viernes, 10 de mayo de 2019

Severino Potel Estévez, sacerdote.



Falleció el 10 de mayo a las 10 de la mañana del 2019, día de San Juan de Ávila, patrón  del clero español. Vivía  jubilado, en su casa de Pontecesures.

 Había nacido en Xanza el 13-12-1926 y recibió la ordenación de sacerdote el 18-12-1952. Descanse en paz.

Estuvo de párroco en varias parroquias pero las últimas fueron el Jobre en donde estuvo  14 años y luego Pontecesures en donde estuvo 34 años, ya cerca de su tierra natal. Luego estuvo ya jubilado unos 8 años , permaneciendo con su familia en Pontecesures.

En la iglesia del Jobre, dedicada a la Virgen,  estuvimos  varios amigos en distintas ocasiones haciendo romería a la Virgen.

 La romería es una visita a un santuario mariano y el rezo de  tres rosarios y muchas veces una plática  en la iglesia. Luego, si se tercia,  hay una comida de fraternidad con los compañeros asistentes.

Cuando estuvo en Pontecesures  las romerías eran generalmente en el grandes santuarios de la Esclavitud y de Santa María de Iria
Iria
De alli tenemos muchos y gratos recuerdos.
Aunque se jubiló y dejó su cargo parroquial,  no dejó la pastoral. Ayudó en lo que le pedían sus compañeros sacerdotes de la zona y les  echaba una mano en diversas  tareas parroquiales.

Llevó bien la enfermedad que  conoció con tiempo en su gravedad y el paso a la Vida eterna no le cogió de sorpresa. Días antes recibió la  Santa Unción en la parroquia, a la vista de sus antiguos feligreses.

Era muy acogedor y detallista cuando se le iba a ver a su casa. Estaba siempre dispuesto a organizar una comida fraternal en la que disfrutaba contando y oyendo historias y anécdotas de la vida.

Con  D. Olimpio
Como todos los sacerdotes era muy mariano. Era grande su amor a la Ss. Virgen a quien visitaba en sus santuarios. La Virgen le llevó en su mes mariano por excelencia, el mes de  mayo.

Rezaba mucho y fue fiel a la oración hasta el último momento, deseando hacerla con la mayor perfección, consciente de su importancia.

 Estaba muy agradecido a las atenciones y formación que la daba la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz a la que pertenecía desde más de 40 años y con la que colaboraba en lo que podía.

Su hermana  Nieves y toda  su familia,  le ayudaron mucho,  tanto en su apostolado como con su persona. Los últimos que le vieron con vida recibieron de él una sonrisa de afecto y agradecimiento.

lunes, 6 de mayo de 2019

Quinita (gente buena)




A Joaquina Barral Iglesias, todos la conocíamos como Quinita. Falleció el 5.5.2019.

Fue casada y quedó viuda joven , dedicándose a sus hijos y colaborando con su hermano sacerdote desde muy pronto.

En su casa recibió a sacerdotes, seminaristas y jóvenes que por diversos motivos se reunían especialmente para encuentros formativos entorno a su hermano D. Alejandro.

Vale la pena conocer su vida. Fue  una vida en que imitó los 30 años de  trabajo de Jesús de Nazaret, quizá impulsada por la formación que recibió sobre la santificación del  trabajo y de la vida ordinaria, procedente de S. Josemaría Escrivá y de la doctrina del concilio Vaticano II. Podía decir como Guadalupe Ortiz de Landázuri que será beatificada el 18 de este mes : "Quisiera que el Señor estuviera contento y no pensar más que en Él".

Quinita no vivía si no estaba haciendo algo, quería trabajar aun en sus últimos años en que estaba muy limitada.

A ella le pedían que rezara por las vocaciones. Le daban nombres concretos y se alegraba de los progresos de los que conocía. Otras posibles vocaciones como la de sacerdotes,  las encomendaba en general sin saber nombres, pero lo tomaba con mucho interés.

El  cansancio de la enfermedad lo llevaba con paciencia y esfuerzo. Recibió la Santa Unción junto con su hermano ya enfermo y sin ninguna dificultad. Después fue recibiendo la comunión una vez por semana, a veces con gran esfuerzo de su parte porque no podía más.

Sus últimas palabras fueron tal vez estas: Mañana es el día de la madre. Y en  ese día de la madre se fue al Cielo.

Es fácil imaginar que allí le estarían esperando su madre y la Ss. Virgen, madre nuestra. Entraría a ver a Dios cara a cara,  bien acompañada y cantando el Hosanna con todos.

La gran noticia de la fe se resume en estos tres puntos: Dios existe, Dios nos ama y un día le veremos cara a cara. Eso llenó de sentido la vida de Quinita.

Como Dios da el ciento por uno supongo que le recibirían en el cielo con muchas flores, pues Quinita facilitó hermosas flores, especialmente camelias, de su huerta para muchos sagrarios, 
cuando se lo pedían.

También soy testigo directo de que cuando fue el funeral de su hermano D. Alejandro,  pidió al cantor que se cantara una salve, cosa que se hizo justo al momento de la sepultura cuando comenzaba a desaparecer de nuestra vista. Fue una buena idea y  un momento emocionante en que también le poníamos en las dulces manos de María.

Sus devociones fueron sólidas, la Virgen, San José, el ángel de la guarda, el Papa y la Eucaristía. Con esa magnífica compañía podía afrontar cualquier dificultad y conseguir las metas que se propusiera en su vida.

Hay un icono del Juicio final en donde aparecen las almas vestidas con túnicas blancas dispuestas a entrar en la Jerusalén celeste y la Virgen, rodeada de centros de flores, a la puerta  del  Cielo, aguardándonos. Eso es lo que nos espera.

La túnica blanca representa el alma limpia y en gracia.

Grande fue el ejemplo de Quinita, pero de todos modos recemos por ella y ofrezcamos algún trabajo o algún sacrificio, no sea que la dejemos sola y sin nuestra ayuda. A ella también   nos encomendamos.

V. Sánchez
Párroco de S. Cayetano

jueves, 2 de mayo de 2019

Matrimonio. CAPITULO IV : CONOCERSE.





Mientras unos novios esperaban turno para entrevistarse con su párroco, comentaban que querían casarse para, al fin,  ser libres. Otro que los escuchó, luego comentaba que le parecía un poco equivocado su planteamiento, ya que, aunque se pierden parcelas de libertad al contraer matrimonio, primero hay que saber qué tipo de libertad se busca, cuál se pierde, cómo se solucionan las discrepancias...
En esta misma línea me he encontrado algo de todo: desde una novia que de su novio no conocía más que el nombre ( y nada de apellidos y mucho menos del nombre de sus futuros suegros ; eso ya era para nota) hasta bastantes contrayentes que no saben
qué piensa su futuro cónyuge sobre muchos puntos capitales como la verdad de Dios, la verdad de la Iglesia, la confesión, los hijos... En tantas horas que han estado juntos... ¿ de qué han hablado ?.

Le oí contar una vez a un abuelo que en el matrimonio había que comportarse como Santo  Tomás cuando en sus libros se planteaba las cuestiones, pues primero pone una lista de dificultades y luego pone las razones favorables al enunciado.

 Según este abuelo, habría que coger un papel y hacer en él dos columnas. En una de ellas habría  que escribir aquello por lo que uno cree que no le convendría la persona con la que pretende contraer matrimonio, y en la otra, todo aquello que le encuentra positivo a esa persona. Luego habrá que decidir sopesando la información detallada en las dos columnas, es decir, contrastando los defectos con las virtudes o las ventajas con los inconvenientes. Conocerse y aceptarse, que el negocio es para toda la vida.

Los sacramentos fuentes de vida espiritual.
A este propósito me acuerdo de  un matrimonio de más de 40 años de convivencia marital que me llamó la atención por lo bien que se llevaban, a pesar de ser el marido un alcohólico perdido y un “ faltón” .

 Hablando un  día con la esposa, ésta me dijo que de novios él ya era así y que lo aceptó porque quería casarse y tener hijos. Como eso ya lo había conseguido, el resto de los inconvenientes los aceptó con resignación como una penitencia más en la vida, por lo que nunca se sintió desdichada.

A modo de ejemplo, vamos a hacer ahora esas dos columnas de las que hablaba el anciano y experimentado abuelo:

Defectos :                                                                          Virtudes :
                                                                                         

perezoso                                                                            sincero
falso                                                                                   laborioso
impuntual                                                                           guapo
mujeriego                                                                           educado
sin criterios                                                                        ahorrador
cerrado                                                     desprendido                                                                         
sin fe religiosa                                                                    con fe religiosa
poco amante de los niños                                                    manitas
hijo único                                                                            varios hermanos
familia extraña                                                                    dialogante
protestón                                                                            culto
susceptible                                                                          desprendido


Ahora habría que ir puntuando cada una de esos defectos y virtudes y hallar la media. Si esta es positiva, la pareja está en condiciones de poder decir el “sí quiero”.
Vamos a poner ahora unas tablas reales con la opinión de un novio sobre su novia :

Defectos :                                                                          Virtudes :

enfadadiza                                                                       cariñosa
descuidada                                                                       amable
protestona                                                                        hogareña
cambiable                                                                         sensible
orgullosa                                                                          honrada


No deberían casarse las personas que no reúnan unas mínimas condiciones de constancia y de altruismo para poder afrontar el futuro con ciertas garantías y con esperanza.
Lope de Vega, hablando de las cualidades de la mujer, decía :

Está la discreción de una casada
en amar y servir a su marido
en vivir recogida y recatada
honesta en el hablar y en el vestido ;
en ser de la familia respetada
en retirar la vista y el oído
en enseñar los hijos, cuidadosa
preciada más de limpia que de hermosa
( En “La dama boba”, escena IV).

De los maridos poco opinaba, pero lo suficiente :

Vivirás bien empleada
en un marido discreto
¡desdichada de la dama
que tiene un marido necio !
(Escena XVII de “El caballero de Olmedo”).


miércoles, 1 de mayo de 2019

Mi primera Romería a la Virgen en este Mayo



Esta mañana me levanté con la ilusión de hacer una romería a  un santuario de la Virgen, acompañado o solo.

Hice un intento de convencer a un amigo de ir juntos, pero no se encontraba muy bien y no le apetecía salir. Luego ya decidí ir solo a la Virxe da  Fonte, capilla mariana de la que tengo llave y está cerca.

Un amigo, cuando supo que iba de romería a la Virgen se ofreció a acompañarme. Me alegré de no ir solo.

Estaba Santiago desierto, como paralizado al ser el primero de mayo. Todo cerrado y poquísimo tráfico.

Fuimos a pie por senderos en medio de jardines y altos árboles y, para que no falte nada, un riachuelo cantarín que atraviesa el jardí  y pasa por delante de  la ermita. Entramos en la ermita. Abrí  las puertas de par en par y vi con gusto que a pesar de que se usa poco o casi nada, estaba limpia y ordenada.

Rezamos dentro de la ermita un rosario, despacio. Mientras  veía las imágenes de la Angustia, de Juan el Bautista y de S. José en el retablo. S. José con el Niño, aun muy pequeño, llevado en brazos.

Mis pensamientos iban del rosario y sus misterios,  a las imágenes del retablo. La Virgen con el cuerpo de Cristo en el regazo, me hizo pensar en la Iglesia, como muerta, con corona de espinas y con llagas abiertas. Pero también  en manos de María y con la resurrección ya cerca. Dios no abandonó el cuerpo de Cristo  y tampoco abandona a la Iglesia. Ésta resucitará gloriosa, no sólo al  final de los tiempos, sino pronto si rezamos y nos convertimos.

 Ahí era fácil encomendar la actual situación de esta madre la Iglesia, Cuerpo de Cristo.

S. José con el Niño en brazos me llevó a pensar en las iglesias jóvenes, de Asia o de África, y en los  recién bautizados en todo el mundo (2800 adultos en Honkon), ahora en la Pascua. Se los encomendamos a los cuidados de este gran patriarca.

Ya por último S. Juan Bautista señalando al cordero acostado sobre un libro, me hizo pensar en la necesidad de hablar más de Jesucristo,  con valor, sin respetos humanos, y de indicar en donde encontrarle y en llevar a nuestros amigos a tener experiencia eucarística viva de trato perEsonal  con Él.