sábado, 9 de abril de 2016

DYA




La Academia y Residencia en la historia del Opus Dei (1933-1939)
Autor: José Luís González Gullón. Edit. Rialp 2016, 559 pgs.

Este es un libro histórico y es una preciosa historia de una academia para universitarios en Madrid, que luego pasó a ser academia-residencia.
Es un relato de 6 años de vida como dice el subtítulo aunque los  3 años de la guerra estuviera cerrada. Se trata de una gran experiencia que luego se transportó  a muchos países , ya con nombre nuevos y como colegios mayores o residencias.
Al  coger el libro en la mano me parecía imposible que se pudieran escribir tantas páginas sobre los avatares de una academia y en tan pocos años, pero luego al leerlo se ve que hay mucho y muy substancioso que contar.
También  pensé – un prejuicio- , que quizá sería un buen libro para personas interesadas con la labor  entre universitarios o relacionadas con el Opus Dei, pero llegué a la conclusión que es un relato sincero, con muchos datos, con experiencias válidas para cualquier persona que quiera hacer algo por Dios y que se encuentra con las naturales dificultades y problemas.

En ese libro se encuentran muchos temas: los primeros pasos del Opus Dei, la personalidad carismática de S. Josemaría. La situación de España y de la universidad. Los jóvenes, los pobres y enfermos etc. También se cuenta como fue la gestión  de la academia,  tanto económica como formativa etc.
Yo solo me fijé, en esta reseña, especialmente en las cosas que me llamaron la atención, aunque todo se lee con muchísimo gusto. En la presentación que hace el autor,  se encuentra un magnífico resumen.

Me llamó la atención que cuando se habla de la visita a enfermos que hacía Escrivá y que aconsejaba a los jóvenes universitarios, dice que ahí el Señor quiso que yo encontrara mi corazón de sacerdote. Les llevaba luz y consuelo cristiano. Con esa luz el dolor tenía un sentido y se llevaba de distinta manera.
Cuenta el autor  como  Escrivá trataba a todo tipo de personas, pero jóvenes. Muchos acudían a él al ver la piedad y concentración  que tenía en la celebración de la Santa Misa.

Apuntaba lo que según su parecer eran luces de lo alto y esas notas contribuían a organizar las actividades apostólicas de la Obra y de la Academia.

Las propuestas a los jóvenes eran sencillas y concretas: 1º formación para facilitar el diálogo con Dios Padre. 2º, estudio bien hecho. En esto insistía de muchas maneras y 3º el cultivo de las relaciones con sus respectivas familias y amigos.

En la página 239 nos habla de cómo era la oración de Escrivá en momentos de gran necesidad. Como le hablaba a Dios y le urgía, con confianza de hijo, su ayuda. Eso le llevó al convencimiento de que lo más importante era la celebración intensa de la S. Misa, la oración a Dios a través de Jesús y la mortificación, aprobada por el confesor.

A lo largo del libro aparecen muchos nombres de estudiantes y profesionales que frecuentaban  la academia y las diversas actividades formativas,  el apostolado epistolar,  su relación constante con la jerarquía a quien informaba de todo, los almuerzos con invitados, la dirección espiritual, los apuros  económicos,  la expansión a otros países etc.

Todo se lee con gusto y provecho y da ideas apostólicas.

Por último,  es de notar como todo estaba impregnado del anuncio de la llamada a la santidad para todos ,
sea cual fuere su puesto en la sociedad y con todas las exigencias de la entrega,  incluso en el celibato apostólico,  si así Dios lo pedía,  y siguiendo en sus puestos,  sin salir de su sitio.
 Al principio muchos no lo entendían,  aun teniendo buena voluntad. Era una novedad revolucionaría en la vida de los cristianos del siglo XX,  aunque tenía el precedente de los primeros cristianos.

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