sábado, 3 de noviembre de 2018

Pude ver el Pórtico de la Gloria



Un grupo de amigos estuvimos viendo el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago recientemente restaurado. Nos dio explicaciones uno de los canónigos, D. Elisardo Temperán.
Se paró en el mensaje que quiso hacer el autor de este Pórtico, el maestro Mateo.

Sólo contaré lo que a mime llamó la atención aunque sean cosas secundarias. No  me paro en la escena de los que se  salvan y se condenan, o del modo de salvarse por lo que se podía llamar la religión natural o del pueblo judío a través de la ley.

Me llamó la atención los grifos, seres fantásticos e imaginativos (1), que están puestos al  nivel de los pecados capitales que están  en otra zona de la base de otras columnas. Estos seres representan nuestras propias complicaciones imaginativas que nos hacen sufrir y que nos separan de Dios.

También me llamó la atención el árbol de Jesé que va rodeando los antepasados  humanos de Cristo hasta la Ss. Virgen.  Ese árbol representa las limitaciones y defectos que nos envuelven, excepto a María que se ve libre  de todo eso. Destacó el parecido con Eva diciendo que no al pecado  con una  de sus manos. Ella es la nueva Eva.

También está representado el cielo en donde todas las figuras son niños. Ya Jesús dijo que si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de los cielos. Los  ángeles los coronan y preparan.
Los 24 ancianos con sus instrumentos musicales afinados, tensos, y de charla amigable esperan algo  (esperan a que lleguemos nosotros), y Cristo , humano, enseñando sus llagas es como instrumento afinado que suena su salvación en la Cruz. El también está tenso en la Cruz.

Por último se ve a Pedro con tres llaves, dos vueltas hacia  arriba y una hacia abajo. Está perfectamente vestido de Pontífice. Te daré las llaves,  le dijo el Señor, esas llaves son para la tierra y para el cielo.

En una hora dijo otras  muchas cosas, pero, eso,  mejor es oírlo directamente.






(1)    El grifo es un animal fabuloso mitad león, mitad águila. Es una de las bestias fantásticas más carismáticas y representadas a lo largo del tiempo, por sus connotaciones positivas y el simbolismo que contiene su forma híbrida. Seguro que si nos acercamos a cualquier iglesia o catedral de nuestra ciudad podremos distinguir entre los muros de piedra, las tallas y las gárgolas a este ser. A veces costará reconocerlo, claro está. Hemos de tener en cuenta que en la época de las grandes catedrales la gente no tenía la capacidad ni la necesidad de realizar grandes viajes, y mucho menos tenían una cámara de fotos del futuro para saber qué es un león, qué es un elefante, cómo son los cocodrilos o a cómo se dibuja un rinoceronte. Dichos animales, para ellos, no existían. En aquella época solían encontrarse descripciones sobre animales lejanos tales como “un elefante es un animal grande como una torre con patas como árboles al que le crece una serpiente donde debiera tener nariz“. ¿Cómo dibujaríamos un bicho a partir de una descripción así? Pues eso: ante la duda, imaginación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario