sábado, 13 de julio de 2019

La cartera. Una pequeña historia


La  tarde de uno de estos días pasados, estuvo llena de emoción. Un joven se acerca al despacho parroquial con una cartera. Era una cartera más bien gorda, de color negro y con un montón de tarjetas, papeles del  super, estampas y un poco de dinero.

El chico que me la trajo me dio la impresión que no la había tocado y lo que quería era desprenderse de la cartera y no tener problemas.

Estaba en uno de los bancos del jardín, no tirada sino posada y como olvidada.

La cartera nos da poder. El estar sin cartera casi nos deja desnudos. Sólo podemos andar y ver escaparates. Pues no podemos coger el autobús, ni tomar un chocolate con churros , ni dar una limosna a un pobre que nos viene con su historia.

La cartera nos da seguridad, no sólo por el dinero sino por los datos que allí tenemos que son como nuestras mejores posibilidades.

Cuando me la entregó,  lo primero que vi fuel el DNI. Vi que pertenecía a una señora de mediana edad, cuyo nombre aparecía en facebook, pero de teléfono de contacto de la dueña, nada. Traía la dirección postal y como no quedaba lejos,  decidimos unos chicos y  yo a llevarla en mano. 

Preguntamos,  pero quizá nos  equivocamos  de número, pues nos dijeron que no era  allí.

Regresamos y ya decidí ver todo el contenido a ver si encontrábamos alguna pista. Entre los papeles estaba el teléfono de una floristería, por lo que deduje que era una señora con sensibilidad pues le gustaban las flores.

Llamé a aquel teléfono, le di algunos datos y le describí  la foto. La señora de la floristería no se daba cuenta, aunque le parecía que la conocía aunque no estaba segura. De repente se le ocurrió ir a la farmacia que estaba al lado. Fue con su teléfono y me puso a la farmacéutica  quien me dijo que si, la conocía  pues era su amiga.

 Le di mi teléfono y llamó a su amiga Carmen que así se llamaba. Al poco rato me llamó toda contenta la interesada, diciéndome que era un poco despistada y que vendría al día siguiente a buscar su cartera, como así hizo.

Varias  personas buenas hicieron una  cadena de bien para solucionar un problema. Fue una cadena solidaria  y amable, de bondad, que terminó bien. Cuanto bien se puede hacer si somos un poco serviciales en cosas parecidas.

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