pasaba por la calle, más bien rápido, y un pobre, que estaba ganándose el día, me dijo: Una ayuda, si se puede.
Interiormente le dí las gracias a ese amigo, pues me enseñó a dirigirme a Dios con palabras parecidas y así de humildes. Pero con una diferencia que yo sé que por parte de Dios, si "se puede" .
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