miércoles, 28 de junio de 2017

Virgen de Guadalupe. "Madre de todos".



Los rayos del sol.
Santa María de Guadalupe se para frente al sol y es rodeada por rayos de oro, intercalándose los de forma recta con los serpenteantes, y está integrado una figura de “nimbo” de forma de almendra en toda la figura, lo que significa divinidad; que si bien, recuerdan las imágenes de la Inmaculada Concepción europeas, al mismo tiempo manifiestan que Ella porta al verdadero Sol de justicia que viene a superar y a darle plenitud a todo lo creado.

Mensaje que de igual forma los indígenas entendieron; la tradición oral de los pobladores de Zozocolco, Veracruz, nos ayudan a entender lo que los indígenas comprendían, ellos decían: “una Mujer con gran importancia, más que los mismos emperadores, que a pesar de ser mujer, su poderío es tal que se para frente al sol, nuestro dador de vida, y pisa la luna, que es nuestra guía en la lucha por la luz y se viste con las estrellas, que son las que rigen nuestra existencia y nos dicen cuando debemos sembrar, doblar o cosechar.

Los ojos.
Los preciosos ojos de Santa María de Guadalupe manifiestan misericordia y compasión; y también encierran algunos aspectos que, gracias a varias ciencias, podemos ir conociendo más.
En sus ojos se descubre que tienen reflejos como en cualquier ojo humano, según las leyes de las ciencias; y lo que hace confirmar que no se trata de adaptaciones fantasiosas, es el hecho de que hay algunas imágenes que se encuentran en los dos ojos, teniendo en cuenta sus distintas posiciones, sus proporciones y su correlación científica.

Esto sigue sorprendiendo a tantos científicos quienes usando su instrumental, según su ciencia, han llegado a concluir en los mismos resultados: hay imágenes reflejadas en los dos ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe en conformidad de su posición, su proporción y leyes que rigen, y dichas figuras empalman.

La boca.
Tiene labios muy hermosos y el inferior coincidentemente quedo impreso sobre un nudo de la tilma lo que brinda una leve y tierna sonrisa.

                                                                                   Seminarista. 
                                                                                  Federico Enyer Valiente Sandoval.


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