sábado, 31 de octubre de 2020

Es una persona LUZ

 



Tuve una conversación con un amigo y me comentó que había personas LUZ. Te atraen, te gusta hablar con ellas y sus palabras y sus comportamientos aparecen externamente como una luz atractiva. Te ayudan a ser mejores.

Ese comentario me recordó una visita que hice hace años a una anciana enferma que me mandó pasar cuando llamé a la puerta y era una mujer  que veía poco. Al llegar le pregunté cómo me permitió pasar sin verme  bien. Ella me contestó: vi un relumbre. Un relumbre es algo menos que la luz, es un resplandor, pero a ella le bastó

El caso es que ser luz, que es más que relumbre,  viene del Evangelio. Si  imitamos a Jesús que es la luz del mundo, o luz de las gentes como traduce el concilio Vaticano II, nosotros seremos también  luz por la unión con Él. De hecho cuando nos bautizan nos entregan una vela encendida, una luz, como si nos dijeran, ahora ya eres luz.

Desde luego son una luz grande los santos, sus vida y sus palabras llegan – en vida y después de la muerte - a muchas gentes y las iluminan para el bien.


 

 Por eso a los santos se les representa con una aureola al rededor de la cabeza quizá para expresar esta hermosa realidad.

 Y , si el mundo está a oscuras,  es que nosotros que debiéramos ser luz, no lo somos.

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