martes, 10 de diciembre de 2019

Estampa de un pastor



Acaba de salir un libro de María Victoria Hernández Rodríguez que titula ESTAMPA DE UN PASTOR. Es un libro de 88 páginas con diversas ilustraciones que lo hacen más ameno y que trata de la vida de un sacerdote y obispo y fundador: D. Ángel Riesco Carbajo.

Sale este libro con motivo de la declaración de Virtudes heroicas de D. Ángel. La autora   y postuladora de la  causa, invita a completar personalmente el retrato que ella ofrece porque cada uno puede descubrir aspectos que no se dicen pero se intuyen.

Conocer la vida de D. Ángel nos lleva a dar gracias a Dios porque sigue suscitando santos sacerdotes y laicos, cercanos a nosotros en el tiempo pero también  cercanos en los problemas  y dificultades que experimentamos todos.

En el trascurso de esta historia  aparecen virtudes de este sacerdote en las que nos gustaría profundizar y además algunos principios o luces  que el Espíritu Santo le fue haciendo ver y que le llevaron a la santidad.

Un ejemplo es lo que le   gustaba meditar y repetir:” No son los acontecimientos, no son las personas, es el Señor”. Después de leer esto  nos quedan ganas de leer más cosas que el Espíritu Santo le inspiraba para  él, para su santidad, pero también nos pueden servir a nosotros, pues la luz es para todos los de la casa. Hay varios libros con cartas y pensamientos de D. Ángel.

Tiene un capítulo dedicado a sus grandes amores, otro a las visitas diarias  a ancianos, pobres y familias en donde  nos hace ver su estilo y su caridad pastoral en lo material y espiritual. Lo mismo en lo que se refiere a la catequesis etc.

Merece mención especial la fundación de las Misioneras apostólicas de la caridad., a quienes les da ideas claras: “tened presente que los frutos de la misión son consecuencia de una intensa unión con el Señor en la oración, y con la Iglesia en la comunión. Ser apóstol no significa estar todas las horas del día de aquí para allá predicando o dando testimonio. Significa ser de Cristo y con Cristo ser para el mundo que espera con ansia el anuncio de la buena noticia del Evangelio”…

Es también interesante  su actitud ante el sufrimiento, en una carta dice que “gracias a Dios lo ha habido en mucha abundancia”.

Es provechoso leer su vida de párroco,  luego de obispo y  también sus últimos años. Merece la pena leerlo con calma y desde la oración,  pues no sólo se predica con la  palabra sino también con el testimonio.

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