miércoles, 5 de mayo de 2021

Joven y alegre

 



Una vida ejemplar

Hace unos días me trajeron a la iglesia parroquial dos  bonitos centros de flores. Venían del tanatorio Boisaca y del cubículo en donde fue velada Daysi, una abogada de Ecuador que estaba haciendo un master en España y que acababa de ir a la Casa del Padre desde  esta ciudad de Santiago de Compostela.

Aquí se le descubrió una enfermedad al estómago que la tuvo  bastante tiempo en el hospital, pero a pesar de los esfuerzos de los médicos no pudo ser curada y falleció con paz, el día 30 de abril de este año 2021.

Ella sabía que ya no había remedio humano y llevó la enfermedad con alegría. Cuando ya faltaba poco para el final se le acercó un enfermero a atenderla de nuevo. Era  de esos  que le gustan los piercin que llevaba en las orejas e incluso en la nariz y, ya cuando se iba; Daysi le llama y le dice que le está muy agradecida por los esfuerzos  que puso en todo momento y por el cariño  con que la trató; al bueno del enfermero se le soltaron las lagrimas y se marchó muy emocionado. Lo mismo le pasó con una enfermera.

Pocos días antes del desenlace la visitó un sacerdote que conoce y trata a muchos inmigrantes y organiza viajes a Fátima (Portugal). Después de estar un rato de charla animándola, Daysi le dice a los acompañantes que la dejen sola que quiere confesarse. El sacerdote (D. Javier) la confiesa y luego, después de explicárselo, le da la Unción de Enfermos,  esto ya con la presencia de sus acompañantes.

Estaba feliz y ya dispuesta a entrar en el Cielo que lo veía al alcance de la mano. Desde allí, decía, os ayudaré más. El  sacerdote le cantó una canción  (Malagueña), con la feliz coincidencia  (providencia de Dios) , que esa misma canción  se la cantaba su padre en Ecuador.

Los médicos le dijeron que podía comer lo que quisiera y que si tenía algún capricho que lo dijera. Los caprichos fueron dos: ver el mar y vestirse de novia y que así la pusieran en el féretro cuando muriera..

La llevaron al mar de un pueblo cercano llamado Rianxo con muy buena panorámica y como no podían llevarla al agua, discurrieron  pedir  una palangana, llenarla de agua y llevársela para que  tocara el agua del mar.

Del traje de novia se encargaron unos familiares que fueron a una tienda del centro de la ciudad y estuvieron hablando con la dueña  que les atendió. Eran  un poco caros,  pero en la conversación salió el motivo del traje.

 Daysi lo veía como un símbolo de su alma que iba a presentarse delante de Dios ,limpia y reluciente por los sacramentos recibidos.

La señora se vio tan emocionada por el relato  que les dijo que cogieran el que más les gustara y se lo llevaran,  pues se lo regalaba.

La muerte fue tranquila como la de un peregrino que llega a la meta, a la casa del Padre.

En el tanatorio estaba en el féretro vestida de novia,  un poco maquillada y con una foto al lado, que sacó horas antes de morir, sonriente como una niña sin malicia y con el traje blanco que deseaba.

El funeral fue sencillo y a la vez hermoso, pues la liturgia habla de salvación, de resurrección, de unas  estancias preparadas por Jesús y de estar con Él.

La homilía fue sobre  de cómo cuando uno está bien preparado,  la muerte es luz, es paz a pesar de los pesares.

También dijo el sacerdote  (D. Javier)que el Cariño recibido por parte de su familia que cuidaba de ella, ha sido un anticipo de lo que es el amor de Dios, que nos prepara una morada eterna.

También hablo de mirar adelante, pues los que quedamos, seguimos teniendo una tarea que cumplir y que no podemos abandonar.

Que descanse en paz y pida por nosotros.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario