Muchas veces pensamos que los grandes milagros quedaron circunscritos a la época del paso de Nuestro Señor por la Tierra, pero esto no es así.
Él mismo nos dijo que se quedaría con nosotros hasta el fin del mundo y, si tenemos fe y lo que esto conlleva, (vida de gracia, oración, amor a la Virgen y a la Eucaristía, respeto al prójimo...), seguiremos viendo milagros y aún mayores.
Como la palabra del Señor no falla, dejo a continuación una interesante cita bíblica que ilustra lo anteriormente expuesto:
Evangelio según San Marcos (16, 15-20): "A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos".
No quiere decir esto que por tener fe no vayamos a tener sufrimientos y persecuciones (ninguno de los apóstoles murió precisamente en una cama burguesa), pero el Señor nos sostendrá en las dificultades y, tarde o temprano, nos llevará al Cielo después de haberle ayudado a redimir almas con nuestro sufrimiento ofrecido.
Marta González Castro
profesora
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