Pongo Pastor con mayúscula porque me refiero a Jesús el Buen Pastor, vivo en la Eucaristía y modelo de todos los pastores.
Creo que en estos días recibió alguna alegría, que voy a relatar.
Hace poco hizo la Primera comunión una niña de la parroquia. Llegó con tiempo y esta es la alegría: En la Misa llegó el momento de la consagración y en ese momento ella se arrodilló aunque la gente que le rodeaba nadie o casi nadie lo hizo. Fue un acto de fe en la presencia del Señor que él vio perfectamente y seguro que le sirvió de consuelo.
Otra alegría fue el interés de un enfermo por ver al sacerdote y la colaboración de su familia. Un hijo se acercó a la iglesia y explicó la situación y pidió que fueran a ver a su padre y a consolarlo. Hizo poca falta para animarle al enfermo a que se confesara y recibiera la comunión e incluso la Unción de enfermos.
No me cabe duda de que en todo eso estuvo la mano del Pastor que acudió en ayuda de la oveja en necesidad y bien dispuesta. Seguro que le dio una gran alegría.
También creo que dan alegrías al Señor los que visitan a la Virgen
peregrina de Fátima que pasa este mes de
mayo en Santiago y mucha gente le visita y le pide ayuda. A cualquier hijo le alegra que quieran y echen piropos
a su madre. Ella es la Casa de Oro como decimos en las letanías.
Y ya, por último, los peregrinos tienen detalles que estoy seguro harán sonreír la Buen Pastor: vi a un joven de unos 25 años que pasaba con su mochila y con la alegría de llegar y que iba descalzo por las calles de Santiago.vi a otro que ayudaba a una señora en las escaleras del Obradoiro, a bajar un carrito con un niño pequeño y que ella gobernaba con dificultad.
Vi también a otros que no solo sellan las credenciales del Camino sino que rezan en la iglesia y sonríen a la gente con la que se cruzan. el Señor también se alegrará de esos detalles.
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