lunes, 7 de diciembre de 2020

Manuel Miguez Redondo, sacerdote

 

D. Manuel Miguez Redondo,

Falleció el día de San Nicolás, el 6 de diciembre de 2020,  cercana la fiesta de la Inmaculada. Había nacido en Pontevedra el 16 /12/1942 y se ordenó sacerdote el 4/4/1968, en la parroquia de Seijo (Marin). Le ordenó en esa misma parroquia el cardenal Quiroga Palacios que fue recibido con gran cariño y atenciones. Se conservan sus palabras de la homilía que son bien significativas.

Esta fueron las palabras que se recuerdan, en una crónica de ese día:

Nos ruega (el sr. Cardenal) que recemos por los presbíteros y por él, que es un sacerdote más. Que pensemos en la dignidad sobrenatural del sacerdocio cristiano. “Es el sacerdote -nos dice- un Ángel de Dios que enseña a los hombres dónde está el camino”. Nos recuerda que el gobierno en la Iglesia no es autoritario, es amistad. ” La voz del sacerdote es la de Cristo, que es quién realiza los sacramentos”. Continúa su Eminencia con frases de cariño para esta Parroquia de Seijo. Dice que les deja un regalo de parte de Dios. Un nuevo sacerdote. Termina felicitándole y dice que lo recibe con los brazos abiertos.

Su primer destino fue en la parroquia de Seijo en donde tuvo como maestro de pastoral al párroco D. José Benito Daviña Sainz. En esa escuela,  aprendió el trato con los marineros, el diálogo  con otras comunidades cristianas, no católicas, y la amistad con los sacerdotes.

Luego fue a Pamplona a  hacer estudios  durante dos años, y su próximo destino fue Cerponzones en donde estuvo la mayor parte de su vida hasta que se jubiló por enfermedad. Se entendió muy bien con los feligreses y les animó y apoyó en distintas iniciativas en especial en la fiesta de Corpus en las que hacían  alfombras de flores monumentales.

Era muy aficionado a los libros de historia y a las vidas de los santos y descansaba leyendo y tomando notas.  Tenía  libretas con fichas  de todo tipo, escritas a mano, que luego fue pasando al ordenador.

 

Tiene el mérito de haber estudiado y escrito el origen y otros datos,  de todas las parroquias de la diócesis dejando un libro bien documentado. Escribió también una historia de Cerponzones.

 

iglesia de Ceponzones

Pasó la mayor parte de su vida en Cerponzones,  hasta que se jubiló por enfermedad y fue a residir en la casa Sacerdotal en la calle Valle Inclan 7 , de Santiago.

 

En la Casa Sacerdotal nunca dejaba la Visita al Señor en la capilla y concelebraba todos los días con los demás sacerdotes residentes, siempre que pudo.


 

Llevaba todos los días el periódico a un sacerdote que tenía poca movilidad y estaba casi siempre en la habitación pero que le gustaba mucho leerlo.

 

 También  puso de moda los paseos por el jardín de la casa. Él lo hacía fumando y leyendo el periódico o sentado al sol. Con tal motivo otros se fueron animando a pasear o rezar el rosario, al calorcito del sol.

 





Falleció en el Clínico, habiendo recibido las visitas de su familia y de  los sacerdotes amigos y compañeros. Fue atendido espiritualmente y recibió la Santa Unción poco antes de morir.

Descanse en paz.

 

El funeral fue en la iglesia de S.José de Pontevedra que fue presidido por el Sr.Arzobispo, Mons.Julián Barrio y concelebrado por unos 25 sacerdotes. entre ellos el Vicario del Opus Dei en Galicia y el vicario de pastoral de Pontevedra .

En la homilía dijo el Sr Arzobispo que  D.Manuel supo intuir a donde iba y que trató de vivir la fidelidad al Señor.

 

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