Tengo un amigo sacerdote, bastante mayor y con diversas enfermedades, a quien visité hace poco.
Estuve en conversación con él y entre otras cosas le pregunté qué tal llevaba el dolor, pues no se quejaba y sonreía con facilidad.
Me dijo que desde su ordenación había tenido un lema que lo conservó hasta ahora, y ese lema son las palabras de la Virgen al ángel: hágase en mí según tu palabra. La presencia de estas palabras le ayudó a superar todas las dificultades que se le fueron presentando y, ahora, su enfermedad y diversas limitaciones.
Me parece un buen ejemplo y un buen sistema para santificar nuestra vida en lo ordinario y , si hace falta, en lo extraordinario. El Señor está dentro de nosotros y a él se lo decimos quizá bien unidos a la Ss. Virgen. Naturalmente esto va unido a la oración y a los sacramentos de la Iglesia, en donde tenemos este encuentro directo con Jesús.
A mi me ha hecho bien saberlo y empezar a practicarlo y, espero, que a mis lectores le sirva esta experiencia para su mejora personal y la consiguiente repercusión en los demás.
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