martes, 31 de julio de 2018

La alegría del camino de Santiago



Esta parroquia está en la ruta del camino inglés que comienza en Ferrol y pasa justo por delante de la  iglesia.

Los peregrinos que pasan,  encuentran la iglesia abierta pues hay un voluntario que les recibe, les atiende a sus preguntas y le sella la credencial. Siempre se les ve alegres. No vi a un peregrino triste.

En una ocasión venía un matrimonio de mediana edad y les vi cara de cansancio , entonces me dirigí a la señora y le dije que tenía cara de cansada. Me contestó que estaba cansada pero contenta. El marido asentía discretamente y también se  alegraba del comentario.



Quizá ni los mismos  peregrinos saben de dónde viene  ese gozo y alegría.

Reflexionado sobre ello y después de varios comentarios y preguntas veo que el camino les ayuda a rezar y reflexionar. A pensar en esas preguntas fundamentales, quien soy, que hago. ..
Paco a la puerta de la iglesia,  mirando los planos.

 Muchas veces hacen confidencias con sus compañeros de viaje y eso de abrir el alma a un amigo o a un hermano en la fe, es muy sano. Ya  santa Teresa decía que todos necesitamos un desaguadero. Luego también ayuda el salir del nivel del egoísmo. El camino ayuda a pensar en el otro, a ayudarle y eso da alegría de hacer el bien.  También sientes la fraternidad que ya en otros ámbitos de la vida,  no se estila pero  que conforta tanto. 

Todo eso, sumado, lleva a ver siempre caras sonrientes en los peregrinos. Quizá los que están a disgusto dejan el camino a la primera de cambio y no aparecen, o cambian de actitud y les viene como premio la alegría.


60 peregrinos portugueses

lunes, 30 de julio de 2018

Primeras comuniones en S. Cayetano



Mateo
Cuatro niños  recibieron por primera vez a Jesús en este domingo.

La procedencia era variada. A uno de los niños lo prepararon sus padres y luego tuvo catecismo en la parroquia.

 Dos hermanas asistieron a la catequesis parroquial y otra venía de Suiza, aunque sus padres son de Galicia. En Suiza recibió la formación a la que cooperaron sus padres.

Ana Naira y Uxia
La homilía se centró en Jesucristo que tiene un corazón compasivo tal como se había leído en el Evangelio de la multiplicación de los panes y peces. Recordó el sacerdote tres palabras  claves del catecismo sobre la Eucaristía: Está (presente el Señor), se ofrece (al Padre por nosotros)  y se nos da en la comunión.

 Así como hubo abundancia en la multiplicación de los panes y peces, así hay abundancia de perdón, de gracia, de misericordia  y de paciencia de Dios. Ahora es el tiempo de la paciencia de Dios.
También comentó el celebrante sobre la falta de apetito de comulgar,  de algunos. Esa falta de apetito es señal de que algo no  va bien y que hay que ponerle remedio.

Ahinoa
Los niños comulgaron con devoción y les acompañaron muchos mayores.

Dimos gracias juntos ,  como suele hacerse en la Misa de los niños, y se les impuso el escapulario del Carmen que tiene grandes promesas de la Virgen, como la asistencia a la hora de la muerte o la ayuda a salir del purgatorio al sábado siguiente a la muerte del cofrade.









sábado, 28 de julio de 2018

Peticiones a la Virgen (de la Paz)



En esta parroquia tenemos una bonita imagen de la Virgen de la Paz y a sus pies hay una sencilla  caja  de cartón que pone: PETICIONES A LA VIRGEN.

Son muchos los papelitos escritos en diversas lenguas con peticiones o también  con acciones de gracias. Incluso hay uno en japonés aunque no se lo que dice.

Bastantes de estas peticiones hacen referencia a la salud o a personas enfermas para que sanen. Había una escrita en letras grandes que decía: TENGO CANCER, AYÚDAME.

Otras peticiones son para pedir descendencia. Hay  gente que desea tener un hijo. Dice una:” quiero un bebé sano y de forma normal". Otra dice,  que mi mujer y yo podamos ser padres pronto, por favor,  y seamos felices. Otra pide sin más quedar embarazada este año.

Hay una graciosa: por la salud de toda mi familia y como favor secundario estaría bien que nos tocara algún dinerito. Gracias. 

Otro se pone en las manos de Dios y dice: dame lo mejor para mi aunque no lo entienda, y luego da gracias por las ayudas recibidas.

Hay otros que no se fijan en las cosas materiales.  Uno  dice que confía a María a sus muchachos y pide que ayude a todos a creer en Ti y en tu Hijo Jesús. Dame paz de espíritu, dice otra petición. Otros  piden cordialidad, ser feliz, que se haga su voluntad, serenidad para los míos.

Hay también  peticiones de trabajo o un  buen empleo pronto. Hay una que concreta algo más: dame un buen empleo para septiembre. Quizá  una niña dice: que pueda obedecer a la primera.

Por la familia hay bastantes. Incluso una pide por su suegra, otro por la unidad de la familia y otra que su marido le siga queriendo siempre.

viernes, 27 de julio de 2018

San Tarsicio Mártir de la Eucaristía, siglo III


En la parroquia San Cayetano, hemos optado por hablar de la vida de este pequeño santo, ya que nos puede servir de ejemplo en nuestro caminar cristiano.
San Tarsicio
Mártir de la Eucaristía, siglo III
Patrón de quienes hacen primera comunión y monaguillos


"En Roma, en la Vía Apia, fue el martirio de San Tarsicio, acólito. Los paganos le encontraron cuando transportaba el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo y le preguntaron que llevaba. Tarsicio, no quería arrojar las perlas a los puercos y se negó a responder; los paganos le apedrearon y apalearon hasta que exhaló el último suspiro, pero no pudieron encontrar el sacramento de Cristo ni en sus manos, ni en sus vestidos. Los cristianos recogieron el cuerpo del mártir y le dieron honrosa sepultura en el cementerio de Calixto". -Martirologio Romano.

En un poema, el Papa San Dámaso (siglo IV) cuenta que Tarsicio prefirió una muerte violenta en manos de una turba, antes que "entregar el Cuerpo del Señor". Lo compara con San Esteban, que murió apedreado por su testimonio de Cristo.
El hecho del martirio de San Tarsicio es histórico, pero no consta que fuese niño acólito como dicen algunos. Normalmente son los sacerdotes o diáconos los que llevan la Eucaristía a los que no pueden ir a la Santa Misa y la referencia a San Esteban hace pensar que Tarsicio fuese diácono. Pero la Iglesia puede confiar la Eucaristía a un laico en caso de verdadera necesidad.

Según la tradición al joven Tarsicio se le confió llevar la comunión a algunos cristianos que estaban prisioneros, durante la persecución de Valeriano.
El santo fue sepultado en el cementerio de San Calixto. No se ha identificado su sepultura. La iglesia de San Silvestre in Capite dice tener su reliquia.
Su fiesta se celebra el 15 de Agosto.

Relato del martirio de San Tarsicio (Servicio Católico.com)
Valeriano era un emperador duro y sanguinario. Se había convencido de que los cristianos eran los enemigos del Imperio y había que acabar con ellos.

Los cristianos para poder celebrar sus cultos se veían obligados a esconderse en las catacumbas o cementerios romanos. Era frecuente la trágica escena de que mientras estaban celebrando los cultos llegaban los soldados, los cogían de improviso, y, allí mismo, sin más juicios, los decapitaban o les infligían otros martirios. Todos confesaban la fe en nuestro Señor Jesucristo. El pequeño Tarsicio había presenciado la ejecución del mismo Papa mientras celebraba la Eucaristía en una de estas catacumbas. La imagen macabra quedo grabada fuertemente en su alma de niño y se decidió a seguir la suerte de los mayores cuando le tocase la hora, que "ojala “decía elfuera ahora mismo".

Un día estaban celebrando la Eucaristía en las Catacumbas de San Calixto. El Papa Sixto recuerda a los otros encarcelados que no tienen sacerdote y que por lo mismo no pueden fortalecer su espíritu para la lucha que se avecina, si no reciben el Cuerpo del Señor. Pero ¿quién será esa alma generosa que se ofrezca para llevarles el Cuerpo del Señor? Son montones las manos que se alargan de ancianos venerables, jóvenes fornidos y también manecitas de niños angelicales. Todos están dispuestos a morir por Jesucristo y por sus hermanos.


Uno de estos tiernos niños es Tarsicio. Ante tanta inocencia y ternura exclama, lleno de emoción, el anciano Sixto: "¿Tú también, hijo mío?" "¿Y por qué no, Padre? Nadie sospechará de mis pocos años".

Ante tan intrépida fe el anciano no duda. Toma con mano temblorosa las Sagradas Formas y en un relicario las coloca con gran devoción a la vez que las entrega al pequeño Tarsicio, de apenas once años, con esta recomendación: "Cuídalas bien, hijo mío". "Descuide, Padre, que antes pasaran por mi cadáver que nadie ose tocarlas".

Sale fervoroso y presto de las Catacumbas y poco después se encuentra con unos niños de su edad que estaban jugando. "Hola, Tarsicio, juega con nosotros: Necesitamos un compañero". "No, no puedo. Otra vez será", mientras apretaba las manos con fervor sobre su pecho. Y uno de aquellos mozalbetes exclama: "A ver, a ver que llevas ahí escondido". Y otro: - "Debe ser eso que los cristianos llaman <>", e intentan verlo. Lo derriban a tierra, le dan golpes, derrama sangre. Todo inútil. Ellos no se salen con la suya. Tarsicio por nada del mundo permite que le roben aquellos Misterios a los que el ama más que a si mismo...

Al momento pasa por allí Cuadrado, un fornido soldado que está en el periodo de catecumenado y conoce a Tarsicio. Huyen corriendo los niños mientras Tarsicio, llevado a hombros por Cuadrado, llega hasta las Catacumbas de San Calixto, en la Vía Appia. Al llegar, ya era cadáver. Desde entonces el frío mármol guarda aquellas sagradas reliquias, sobre las que escribió San Dámaso: "Queriendo a San Tarsicio almas brutales, de Cristo el Sacramento arrebatar, su tierna vida prefirió entregar, antes que los misterios celestiales".