La primera aparición de Fátima, nos interpela a todos / Por D. Jaime López Ramón

D. Jaime es el párroco de San Miguel dos Agros y es un enamorado de Fátima. Fue muchas  veces a este santuario y ha estudiado con amor las apariciones, pero dice que la primera es un interrogante que nos llega a todos.

D. Jaime López Ramón

De esta aparición nos habló. Primero hizo una breve introducción  hablando sobre la personalidad y carácter de los videntes, los tres niños de Fátima.

Luego pasó a hablar de la primera aparición que fue precedida de fenómenos atmosféricos, como otras.
 Nos recordó que se apareció cerca de los niños en una encina que ahora  es la columna que está frente a la capeliña. La encina desapareció,  pues los devotos se la fueron llevando como recuerdo.

Dicen,  los videntes, de la Señora que era más brillante que el sol. Eso ocurre así porque estaba metida en Dios. Al  final  de la aparición, la Virgen abre los brazos y salen de sus manos haces de luz que envuelven a los niños que se ven en Dios y Dios está en ellos.

Nos puso el conferenciante los ejemplos de Moisés que después de hablar con Dios su rostro estaba radiante, porque estaba  lleno de Iahveh.

También puso el ejemplo de San Pablo que  cuando iba persiguiendo a los cristianos le envuelve una luz que le obliga a preguntar qué tengo que hacer. Y otro ejemplo más es de André Frossard(1) converso francés,  que en un momento inesperado ve toda la verdad de Dios que le envuelve en su inteligencia y voluntad.

Se paró el conferenciante en las palabras primeras de la Virgen que nos las dice a todos y que son continuación de la predicación del Evangelio: No tengáis miedo. Y también nos hizo ver que las apariciones son un programa, un plan de la Virgen. Venid los días 13 durante seis meses…

Ya en esa primera aparición la Virgen habla de una joven que estará mucho tiempo en el purgatorio. Existe el  purgatorio. También les habla del cielo. En la tercera aparición les hará ver el infierno. Nada nuevo, lo que siempre la Iglesia ha predicado.

Puso, D. Jaime,  énfasis en la pregunta que la Virgen le hace a los  niños como pidiéndoles permiso, dejándoles en libertad de responder, algo parecido a lo que  pasó en la Encarnación:

"Queréis ofreceros a Dios para soportar todos sufrimientos que El quisiera enviaros como reparación de los pecados con que El es ofendido y de súplica por la  conversión de los pecadores?"

-Si queremos.

"Tendréis, pues, mucho que sufrir, pero la gracia de Dios os fortalecerá"

Es una pregunta dirigida a cada uno de nosotros. Somos interpelados por la Virgen pues se dirige a todos los cristianos. No contamos sólo con nuestras fuerzas,  también está la gracia de Dios. Con ella todo lo podemos.

Concluyó diciendo que las llamadas de Dios son para cada uno de nosotros y que estamos obligados a anunciar la verdad de Dios.

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(1) El padre de André Frossard fue Louis-Oscar Frossard, uno de los fundadores históricos del Parti communiste français, quien fue líder del partido durante 31 años. Sus padres (ella, atea de origen protestante y él, judío) lo criaron como ateo, pero a los 20 años de edad se convirtió al catolicismo tras tener una visión sobre "un mundo distinto, de un resplandor y una densidad que arrinconan al nuestro a las sombras frágiles de los sueños incompletos". Fue bautizado el 8 de julio de 1935, en la chapelle des religieuses de l’Adoration.