sábado, 22 de junio de 2019

A propósito de la fiesta de Corpus.



Con motivo de esta entrañable fiesta de la Eucaristía algunas historias eucarísticas.

Una sucedida ayer en la iglesia de S. Juan en Santiago. Había unos  11  niños para confesarse con motivo de su Primera comunión que será el domingo.

Llegó, pues, uno de los confesores y se acercó a los niños como disfrutando de su alegría, y les  dijo,” vosotros no estáis nerviosos, pero ¿sabéis quien lo está y mucho?”. Yo pensaba que  íbamos a decir que  lo estaban los padres pues a veces así es, pero el sacerdote en cuestión les dijo,” quien está  muy  nervioso es Jesús, pues Él desde el sagrario estará pensando y ¿estos niños me quieren de verdad?, ¡serán  fieles al paso de los años? ¿Seguirán viniendo a verme y recibirme?


Y así nos dejó viendo a un Jesús en el sagrario que esperaba el gran día un poco nervioso y preocupado.

Otra historia la viví hace años en Toledo.

 Era el mes anterior a Corpus y ya estaba la ciudad engalanada con banderas de colores en casas oficiales y en los balcones desde los más elegantes a los más  humildes. Llamaba la atención,  pues aun faltaban varias semanas para la fiesta.

Fui a ver una  exposición y  pude conversar, con un guarda de seguridad, acerca de la fiesta y de la ciudad. Me dijo, ¿sabe usted lo que es importante? Me callé para oír su teoría. Y  me dijo, “ni la custodia tan bonita, ni las autoridades, ni el Sr. Obispo, ni las calles engalanadas y la multitud de flores. Lo  importante es la Hostia que va en la Custodia en donde va Jesucristo vivo y oculto”.

Otra es una historia de ciclistas. Fue lo siguiente. Estábamos ya con la procesión pasando de  una parte de la calle a la otra  y con el tráfico parado, y llega un grupo de unos 5 ciclistas jóvenes. Eran de unos 16-18 años.

 Pues ellos,  al ver la procesión  y al Santísimo  bajo palio,  se arrimaron a un lado, pusieron las bicis junto a un árbol y todos se arrodillaron mientras pasaba el grupo del Santísimo.

 Fue un bonito ejemplo de fe en gente joven. Les  dio el sacerdote una especial bendición aunque ellos no se enteraron, pero lo verán en el Cielo.

Hay otros muchos detalles e historias que son historias de enamorados,  como el llevar pétalos de flores para ir echando delante del Santisimo, o las  alfombras de flores que un amigo mío dice que hay que llamarlas caminos de flores, o alfombras de sal teñida de colores, o la costumbre en algunos sitios de dar a los niños de Primera Comunión una flor para dársela a su madre en el momento de la paz etc.

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