domingo, 23 de junio de 2019

11 campeones



Tuvimos una gran  fiesta en la parroquia de S. Juan con varias felices coincidencias. La primera comunión de 11 niños , la fiesta de S. Juan y sobre todo el día de Corpus o fiesta del Santísimo sacramento.

Ya antes de bajar para la iglesia una señora de Fontiñas me dio dos bolsas de flores para  poder adornar el camino de la procesión,  cosa que hicimos al llegar , Luigi y yo.

Luego, al entrar en la iglesia, se notaba mucho movimiento: la coral ensayando, las campanas anunciando la fiesta, los fotógrafos aprovechando el tiempo con los primeros niños que llegan,  para ir adelantando las fotos de rigor. Y otros poniendo los últimos detalles de la ceremonia, es decir de la Misa, que es lo importante.

La asamblea ya estaba reunida poco antes de la hora y los niños, todos elegantes, estaban  junto al sacerdote para empezar la procesión de entrada. Angelus y canto de entrada. Eran  las 12 en punto.
 Cada uno se fue colocando en su sitio y empieza la Misa después de una sencilla lectura de los nombres de los primo-comulgantes y una  bienvenida a todos.

Las lecturas las hacen los familiares de los niños y Antonio, lee el himno de este día. Luego la proclamación de el Evangelio en donde Jesús nos evangeliza hoy y a continuación la homilía, la reflexión de la Iglesia.
El sacerdote dijo que el Jesús que recibíamos era el que había estado en la cruz, y , ahora glorioso en los cielos a la derecha del Padre.

 Luego nos contó como hacia Jesús hay que tener reverencia y dejar otras ocupaciones y nos contó la historia de 5 ciclistas jóvenes que ante la procesión de Corpus dejan las bicis arrimadas a un árbol y se ponen de rodillas adorando,  ante toda la procesión. Concluía  el sacerdote que debiéramos aprender a adorar al  Señor sin tener en cuenta el que podrán pensar de nosotros y dejar otras cosas secundarias a un lado, “arrimadas a un árbol”.

La coral imponente, como siempre, poniendo alma en sus cantos que nos elevaban al Cielo.

 Hubo una procesión de ofrendas. En esta ocasión además del pan y vino se hizo la ofrenda simbólica de un balón representando el deporte, que es bueno para el cuerpo y para el alma, se ofreció por un niño la Biblia que es la Palabra que alimenta y otro niño llevó un libro de literatura representando la belleza.

La comunión sin prisas y luego un poco de acción de gracias, todos juntos, la imposición del escapulario del Carmen que tiene tantos privilegios,  y ya la procesión alrededor de la iglesia.

 Los   niños echaban pétalos de flores por donde había de pasar el Santísimo,  llevado  en manos del Sacerdote que iba bendiciendo a todo el  que allí estaba.

Fue una hermosa jornada que quedará para siempre en el recuerdo de esos 11 campeones y en la experiencia de sus familiares,  pues también los mayores hemos de creer como creen los niños.


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