desde el año 1962. Era un sacerdote numerario del Opus Dei y fue director del Centro de Encuentros Sacerdotales de Santiago.

 Los sacerdotes de Galicia le están  muy agradecidos pues estuvo enteramente entregado a ayudar  a  cualquiera  de los que conocía, como fuera su situación.

 Recorrió  muchas aldeas,  también remotas, de toda Galicia y asistió a funerales con ánimo  de conocer a sacerdotes y transmitirles sus inquietudes apostólicas.

No siempre era bien recibido, pero el no cejaba en su intento y volvía,  hasta ganar  a su hermano sacerdote.  Tenía una gran capacidad de amar y desbordaba  alegría en todos sus encuentros que siempre eran provechosos.

A algunos les animó a ir  a ampliar  estudios  y le deben, a sus ánimos y consejo, haber hecho una licenciatura en Roma o en otra universidad.

Le conocí un  poco después de llegar a Santiago, cuando yo  ya me iba  para Roma y luego le volví a ver en mi estancia en una parroquia llamada Vimianzo a donde me había destinado mi sr. Obispo y en donde estuve desde el año 1966 hasta  1970.

Recuerdo que allí vino un día de mi santo, un 6 de marzo,  en que tenía a otros sacerdotes invitados y también estaban conmigo mis padres. Vino a estar un buen rato con nosotros y trajo la guitarra. Tocó canciones del tiempo de mi madre especialmente dedicadas a ella y que le gustaron muchísimo y pasamos  todos un rato muy agradable.

D. Kiru, como le llamábamos,   era un cantante apasionado. Así le  decía Josemaría Escrivá cuando estuvo haciendo  en Roma   sus  estudios  de teología. Le gustaban mucho las rancheras, sobre todo si tenían un mensaje como Chapala y otras. Había una que no tenía ningún mensaje pero era muy  bonita   y que hablaba de una puñalada trapera. Nosotros, los curas amigos,   le llamábamos la trapera y siempre se la pedíamos. Cántanos la trapera,  le decíamos.
También  nos enseñó alguna canción vasca que cantábamos con mucho entusiasmo.

Fue muy creativo en el tiempo que estuvo en Santiago, buscando para los sacerdotes lugares de descanso o de formación.  En estos lugares se reunía con sacerdotes o chicos que luego fueron seminaristas y salieron sacerdotes. Basta recordar una casa llamada la Tioira cerca de Marín y el piso de Viacambre en la calle del Horreo en Santiago,  en donde tuvimos las primeras comidas juntos y medios de formación.

Tuvo otras muchas iniciativas, como  las comidas de Navidad para sacerdotes amigos,  en que nos reuníamos muchos en  un ambiente festivo y fraternal. También organizó algún retiro espiritual al que se entregaba con gusto. Y en varias ocasiones reunió, en una comida fraterna, a madres y hermanas de sacerdotes.

Pasados los años, se fue para Oviedo y en Gijón falleció santamente el 17 de julio de 2015. Hubo un sacerdote,  D. Carlos Carrasco,  que nos representó en el funeral  a los sacerdotes gallegos que le conocíamos.

 Había nacido en Bilbao, al lado de la basílica de Begoña, el día 2 de noviembre de 1932

sábado, 22 de julio de 2017

Fiestas en Santiago




Salí a dar un paseo por las calles céntricas de Santiago y luego por la Alameda o Herradura. No fui solo, me acompañaba un seminarista de México,  y traté de  ver algo que representara el ambiente. Ciertamente hay conciertos y otras cosas,  pero se lo dejo a los periódicos.

Al llegar a la plaza de Cervantes desde una mesa me llega casi un grito unánime de bienvenida de un grupo  de 5 personas, entre ellas un sacerdote.

 Les pregunté de donde eran y se quedaron callados o no  me entendían. Luego  se lo dije en inglés y me contestaron que eran de la culta Francia. Me alegré de esa actitud positiva.

Luego  la Plaza de la Inmaculada y el Obradoiro llenos de gente. Había  gente disfrazada de personajes,  que pedían ayuda.
Uno de ellos se sostenía en una barra de metal con una mano, pero lo demás estaba flotando.  ¿Donde está el truco?

También  vimos unas monjas en bici. Traían una bandera polaca y por eso pensamos que podían ser polacas. La bandera es  por arriba blanca y por abajo  roja.

Pasamos luego a la alameda en donde nos encaramos con propaganda política que aprovechan el tirón de las fiestas.


Vimos  las diversas atracciones aunque, por ser la hora que era,  aun sin  gente y sin funcionar. Supongo  que a la tarde aquello se verá lleno de niños y jóvenes decididos a divertirse.

En donde está el truco
La ciudad está sumamente tranquila, con cierta vigilancia pero sin peleas ni cosa que se le parezca.


 La catedral llena. San Benito , Ánimas y Jesuitas con las puertas abiertas.