lunes, 17 de febrero de 2014

Las llamadas telefónicas


Ahora que estoy convaleciente, recibo llamadas de mis amigos. Pienso que el  hacer una llamada o enviar un sms y lo mismo el contestar cuando te llaman,   es todo un arte por ambas partes.

Hay personas que envían un sms en donde dicen lo esencial, ahorran tiempo y dinero y también  el que lo recibe ahorra tiempo, tiene todo resumido en unas pocas palabras. Es un buen sistema que se está popularizando.

Volviendo a las llamadas, hay personas que buscan el momento oportuno. Tienen que conocernos un poco y pensar. Luego no se contentan con dos palabras quieren algo de conversación: contar y que les cuentes y si son amigos siempre hay algo que contar.

En una ocasión fui a ver a un buen amigo, gran fumador y que tenía el cenicero lleno de colillas. 

Después de saludarlo me quedé callado por unos momentos y él me comentó en seguida si no tenía nada que decir. Le dije que no tenía nada interesante que contar. Entonces me contestó con una frase que podría entrar tranquilamente en el libro de los proverbios de la Biblia. Me dijo: entre amigos todo es interesante.
Otras veces te llaman a una hora intempestiva. A lo mejor estas comiendo o preparándote para una ocupación o en una reunión. En ese caso no sabe uno que hacer, si coger o dejar que suene el teléfono para llamar más tarde. Ninguna de las dos  cosas satisface.
La contestación a una llamada también es importante. Supone tener reflejos, haber pensado en aquella persona, quizá encomendar al ángel custodio cuando sientes la llamada y aun no sabes quién  es. Coger pronto el teléfono, a nadie le gusta que lo hagas esperar. Luego hay que dejar un buen sabor de boca para ambos interlocutores, sabiendo percibir el momento de terminar. También  es un arte

También  hay otros medios de comunicación que se van perdiendo que son las cartas, pero eso es otro cantar.

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