lunes, 19 de diciembre de 2016

los nuevos actores

He visto en los locales de D. Bosco, una representación de  la Navidad. Estaba hecha por niños bien ensayados.

Estaba el salón lleno de familiares y amigos y muchos niños hermanos de los que actuaban. Al final todos los niños quisieron salir  en la foto.

Presentó el acto y dio la bienvenida a los presentes el catequista itinerante  Andrés  López que nos invitó no sólo a mirar sino a escuchar.

Todo terminó con una sesión larga  de villancicos y una chocolatada que reconfortó  a los presentes.






El abrazo de Mauri. Es Navidad.




Mauricio es un chico que viene por S. Cayetano algunas veces  y viene a pedir una ayuda. En ocasiones  tiene la barba larga, una barba espesa y negra y otras viene perfectamente afeitado. De él hablé en otra ocasión en este mismo blog.

Acepta con agrado un detalle de afecto.  Lo  valora. Pero hoy, quizá por el ambiente de fraternidad  que crea la Navidad, me pidió un abrazo. Le  di un abrazo ymientras, me decía que aquí la gente le quería y le miraba bien.

Él se hace querer porque es humilde y educado.

Le recordé que yo trataba de imitar a los santos que en los pobres veían a Jesús  y que abrazándole a  él abrazaba a Jesús. Cuando lo oyó  se quedó pensando y asimilando lo que le decía.

Hace un poco  que vino también por aquí Loren. Es fotogénico según el mismo afirma.
 Me contó que está esperando la cena de la Nochebuena que da una familia de clase media alta de Santiago a los pobres.

Loren
 Es una cena , me dijo, con abundante marisco, pescado y carne y toda clase de postres de Navidad.

 Loren es también un chico joven, que le gusta la conversación y es sensible al trato amable. Quedó en rezar por mí, pues así se lo he pedido porque la oración de los pobres llega al cielo.

Anda buscando trabajo y desde luego le deseo que lo encuentre pronto.





martes, 13 de diciembre de 2016

Mons. Javier Echevarria. Algunos recuerdos.




Fallece en la tarde del 12 de diciembre día de la Virgen de Guadalupe. Era el sucesor de dos santos, S. Josemaría  Escrivá y el beato Álvaro del Portillo.

Se le podía seguir a través de las cartas mensuales, cartas de familia, que se encuentran en internet. Estas cartas manifiestan  puntos de actualidad que pueden servir de  lucha personal. Están  generalmente unidos o relacionados con intenciones del Papa.

Yo me encontré personalmente con D. Javier en tres ocasiones. Otros desde luego podrán decir muchas más cosas y tendrán una amplia experiencia de trato.

En una ocasión estando en el Año sacerdotal en Roma, fui con un amigo a la Plaza de San Pedro. Había una celebración que estaba a punto de terminar. Recuerdo que para los que estaban  dentro habían  habilitado  un pasillo vallado  por el centro de la plaza. El público se acercaba a esas vallas para ver pasar a los que salían. Nosotros sabíamos que estaba D. Javier y que seguramente le veríamos pasar,  como así fue. Iba acompañado de otros sacerdotes y al verle le  llamamos. Se acercó a nosotros y le dijimos en pocas palabras  de donde éramos y qué hacíamos en Roma. Rápidamente nos dijo que había que llenar esto, no la plaza de S. Pedro sino los seminarios. Se veía que esa era su preocupación: las vocaciones al sacerdocio. Nos bendijo y siguió su camino.

En otra ocasión, en el año 2010, estaba también en Roma y celebraba mis Bodas de Oro sacerdotales. Pedí hablar con el Padre y me dieron una hora, a las 7 de la tarde más o menos. Éramos unas  15 personas en el aula. Nos habló y luego fue saludando una a una, eran matrimonios que estaban de paso. Cuando llegó a mí,  le dije que estaba celebrando las Bodas de Oro. Se alegró conmigo y me comentó que a lo mejor sentía mis manos vacías, pero Jesús  y María suplían nuestras deficiencias.

Y la tercera vez fue un encuentro fortuito en el Colegio romano. Nos estaba enseñando,  a unos pocos,  la casa,  D. Javier Izco y, en un descansillo,  encontramos al Padre. Pude notar que la fraternidad no sólo la predicaba sino que la vivía intensamente. Se notaba en todo aquel ambiente qwue era de afecto y alegría y  allí se palpaba.

También  tengo el grato recuerdo de una carta. Cuando  falleció mi padre le escribí y se lo contaba diciéndole que aparte de Dios ya no me quedaba en la tierra un padre o una madre, pero que lo tenía a él. A vuelta de correo me contestó con diversas consideraciones y termina con una bendición de tu padre Javier. Las palabras tu padre, estaban subrayadas como dándome respuesta.

Estos son unos sencillos recuerdos que en muchos años me han ayudado y confortado.


lunes, 12 de diciembre de 2016

le despidió con una sonrisa

He visto en los entierros en los cementerios, distintos modos de comportarse y despedirse del difunto. Pero esta ha sido la primera vez que vi que  la despedida era  con una sonrisa.

Se trataba de  la esposa del difunto,  quien con amor se acercó a su difunto marido, le llevó  una rosa blanca y le despidió con una sonrisa. Su mirada era de cariño y como de ánimo, como diciendo, pronto nos veremos.
Luego se retiró para dejar a los enterradores hacer su trabajo.

Pienso que debía ser la manera como le recibía y despedía habitualmente en su casa. Ahora emprendía un viaje a la casa del Cielo y allí de nuevo se verían , ciertamente con más  amor.

sábado, 10 de diciembre de 2016

tirar el NO, como una piedra.

Francisco de Osuna dice que para poner remedio a las tentaciones de imaginación que pone el diablo, hay que tirarle el NO a la cabeza. Así hizo David con  Goliát.

 David con la honda le  lanzó una piedra que se le clavó en la cabeza y  Goliát cayó por tierra cuan largo era y allí pereció.

Así hemos de comportarnos con el diablo cuando nos tienta  con pensamientos malos. Tener el NO como portero de nuestro interior.