sábado, 20 de febrero de 2016

Conferencia de Monseñor Mario Iceta en Montecelo.

Monseñor Mario Iceta es Obispo de Bilbao y participó en el Sínodo de Obispos sobre la familia en Octubre de 2015.

Vino a  hablarnos del Sínodo de los Obispos y de las familias, empezó diciendo que se trataba de una consulta a la Iglesia universal porque el Santo Padre quería escuchar a las familias. Asistieron a este Sínodo 355 personas, entre Obispos y algunas familias.
En donde  se trabajaba intensamente era en los grupos menores, se podía hablar sin dificultades.
El clima era de oración; se trataba de escuchar al Espíritu Santo y a las familias. El Papa dio dos principios, el primero “escuchen con humildad y hablen con libertad”. El segundo, que repitió al menos dos veces, “la dottrina non si tocca”.
Habló Monseñor Iceta de la necesidad de un lenguaje nuevo y formas nuevas, mucha gente no nos entiende y hemos  de ver cómo transmitir.
Luego nos explicó que el matrimonio es un plan y un don de Dios. Presentaba una pregunta de reflexión: ¿cómo respondo a ese don de Cristo? ¿Cuál es mi papel en la Iglesia?
Luego nos dio los siguientes puntos:
-Preparación a la vida matrimonial que ha de insertarse en la iniciación cristiana.
-Aprender amar. El amor evoluciona y, por tanto, hay que adaptarse a esa evolución.
-Celebración nupcial evangelizadora. Estar un día con los padrinos, hablar a los que casi nunca vienen a la Iglesia.
-Acompañar en la vida matrimonial a los esposos, enseñarles el diálogo y el perdón. Buscar matrimonios que puedan acompañar a otros matrimonios.
-Comentó también que el Sínodo anima a tener hijos, teniendo que cuenta que España tiene una población anciana.

 Cuando encontramos parejas de hecho o gente “mal casada”, ver ahí una situación de poder evangelizar y acompañar.  Hay un camino de crecimiento que puede llevar al sacramento, caminar con ellos y reconocer elementos positivos.
-Saber detectar cuando la pareja está en crisis. Rezar y ayudar, estar cercanos, llevarles a un centro de orientación familiar… Si hay separación, también estar para ayudarles, para que sea amistoso y sufran lo menos posible los hijos.
Habló también de cómo en los colegios e institutos se va reduciendo la clase de religión y, en las parroquias, hay dificultades para la asistencia de los niños a catequesis por cuestiones de deportes y las facilidades  que dan los Ayuntamientos para entretener a los niños. 
Ante esta situación hay que buscar alternativas, como puede ser que la familia transmita la Fe.

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