Hemos tenido la gozosa experiencia de la gran fiesta de la Virgen, el 15 de
agosto, su triunfo, la Asunción a los cielos. Esa experiencia se ha de extender
a la próxima fiesta de Guadalupe, Belén y Gracia que se celebran en las parroquias de S. Juan y San Cayetano.
Mi mensaje ahora es: Cuidado con el “ocupa”
indeseable. El diablo o demonio o también maligno.
San Miguel nos puede ayudar a descubrir ese ocupa y a echarlo de nuestra alma.
Que es lugar para Dios.
El ocupa no nos quiere y busca hacer el mayor daño posible. Casi nunca está
sólo y se cuela por varias puertas que encuentra abiertas. Son
principalmente el pecado mortal, el odio y negarse a perdonar, las
supersticiones, amuletos etc. Hay que cerrar esas puertas y abrir a Dios.
Dice santa Teresa que la llave que abre la puerta a Dios es la
oración. Por eso el maligno tiene tanto interés en que no recemos. Nos aparta, de mil maneras, de la oración.
Nuestros amigos y defensores son la Virgen, los ángeles custodios y
especialmente S. Miguel que es protector de personas y comunidades.
Acudamos a ellos con constancia. Todos los días.
Hay que poner orden en nuestra casa interior y lo hacemos con la ayuda
que Dios nos da mediante la oración y los sacramentos a través de los
cuales Dios actúa en el alma y la embellece.
Tenemos también el recurso del agua bendita, espigas y ramos benditos, incienso
en la iglesias ...velas benditas el día de la candelaria. También alejan al
maligno, las imágenes de Cristo y de la Virgen en las habitaciones de nuestras
casas. Gracias a Dios podemos defendernos.
Buenas fiestas y mucha alegría en la lucha y desear la
santidad y así transmitir a Dios a los demás.
V. Sánchez. Párroco.
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