viernes, 4 de noviembre de 2011

Matrimonio


Diálogo entre madre e hija: La sexualidad

Por Sheila Morataya-Fleishman 
En una época dónde hablar de sexualidad parece lo más natural, ¿por que no hablar con tu hija de lo que significa el respeto al propio cuerpo?
“Si la educación de la sexualidad toca lo más íntimo de la persona humana, entonces, debe ofrecerse de manera delicada, oportuna y gradual, a niños, adolescentes y jóvenes, preferentemente en el ámbito familiar, tendiendo siempre a la formación integral de la persona”.
José Antonio López Ortega.
Hoy, muchas ideas alrededor de la sexualidad parecen tan “modernas” y naturales, que pueden hacer dudar sobre los propios principios y convicciones. Y si a ti como adulta se te hace difícil, imagínate las enormes cataratas a las que deben enfrentarse tus hijas adolescentes. Hablarles de virginidad, “hoy” que todo es tan moderno y ligero, no es nada sencillo. Es un verdadero trabajo y debes hacer uso de tu ingenio como madre, para lograr hundir en ellas la decisión de permanecer limpias y puras hasta que el momento del matrimonio llegue.
Entonces, ¿Cómo hablarle a tu hija de la virginidad en esta época tan cargada de sensualidad y modas ajustadas?. ¿Cómo responderle y estar preparada con argumentos inteligentes que la harán pensar y decidirse a tener el coraje de conservarse virgen? Y ¿qué es ser virgen?, ¿cómo afecta a la psiquis y espiritualidad de una mujer el que se conserve toda pura hasta el momento de ser esposa? Sin lugar a dudas amiga, si eres madre de una niña o varias llegará el momento en que este tema tendrá que ser tratado con armas, seguridad y confianza con tus hijas.
 
El descubrimiento de la propia sexualidad
“Mamá, acabo de conocer al hombre que será el amor de mi vida”
Lo primero que como mamá te pasara por la cabeza será: ¡Dios mío no puedo dejar sola a esta niña!. Tu ya sabes de lo que hablo, pues fuiste joven una vez y te enamoraste perdidamente. Y cuando se tiene apenas 15 o 16 años se quiere saber y experimentar todo, y la imaginación anda muy despierta. Por eso es muy importante que hables con tu hija y le digas que debe enfrentar con ese primer amor. Debes ser muy delicada y comprensiva para abordar el tema y hacerle reflexionar en los siguientes consejos:
    Ese chico podrá estar enamorado de ti, pero recuerda que cada vez que se despida, observará la forma en que te das tu lugar y hasta donde le permites llegar. Los besos, abrazos y caricias pueden hablar bien o mal de tu persona.
    Recuerda hija, que eres muy joven y estas descubriendo tu propia intimidad, y las emociones hasta hoy desconocidas para ti a través de los encuentros que vas teniendo con él. Todo lo que sientes, es natural y forma parte de descubrirse así misma. Todo esto que es tan hermoso y lleno de ilusiones esta en tu naturaleza, ahora, en tus manos quedará decidir hasta donde quieres llegar, y sobre todo, hacer valer tu dignidad de mujer y el respeto que te debes a ti misma.
    El ser novia también significa ser amiga. Vive con ilusión este ideal y recuerda que tu noviazgo será valioso cuando, además de la atracción física que sientan, nazca esa amistad sólida y fecunda que marca los amores verdaderos.

Imaginando un diálogo amoroso con tu hija
El propio respeto.
“¿Te has enamorado?…Entonces llegó la hora de decidirte por conservar siempre la seguridad y el respeto hacia ti misma”
Estar enamorada, incluye también, alcanzar la madurez de una mujer joven para no dejarse llevar por las pasiones y los instintos. ¿Qué es el respeto a ti misma? Sobre todo, es tener la capacidad de apreciarte como una joya valiosa; como una obra humana de extraordinario valor. Un valor tan grande tienes y un lugar tan especial mereces en la vida de tu gran amor, que serás lo suficientemente inteligente para cuidarte, para proteger tu inocencia, para no querer probar los momentos reservados para el matrimonio antes de tiempo. No sé como explicártelo, pero es tan hermoso y vale tanto la pena saber esperar.
Si te tienes verdadero respeto, comprenderás lo valioso que es tu cuerpo como mujer joven, reflexionarás profundamente en tu corazón cada uno de tus actos. Verás a través de esta emoción que te llena el alma, el nacimiento de un verdadero sueño de amor, pues comenzarás a proyectarte hacia el futuro. Y ¿que hay en ese futuro?: la fundación de tu propia familia, motor de la sociedad . Imagínate en la responsabilidad que más adelante tendrás como esposa y madre. ¿No vale la pena entonces pensar muy bien, antes de hacer algo que más adelante puede costarte muchas lágrimas?
Cuando estas enamorada se ponen a prueba tus convicciones, tu fuerza de mujer joven y tu fortaleza, pues primero tienes que aprender a amar con tu inteligencia. Es la escuela de la prudencia. Nada de carreras,. El primer amor te permite ir descubriendo a la mujer recién estrenada en ti, caracterizado por ese impulso o instinto natural que todos tenemos. Es una oportunidad para conocer el amor y como se aprende a dominar el propio instinto; una oportunidad para hacer una experiencia de vida y ser más fuerte e íntegra, siendo siempre pura.
 
El Diálogo sigue…
La relación con el sexo opuesto.
¿Te imaginas? – El, ¡se ha fijado en mí!
Hay tanto que descubrir y aprender cuando por primera vez se produce un encuentro sentimental con un chico. Es muy importante, que vigiles como te comportas y hasta coqueteas, la ropa que te pones y los lugares a los que asistirás con ese amor tan especial. No provoques situaciones en las que te veras obligada a defender tu pudor o a poner un alto a las manifestaciones de cariño. No llegues al punto en que corres el peligro de olvidarte de ti y caer en una trampa de la que no podrás escapar.
Recuerda amiga, que cuando “ligas”, “amarras” o andas con alguien, ese chico no solo vera tu cara bonita o tu cuerpo (si es que te toma en serio, te respeta y te aprecia como persona). Ese chico observará tus valores y tus convicciones. Si tu piensas en él como tu futuro esposo, el podrá ver en ti a su futura esposa. Y ¿qué quiere un hombre? Sobre todo una mujer inteligente y pura. Una chica que no ha sido “maleada”. Una joven de la que se pueda sentir verdaderamente seguro y orgulloso tanto como para presentarla a sus padres y sus amistades. ¿No es lo mismo a lo que tu aspiras?
En la relación con el sexo opuesto aprenderás mucho sobre ti. Te ejercitarás en ser una mujer de carácter, pues tal vez alguna vez te pedirán una prueba de amor. ¿Qué es exactamente? Es por libre voluntad, renunciar a tu corona. Es decir si a un acto que lejos de darte la felicidad, te hará menospreciar tu dignidad de mujer . Es renunciar a un valor que has defendido desde muy niña. Tu propia virginidad. Piensa bien entonces si querrás dar un paso adelante y cinco para atrás.
 
Hablemos de la Virginidad
“La relación del ser humano con Dios da pleno significado a la idea de la virginidad”. Juan Pablo II.
Empecemos explicando el concepto de lo que significa ser “virgen”, a partir de las  enseñanzas de Juan Pablo II. Virgen quiere decir “intacto desde el punto de vista sexual”. Esto se aplica tanto al hombre como a la mujer. (Amor y responsabilidad). Pero este hecho toca sobre todo la estructura fisiológica de la mujer. ¿Por qué? Para los hombres la mujer es ese ser que quiere protegerse y cuidarse cuando hay virtud en ella. Cuando desde el interior se ha decidido a abrazar una forma de ser y moverse en el mundo. Frases como: “Quiero permanecer pura hasta el momento de casarme”, “Quiero pertenecer a un solo hombre” o “Me importa sobre todas las cosas llegar virgen al matrimonio”, puedes reflexionarlas y hacerlas tuyas, de esta manera, conducirás tu vida sabiendo la profundidad de su significado y la bondad que encierran para tu vida.
Pero, ¿cuál es la razón por excelencia que tendrás para cumplir estos deseos?, ¿cuál será la razón que te empuje y sostenga para llegar hasta el final? Es decir, para llegar al matrimonio siendo virgen. La respuesta esta, amiga, en que esa continencia o virginidad debe de ir unida a una única opción: “el reino de los cielos”. Tu amor y aspiración verdadera por llegar a ser la y luz del mundo. Algo que Su Santidad Juan Pablo II pidió en su ultimo encuentro de jóvenes en Canadá.
 
¿Qué tendrás que enfrentar?
Que la virginidad (la pureza, la inocencia, la limpieza, el pudor) es algo que esta en la mente y no en una membrana, que es lo que gran cantidad de mujeres tristemente creen. ¿Qué significa esto? Ignorancia sobre la propia naturaleza femenina. Muchas piensan que es importante descubrir por sí mismas lo que deben hacer o no con su cuerpo . – Mamá-, se escucha en boca de muchas jovencitas, - déjame a mí misma que lo descubra. Descubrir ¿qué? ¿Lo que destruye tu propia dignidad? Hay un momento para todo debajo del cielo, nos habla Eclesiastés 3
La famosa prueba de amor, me parece necesario repetirlo, es otra verdad a la que todas las jóvenes se enfrentarán tarde o temprano en su vida. Por eso es muy importante que escuches a tu madre, y sigas las pautas para llevar una buena relación con el sexo opuesto. Una relación que te nutrirá como mujer y te hará descubrir tu capacidad para amar, pero también tu voluntad para defender tus propios valores y convicciones. Me parece que aquí lo importante será, cuan sólida sea tu relación con Dios y el lugar que ocupan en tu corazón Jesucristo y su Madre Santísima. Si estas totalmente consciente y convencida de que la única y sobrenatural razón que te sostiene para conservarte virgen hasta que llegue el momento de casarse, es tu amor por su Jesús, entonces sabrás ser fuerte.
Los adultos comprendemos que a veces siendo muy joven ese seguimiento es difícil, pero recuerda que hubo una Santa María Goretti, que prefirió perder su vida a perder su virginidad. Que Catalina de Siena tenía sólo 15 años cuando se entrego a Dios y que Santa Teresita de Jesús ya era Santa a los 20.
¿Quieres ejemplos de mujeres de hoy? Fíjate muy bien en las jóvenes Consagradas de los Legionarios de Cristo, las Numerarias del Opus Dei, o aquellas que entran a las ordenes de claustro como El Carmelo. Miles, millones de mujeres jóvenes como tu, ofrecen su virginidad a Dios para renovar y redescubrir a la sociedad los verdaderos valores que te hacen llegar a ser mujer de temple.
La virginidad no es una renuncia, sino la decisión de seguir un camino. el de Cristo y sus enseñanzas. La alegría y aceptación de no saltar las etapas, sino esperar el momento en que llegará el quien será tu esposo.
 
La Custodia de tu virginidad.
“La virginidad de la más perfecta de las criaturas encierra un mensaje importante para las mujeres de todos los tiempos: la satisfacción del sexo no pertenece a la perfección de la persona”. Antonio Orozco (Mirar a María)
Si, la conoces desde muy niña. Incluso, tal vez antes de nacer fuiste consagrada a ella. ¿Sabes a quien me refiero? La llamamos la “Virgen María” . Fue voluntad de Dios que su madre fuera virgen, imagínate pues si para Dios la virginidad no será un altísimo valor.
La virginidad o continencia verdaderamente representativa de la entrega total a Dios (no necesariamente debes ser religiosa o seglar consagrada) es la que la mujer vive precisamente como respuesta generosa, como entrega total de cuerpo y alma a Dios, a una llamada divina específica: Crecer en deseos de ser santa mientras ese momento llegue.
Por lo tanto, te conservas virgen, no porque mamá o papá te obliguen. Decides ser virgen como una respuesta de amor a tu Creador. Como una actitud nueva y característica de una generación que se debate entre el sentir y el ser; entre buscar el placer y vivir dignamente como hijas de Dios.
Quiero y decido ser una chica que ha descubierto el don de su sexualidad; buscando hacer “una diferencia enorme” en un mundo que se despedaza por falta de mujeres que aspiren a la vocación de un amor que construye y levanta una cultura diferente. ¡Si quiero ser sal y luz del mundo!.
Imagínate si lo haces de la mano de tu amiga, consejera, consoladora, escudo, Trono de la Sabiduría, Arca de la Alianza, Estrella de la mañana, Nuestra Virgen Santa María. ¡Oh cuán lejos llegarás! ¡Que modelo de mujer, esposa y madre serás!.

 

 

 

 

PREPARACIÓN INMEDIATA AL MATRIMONIO

Alrededor de dos mesas se construye la familia: la mesa del altar y  la mesa de la comida familiar.
UNA INFORMACION A LOS QUE SE VAN A CASAR
San Cayetano
 
 
Entrar en el libro de los viejos o nos queremos casar
( A modo de reflexiones para los que quieren contraer matrimonio)


Prólogo :
 Estas páginas que tienes en tus manos han sido hechas con afecto para tantos jóvenes que cada año pasan por el despacho parroquial con ánimo de arreglar sus papeles, contraer matrimonio y ¡ser felices !.
Mientras fui redactando estas reflexiones y experiencias, las leían los jóvenes y me las comentaban, haciendo observaciones y sugerencias que, poco a poco, se fueron incorporando a este escrito que empezó con sólo tres o cuatro páginas, y que luego fue creciendo como si tuviera vida.
Me propongo despertar el interés por aspectos del matrimonio que imprudentemente no se tienen en cuenta en los meses previos a la boda, pero que tienen con frecuencia un influjo decisivo en los años venideros al enlace. Hay bastantes cuestiones que necesitarían una respuesta más larga y clara, pero eso lo dejo para que cada uno lo investigue en la pequeña bibliografía que ofrezco.
Entra con decisión en esta lectura a la que podrás también aportar tus puntos de vista. El matrimonio es una aventura imponente que condiciona toda tu vida y que vale la pena que vivas a tope en toda su verdad.
 
CAPITULO I : AQUÍ ESTAMOS ANTE EL PARROCO : NOS QUEREMOS CASAR
La vida es cansarse y seguir, hasta llegar  a la meta.

“NOS QUEREMOS CASAR”:  Así comienzan muchos cuando llegan junto al párroco con intención de prepararlo todo para el matrimonio.
La disposición, en principio, es buena : quieren casarse por la iglesia, por eso acuden al párroco, y tienen la idea de que van a realizar algo importante. A partir de ahí, las situaciones pueden llegar a ser muy variadas, aunque con ciertas coincidencias.
Cuando unos jóvenes llegan  a la parroquia pidiendo casarse por la Iglesia suelen decir, después de los saludos de rigor, que no quieren demasiado papeleo, ¿para qué ?. Luego, en la conversación, cuando se les hace le expediente matrimonial, es una constante su afirmación de que se sienten total y absolutamente libres y que ya saben todo lo que hay que saber en estos casos. Casi nunca quieren oír hablar de cursillos ni de otros medios de formación, y algunos se muestran impermeables a cualquier tipo de razonamiento al respecto. Muchos de ellos hace años que no van a Misa ( casi siempre por dejadez o comodidad y no por razones de falta de fe), y están profundamente convencidos de que no tienen pecados, estando solamente dispuestos a confesarse directamente con Dios (sin la mediación del sacerdote). En ningún caso son conscientes de que pueda haber pecados contra el 6º o el 9º mandamientos que ni siquiera relacionan con Dios ni con la salvación.
Respecto a los hijos, tienen la idea de que van a tener alguno, pero más adelante, y desde luego, no les interesa nada una familia numerosa como las de sus antepasados.
Con relación al futuro, piensan que, si les va mal, no van a aguantar toda la vida con alguien a quien no quieren, y por tanto, llegado el caso, se separan o se divorcian y asunto concluido.
Sus ideas respecto al amor, en muchos casos, están bañadas de egoísmo (me gusta, me cae bien, me realizo, me siento a gusto...), aunque eso no quiere decir que no sean capaces de realizar grandes sacrificios por su pareja.
Aunque dicen conocer bien los entresijos del amor, no sabrían explicar lo que es un amor cristiano, y carecen de la “sabiduría” necesaria para comprender lo que significa querer, puesto que nadie se lo ha enseñado, y me atrevo a decir que, si se les preguntasen los mandamientos o qué cosas hay que considerar en la sagrada Eucaristía, no sabrían salir airosos.
Sus ideas respecto a la verdad del matrimonio son muy simples : estar juntos y quererse. De la boda parece que sólo les interesa el adorno de la iglesia y las fotos, que la homilía sea breve, y que se acaben pronto todos estos “rollos” que no entienden demasiado o que quizá no intentan comprender.
Toda esta situación parece que exige el que se les facilite una respuesta, y que se les aclare algunas ideas.
Gracias a Dios, las cosas no son siempre así, y hay muchos jóvenes que tienen un gran deseo de formarse más, y que consideran el matrimonio como un gran ideal que quieren incorporar a sus planes de futuro, y por el que están dispuestos a sacrificarse y a hacer lo que sea necesario para sacarlo adelante.
Intentaremos ahora, tras esta pequeña exposición de los diferentes  “problemas” e interrogantes que plantea el matrimonio, resolver algunos de ellos :
 
  1. ¿Por qué tenemos que hacer tanto papeleo para poder contraer matrimonio ?.
  En principio, porque es para saber qué es lo que queréis. Vosotros podréis hacer siempre lo que queráis, pero hay que aclararlo antes, para ver si eso que pedís lo podéis encontrar en el matrimonio católico o por el contrario tendríais que buscar otro camino.
 
  1. “Nosotros ya sabemos todo lo que hay que saber : no necesitamos ir a los cursillos matrimoniales”.
  De entrada parece un poco vanidosa esa actitud, pero quizá tenga algo de verdad, puesto que lo que se refiere a la procreación le resulta tan fácil a la naturaleza que, efectivamente, no necesita explicaciones, y tampoco es una especial valentía el conocerlo, pues, no sólo los pueblos más atrasados lo entienden, sino que los mismos animales lo realizan a la perfección. Así y todo, hay que reconocer que, en el hombre, el hecho de procrear implica una decisión y una entrega personales que no están presentes en el caso animal.
 
  1. Entonces : ¿Qué otras explicaciones necesito ?
  El matrimonio es una realidad que supera  a la persona ya que repercute en el otro cónyuge, en los hijos (si los hubiere), en los vecinos, en el trabajo, en los amigos, en la familia... Por eso es tan importante conocer bien en qué barco os embarcáis.
 
  1. Según esto : ¿Qué cosas tendríais que saber ?.
  Una pareja que quiera contraer matrimonio conociendo lo que tiene entre manos, debe saber cuáles son los cuatro cometidos o tareas de este sacramento y tener las ideas claras sobre lo que es la fidelidad, el amor, el control de la natalidad, el aborto, las relaciones prematrimoniales, la moral familiar, la educación de los hijos...
   
  1. ¿Hay algún libro que nos pudiera recomendar y que trate de estas cosas ?.
Desde luego que hay muchos y buenos. Esta es una de las materias que más ha llenado y que aún sigue llenando las bibliotecas. Pero viniendo a vuestra pregunta, os recomendaría La Familia, encíclica de Juan Pablo II que explica la hermosura del matrimonio y su situación hoy.
 
  1. ¿ Y por qué la Iglesia tiene que meterse en estas cosas ?.
  Porque la Iglesia tiene la obligación de ayudar al hombre a vivir santamente el tiempo de matrimonio y a facilitar que quien quiera salvarse pueda conseguirlo. Además, de un matrimonio sano depende el futuro de la Iglesia y de toda la sociedad, ya que un matrimonio corrompido daña todos los aspectos de la vida privada y en comunidad de los hombres. De ahí que la Iglesia no pueda ni deba permanecer indiferente a la suerte de los que acuden a ella para tratar del contrato matrimonial
 
  1. ¿Cuál es pues, esa cuádruple misión del matrimonio de la que nos hablaba antes ?.
a)   La formación de una comunidad de personas.
b)  El servicio a la vida.
c)   La participación en el desarrollo de la sociedad.
d)  La participación en la vida y en la misión de la Iglesia.
 
  1. Según usted : ¿no somos tan libres como nos parece ?.
  Efectivamente, aunque en general todos los que se van a casar afirman rotundamente que son libres, a mi modo de ver no lo son tanto, ya que uno es más libre cuanto más conocimiento tiene de lo que hace. Dado que el conocimiento que tienen muchos de los novios acerca del matrimonio es tan reductivo, deduzco que deciden con poca libertad.
 
  1. ¿Y por qué nos tenemos que confesar si no tenemos pecados ?.
Por dos motivos :
  1. porque el hecho de que la conciencia no detecte los pecados no implica que no los posea sino que está como encallecida, como anestesiada ante su existencia.
  1. porque se desconoce lo que Dios ordena en los mandamientos, y por tanto se lo desobedece sin uno saberlo, lo cual ya es motivo de pecado. Se trata de una ignorancia vencible que sólo afecta a los adultos ya que los niños carecen de una conciencia formada al completo.
En estos casos procede hacer con humildad y con sinceridad un examen de conciencia con algún libro que facilite las cosas. El negar las trampas que tenemos, el ocultarlas o el cerrar los ojos a la realidad, no las perdona y permanecerán en nosotros hasta que no pidamos perdón.
 
  1. Entonces : ¿Tampoco es cierto que el matrimonio es estar juntos y quererse ?
  Sí, pero el matrimonio es mucho más que eso, ya que dos personas pueden estar juntas y tener hijos y no ser un matrimonio, o vivir separadas en el espacio por motivos laborales y sí serlo ( si están casados, claro).Tampoco basta con quererse, pues los novios se quieren y no constituyen un matrimonio. El matrimonio lo hace el consentimiento de ambas personas en ser marido y mujer (con todo lo que ello comporta) manifestado ante testigos y ante el sacerdote

Hay que decir del AMOR ( lo que para muchos es el “quererse”, el deseo, la entrega...), primero : que ha de ser cristiano, es decir, sacrificado con obras;  segundo : que es fundamental para que el matrimonio cumpla su misión, y tercero : que hay que aprender a querer leyendo el evangelio y siguiendo el ejemplo de Jesús que es el modelo de persona que siempre ha sabido querer, tanto, que dio la vida por todos nosotros. El amor es pues un sentimiento divino y humano que nos enseña que todos somos polvo, pero polvo enamorado

  1. ¿Cuál es, según usted, la mejor preparación para el matrimonio ?
Sin duda, un cristiano irá mejor preparado cuanto mejor conozca lo que hace. Si les faltan ideas a ambos, esa carencia actuará como un freno a las ruedas de su futuro que les impedirá ser felices.
El sacramento tiene unas gracias llamadas sacramentales entre las que se encuentran por ejemplo la ayuda a :
  1. La sinceridad
  1. La verdad
  1. La honradez con uno mismo y con el otro
  1. La buena disposición para educar y sacrificarse por los hijos...
Todas ellas son necesarias para cumplir bien con la tarea propia del matrimonio y no son efectivas mientras no se está en gracia, puesto que el pecado bloquea los derechos a las gracias sacramentales.
 
  1. ¿Necesitamos confirmarnos ?.
  Si os es posible sí, ya que así lo señala la ley eclesiástica por serios motivos, pero además la confirmación nos hace adultos en la fe, y los adultos son los que se casan, no los niños. Sin embargo no es un impedimento para acceder al matrimonio.
 
  1. Explíquenos en pocas palabras qué es el matrimonio.
  Dios es el arquitecto que ha proyectado el matrimonio. Nos entrega el “proyecto” para realizarlo  y está en la palabra de la Biblia y en la palabra de la Iglesia, quien interpreta auténticamente la Palabra de Dios e ilumina los problemas nuevos que se presenten.
Los esposos son los que han de leer ese proyecto y realizarlo. En caso de no comprender bien algún aspecto deben consultar con el Autor para que se lo explique (invocar el Espíritu Santo en la oración) o también consultar al sacerdote que  se supone lo tiene estudiado.
Sin duda habrá muchas cuestiones que os interesen comentar con vuestros padres o con vuestro párroco. Seguro que les daréis una gran alegría si hacéis una lista de preguntas y se las vais comentando una a una. Así tendréis una visión nueva, que en la medida en que os convenza, podréis incorporar a vuestras alforjas de sabiduría.
 
CAPÍTULO II : LOS FUNDAMENTOS
No cabe duda de que al construir una casa, el buscar los fundamentos es 
una tarea poco divertida y agradable. A muchos les entusiasma bastante más la decoración de la casa o simplemente el habitarla, sin embargo solo al necio se le ocurre construir una casa sin cimentación, por motivos obvios. Por tanto, esa construcción del matrimonio debe empezar por asegurarse de los funda
Una casa requiere de
sólidos fundamentos
mentos y no comenzar la casa por el tejado.
Hay algunos novios que cuando van al matrimonio se imaginan una casa de campo en la que hacen dulces trabajos de jardinería y en donde sale todo como por encanto y sin esfuerzo ; incluso se enfadan con quienes les dicen que hay dificultades y que se encontrarán con sacrificios. A éstos, los consideran aguafiestas y cenizos y no los quieren ni escuchar ya que casi los consi
deran de mal agüero. Estos, que suelen ser sus propios padres o sus mejores amigos, terminan por mirarlos en silencio y pensar : “ya verán lo que es bueno, el tiempo les hará ver la verdad de la vida que ahora no quieren ver”.
 Habrá que hablar, pues, de esos fundamentos y de las posibles dificultades. Veamos :
  ¿Cuáles son esos fundamentos para aquellos que quieran conocerlos ?.
  No se trata sólo de conocer los fundamentos del matrimonio, sino de ponerlos en práctica correctamente para que la construcción sea sólida y para hacer un matrimonio bien fundamentado y a prueba de temporales. Estos fundamentos son tres :
  1.  la ordenación del matrimonio a los hijos.
  2. la unidad de la pareja.
  3. la organización del matrimonio teniendo en cuenta que es para siempre, pase lo que pase, empeñando el futuro desconocido. Esto es conocido en términos técnicos con el nombre de indisolubilidad.
 
¿Nos podría explicar algo más esos fundamentos ?.
  En cuanto a a), hay que decir que una sociedad mercantil es para ganar dinero, y es un fracaso si no hay ganancias. Una sociedad deportiva se crea para fomentar y difundir un deporte determinado, y si no se valora ese deporte la sociedad acaba deshaciéndose. Por el contrario el matrimonio es una entrega en orden a los hijos. Si esa ordenación que da sentido al matrimonio se pervierte, se resquebraja uno de los fundamentos, afectando a los otros dos e incluso a la misma institución. Allí donde hay una unión entre un hombre y una mujer de la que se excluye la ordenación de esa unión a la prole, o no hay matrimonio o hay una corrupción del matrimonio.
Respecto a b), está claro que es una necesidad para el bien integral de los hijos. Cuando hay crisis en un matrimonio, en muchos casos es porque aparece una tercera persona que intenta romper esa unidad y a veces, si no se pone remedio al principio, consigue romperla. Hay que advertir que las causas pueden ser muchas, y a veces, simultáneas. Hubo algunos jóvenes que, sin haber pasado por esos apuros, opinaban que la falta de diálogo, el enfriamiento en el amor, el distanciamiento progresivo... llevaría a buscar otras compensaciones fuera del matrimonio e incluso a la ruptura, si no se les pone remedio a tiempo. Esta unidad afecta también a los otros fundamentos, ya que en donde hay amor fiel hay vida, y en donde hay vida hay amor y unidad.
En relación con c), quiere decirse que hay que casarse con la íntima decisión de que sea para siempre. Vienen al caso aquellos versos de Calderón de la Barca :
El amor es infinito
si se muestra en ser honesto
y aquel que acaba presto
no es amor, sino apetito.
Esto hace que la vida matrimonial tenga una perspectiva propia y distinta del que se casa pensando en que a la primera pelea cada uno se irá por su lado. Esta decisión de permanecer unidos pase lo que pase, es lo que se dice y acepta el día de la boda cuando se dice el “sí quiero”... estar a tu lado en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza...
En determinados casos de muy difícil convivencia podría darse  la separación, siguiendo casados y en la esperanza de un futuro arreglo, pero nunca el divorcio (separación definitiva y en orden a otra unión) ya que quitará ese fundamento y además se opone a la ley de Dios. Esto no puede ser, y lo que no puede ser, además es imposible.
 
Entonces : ¿No compensa el casarse ?.
  Esa misma pregunta aparece en el Evangelio cuando Jesús aborda estos temas. El contestó que no todos los entienden, pero así ha de ser en el Reino de Dios que El va a instaurar, y lo que parece imposible para el hombre no lo es para Dios.
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CAPÍTULO III: LOS HIJOS: "DON PRECIOSÍSIMO DEL MATRIMONIO" (CONCILIO).
¿Qué es tener un hijo ?. Esta es una de las preguntas que merecen una mayor y elaborada contestación y espero darla con la ayuda del testimonio de un padre de familia numerosa, no biológica, pero sí consciente y responsable.
Veamos, antes de nada, cuál es la situación : Algunos jóvenes se acercan al matrimonio con “prisas”, al esperar ya un hijo que no ha sido deseado ni concebido con buena conciencia por lo que trae de entrada preocupaciones y amarguras diversas, viéndose tal vez como un estorbo o como un motivo del adelanto de la boda.
Otros, tal vez, ya han empezado mal, evitándolos, cuando todo el ser del hombre y de la mujer están “programados” con un sí al hijo y a la vida. Ese comportamiento es como el de quien por un lado acelera el coche y al mismo tiempo pisa el freno, es decir, una actitud totalmente irracional.
Algunos van al matrimonio habiendo pensado en limitar, como sea, la natalidad sin mirar ni a Dios ni al Diablo y sin tener en cuenta las posibles consecuencias. No se olvide que esta ordenación a los hijos es uno de los pilares del matrimonio, como ya hemos dicho con anterioridad, y si se deteriora, todo el conjunto sufre ( El Papa invitó, en una audiencia, a un grupo de matrimonios jóvenes y a unos operadores de pastoral familiar a vencer el miedo injustificado a los hijos y les aconsejó que acogiesen generosamente a todos aquellos que el Señor quiera darles. Juan Pablo II subrayó que es necesario que las familias vuelvan a expresar un amor generoso por la vida y  que se pongan a su servicio acogiendo con sentido de responsabilidad y con serena confianza a los hijos que nazcan como fruto de ese matrimonio (28-04-1990)).
Pero, quizás lo que les falta a muchos jóvenes es que les expliquen  la belleza de procrear y educar a los hijos dentro de un matrimonio bien constituido al que tienen derecho.
Veamos ahora el testimonio de un padre de familia :
“Ante la magnitud de esta pregunta, ¿qué es tener un hijo ?, si nos dejásemos llevar por consideraciones filosóficas o por discusiones bizantinas, seríamos capaces de llenar un grueso volumen, pero ése no sería nuestra meta ni tampoco nuestro interés. Me gustaría que mi pensamiento, que voy a tratar  de plasmar en unas breves líneas, os sirviera para explicaros ( si ello es posible) lo que es para mí el hecho de tener un hijo. Para ello habrá que empezar por el principio :
Lo bello, lo sublime, a veces no concuerda con el pensamiento de moda  en estos momentos que tantas veces nos marca las pautas a seguir y nos hace bailar cuales marionetas para intentar ser como la “mayoría” (de borregos). Por eso hemos de tener las ideas claras y la voluntad firme. Vamos al matrimonio conscientes o no de lo que tenemos que hacer, pero eso sí, con una ilusión enorme, pensando que es algo maravilloso que hace que nos realicemos plenamente. Redundando : la definición de amor queda Lope de Vega sería vaga para expresar esos sentimientos, máxime en los primeros días en los que la pareja está sumergida en la vorágine de la boda, con todo lo que ella conlleva ( regalos, luna de miel...). Hasta esos momentos todo va bien, no hay problemas... pero todo tiene su fin, y lo bueno y agradable parece que termina antes. Empieza una nueva convivencia, un nuevo matrimonio se va a incorporar a la sociedad, a esa sociedad que hace sus reglas por capricho, por moda o por comodidad. Pues bien : pongamos nosotros también nuestras reglas en nuestra incipiente familia ( la familia es la base sobre la que se sustenta un pueblo, léase estado, con todo lo que ello conlleva). Dichas reglas podrían ser las de entrega, respeto y fidelidad mutuos.
ENTREGA total al ser amado (AMAR ES QUERER).
RESPETO,  necesario aunque no sea nada más que para que te respeten, ya que cuando respetas a los demás lo primero que haces es respetarte a ti mismo.
FIDELIDAD : si queremos fidelidad tenemos que empezar por ser fieles nosotros con nuestra pareja.
Si juntamos en nuestra coctelera la entrega, el respeto, la fidelidad, y el amor a Dios y a los demás, obtendremos, cual si de fórmula mágica se tratara, esos hijos que nacerán dentro del cáliz del matrimonio, y que al nacer ya llevarán en su interior parte de nosotros mismos, como si fuesen el resumen de nuestra vida, en la que vemos esa realización no sólo por el hijo sino también por el amor de la pareja cuyo premio es ese fruto, ese hijo que será la continuidad de ambos resumida en una sola unidad.
Aquí termina el testimonio de esta padre de familia que debe ser meditado y releído para entender bien todos sus matices.
Una madre de familia, ya viuda, me comentaba que la familia es como un rosal y los hijos son sus rosas. Si el rosal no tiene rosas no se mira. En cambio si hay flores, uno se para a mirarlas y a olerlas para llenarse de su fragancia. Así es una familia con hijos. Y todos los hijos son hermosos. Nunca hay un hijo feo para sus padres. Decía esta misma madre que no estaba de acuerdo con los matrimonios que antes de nada querían tener una casa  muy bien puesta y luego los hijos. Hay  que coordinar las dos cosas con sentido común.
Aun corriendo el riesgo de decir una cosa difícil, los padres han de mirar a la Santísima Trinidad, de la que ellos son imagen y semejanza, para que les sirva de ejemplo. En la Trinidad hay un don total de vida ( el padre se entrega totalmente al hijo), una acogida total de vida ( el hijo es acogido por el padre) y una total comunicación de esa vida (el Espíritu Santo). Algo parecido ocurre en el matrimonio.
 
La educación de los hijos es una tarea apasionante, aunque muy difícil, que abarca toda la vida de los padres y que produce sus frutos. La educación y la fe hay que trasmitirlas junto con la toma del biberón, y requiere una entrega y una constancia que solo es posible en virtud de la gracia del matrimonio y con la ayuda de la piedad de los cónyuges
De esta materia hay también gran cantidad de libros que explican y sugieren soluciones para los problemas que se puedan presentar. Lo más apropiado es ir leyendo algunos libros y pedir consejo a personas expertas en pedagogía, especialistas en estos temas, que gracias a Dios las hay, y pueden evitarnos mucho trabajo y muchos disgustos ayudándonos a darles a nuestros hijos una educación correcta.
 
CAPITULO IV: CONOCERSE.
Mientras unos novios esperaban turno para entrevistarse con su párroco, comentaban que querían casarse para al fin ser libres. Otro que los escuchó, luego comentaba que le parecía un poco equivocado su planteamiento, ya que, aunque se pierden parcelas de libertad al contraer matrimonio, primero hay que saber qué tipo de libertad se busca, cuál se pierde, cómo se solucionan las discrepancias...
En esta misma línea me he encontrado algo de todo : desde una novia que de su novio no conocía más que el nombre ( y nada de apellidos y mucho menos del nombre de sus futuros suegros ; eso ya era para nota) hasta una mayoría de contrayentes que no sabe qué piensa su futuro cónyuge sobre muchos puntos capitales como la verdad de Dios, la verdad de la Iglesia, la confesión, los hijos... En tantas horas que han estado juntos... ¿ de qué han hablado ?.
Le oí contar una vez a un abuelo que en el matrimonio había que comportarse como Santo  Tomás cuando en sus libros se planteaba las cuestiones, pues primero pone una lista de dificultades y luego pone las razones favorables al enunciado. Según este abuelo, habría que coger un papel y hacer en él dos columnas. En una de ellas habría  que escribir aquello por lo que uno cree que no le convendría la persona con la que pretende contraer matrimonio, y en la otra, todo aquello que le encuentra positivo a esa persona. Luego habrá que decidir sopesando la información detallada en las dos columnas, es decir, contrastando los defectos con las virtudes o las ventajas con los inconvenientes. Conocerse y aceptarse, que el negocio es para toda la vida.
A este propósito me acuerdo de  un matrimonio de más de 40 años de convivencia marital que me llamó la atención por lo bien que se llevaban, a pesar de ser el marido un alcohólico perdido y un “ faltón” estructural. Hablando un  día con la esposa, ésta me dijo que de novios él ya era así y que lo aceptó porque quería casarse y tener hijos. Como eso ya lo había conseguido, el resto de los inconvenientes los aceptó con resignación como una penitencia más en la vida, por lo que nunca se sintió desdichada.
A modo de ejemplo, vamos a hacer ahora esas dos columnas de las que hablaba el anciano y experimentado abuelo:
 
DEFECTOS
VIRTUDES
Perezoso
Falso
Impuntual
Mujeriego
Sin criterios
Cerrado
Sin fe religiosa
Poco amante de los niños
Hijo único
Familia extraña
Protestón
Susceptible
Sincero
Laborioso
Guapo
Educado
Ahorrador
Desprendido
Con fe religiosa
Manitas
Varios hermanos
Dialogante
Culto
Desprendido
Ahora habría que ir puntuando cada una de esos defectos y virtudes y hallar la media. Si esta es positiva, la pareja está en condiciones de poder decir el “sí quiero”.
Vamos a poner ahora unas tablas reales con la opinión de un novio sobre su novia :
DEFECTOS
VIRTUDES
Enfadadiza
Descuidada
Protestona
Cambiable
Orgullosa
Cariñosa
Amable
Hogareña
Sensible
Honrada

Los matrimonios modernos ( aunque no todos ) se parecen al pan de molde que, con los ingredientes que le ponen, solo sirve para un día. Mientras está fresco, está bien, pero al poco tiempo está duro y correoso. Pero no debería ser así.
No deberían casarse las personas que no reúnan unas mínimas condiciones de constancia y de altruismo para poder afrontar el futuro con ciertas garantías y con esperanza.
Lope de Vega, hablando de las cualidades de la mujer, decía :
Está la discreción de una casada
en amar y servir a su marido
en vivir recogida y recatada
honesta en el hablar y en el vestido ;
en ser de la familia respetada
en retirar la vista y el oído
en enseñar los hijos, cuidadosa
preciada más de limpia que de hermosa
( En “La dama boba”, escena IV).
De los maridos poco opinaba, pero lo suficiente :
Vivirás bien empleada
en un marido discreto
¡desdichada de la dama
que tiene un marido necio !
(Escena XVII de “El caballero de Olmedo”).
 
CAPITULO V : SABER QUERER
Hablando con un jubilado, optimista y charlatán, me contaba con gozo lo bien que lo comprendía su mujer, pues en una ocasión, cuando ella estaba de compras, sus vecinas le dijeron que el día anterior su marido había llegado tarde. Ella inmediatamente las corrigió diciéndoles : “no llegó tarde, llegó fuera de hora”. Cuando dos personas consiguen  quererse y respetarse, con los años, llegan a este modo tan delicioso de tratarse.
Sería interesante hacer unos cursillos intensivos para todos aquellos jóvenes que quieran aprender a quererse. Varios jóvenes que leyeron estas reflexiones me pidieron que ampliara un poco esta materia. Sobre este tema, puede consultarse NAVARRO, A. M. (1989), La realización de los cónyuges, ediciones Palabra, Madrid. De este libro tomaremos varios ejemplos. Veamos un caso práctico sacado de él :
Laura está casada con Ramón. Ramón es muy despistado y olvidadizo. Cuando estaba próximo el cumpleaños de Laura, Ramón tuvo que ir de viaje. Su esposa le envió una tarjeta postal en cuyo reverso podía leerse : “No te olvides de que el próximo miércoles es mi cumpleaños”. La tarjeta iba sin sobre y fue leída por unos empleados de la oficina de correos. Les hizo tanta gracia, que el miércoles Laura recibió, junto a la felicitación de su marido, un hermoso ramo de flores con una tarjeta en la cual firmaban aquellos desconocidos funcionarios de correos. La anécdota tiene mucho mensaje : Laura necesitaba de la felicitación de Ramón, so pena de caer en la censura verbal cuando su marido hubiese regresado : “No te acordaste...”
Obrando como obró, Laura se ahorró el capítulo de reproches y renunció a hacerse la víctima. Necesitaba recibir la felicitación de su marido, y fue generosa : le pidió para poder recibir, con lo cual, le dio a Ramón la oportunidad de quedar bien y de percibir el amor que se escondía detrás de aquella petición. Quizá deba repetir Laura su gesto algunos años más, con o sin ramo de flores, pero lo que está claro es que Ramón, tarde o temprano, aprenderá a ser más atento a los detalles porque habrá sido  ayudado por el estímulo previo y no por el reproche posterior.
Así, Laura se evitará el peligro de caer en esa clase de esposas vigilantes y desconfiadas que está al acecho de los fallos de su cónyuge para reprochárselo a continuación. Si Ramón no aprende, ha de ser deportivamente optimista, como aquella esposa que aparecía en casa con un paquete, diciéndole a su marido : “¡Me has regalado un bolso por mi cumpleaños !” .
Este es un botón de muestra de los muchos aspectos que hay en la vida  en los cuales se tiene que ir aprendiendo a querer. Para ello se requiere estudio y reflexión e incluso conversaciones con otros matrimonios que tengan más experiencia.
A este respecto, tienen mucha importancia los primeros días de vida del matrimonio, ya que de alguna manera cristalizan el comportamiento futuro de la pareja. Algunas personas que leyeron estas páginas me comentaron dos anécdotas que aclaran lo que quiero decir . En una de ellas se cuenta como a los pocos días de la boda, un joven marido, quizás siguiendo sus antiguos hábitos le dice a su mujer : “ voy a dar una vuelta hasta el bar”. Ella reacciona prontamente y le dice : “ Espera un momento que me arreglo y vamos juntos”. Parece ser que aquel marido comprendió varias cosas :
Que estaba casado y que su consorte corría su propia suerte, y que nunca más saldría solo sin su mujer. 
Sin duda esa esposa poniéndose en su sitio y en su papel supo prevenir males futuros fácilmente adivinables.
También me contaron  que una chica, a los pocos días de la boda, le limpió los zapatos a su marido y su madre, que lo supo, le dijo : “Mira lo que haces porque lo que le empieces a hacer ahora tendrás que hacérselo toda la vida”. No sé cuál puede ser el mensaje de esta anécdota, pero a mi modo de ver confirma la importancia de los primeros meses del matrimonio. En ellos, ambos cónyuges han de esforzarse en servir, sabiendo que ser grande es servir. La propia palabra cónyuge nos indica el yugo de los carros de nuestra tierra gallega que es llevado por dos y que requiere el mismo esfuerzo de ambos para que el carro ande hacia delante. En el matrimonio hay que hacer y hay que hacer hacer. Creo que esta anécdota debe hacer ver a los recién casados que no tienen que ser egoístas aprovechándose del amor del otro, sino servir con libertad y con amor a Dios, quien se siente servido cuando hacemos algo en favor de nuestro prójimo.
Un amigo mío me contaba su teoría respecto a quien debía llevar los pantalones en casa y decía que “una pierna el marido y otra la mujer”. San Pablo escribía a los recién convertidos de Tesalónica y les hacía estas sabrosas consideraciones inspiradas por el Espíritu Santo : “ Manteneos  unánimes y concordes con un mismo amor y con un mismo sentir. No obréis por envidia ni por ostentación ; dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses y buscad siempre el interés de los demás”. No me resisto  a citar algunas consideraciones que el mismo Pablo hace a los conversos de Roma y que pueden aplicarse tanto al marido como a la mujer : Los fuertes debemos llevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos a nosotros mismos. Cada uno cuide de complacer al prójimo para su bien, para su edificación, ya que Cristo no buscó su propia complacencia”. 
Creo que así es como se enseña y aprende a querer : haciendo felices a los demás queriendo para ellos no lo que a nosotros nos gusta sino lo que a ellos les hace bien.
Son estos consejos verdaderamente valiosos y han de estar en nuestra conciencia como códigos que orienten nuestra conducta en todo momento.
El modo de decir las cosas en un momento de enfado, puede hacer heridas casi incurables. También es un modo de querer el decir lo desagradable, si es verdad, con palabras que no hieran sino que ayuden a ver la verdad y a abrazarla.
Para acabar este capítulo, podríamos reflexionar sobre las siguientes cuestiones :
  1. ¿Qué buscas en el matrimonio ?.
  2. ¿Qué ofreces ? .
  3. ¿Qué no encuentras ? .
  4. ¿Qué no das ? .
 
CAPITULO VI : LA CONFESN.
El hijo pródigo se para a pensar la situación de su vida y decide volver a Casa, junto a su Padre que le quiere. Así es lo confesión.
El traje nuevo y limpio de los novios es una señal externa de su situación interior, de la calidad de su alma, al menos en el deseo.
En mi vida de párroco me he encontrado con toda clase de bodas. Tuve viudos que aun viniendo a horas extrañas lo hacían muy bien vestidos. En una ocasión la novia vestía en vez del tradicional traje blanco de cola, un pantalón con volantes muy exótico. En otra ocasión vino un joven con estudios pero con un aire moderno muy llamativo ya que traía florecitas salpicadas por la barba. También acudieron jóvenes de bajo nivel cultural y con una vida bastante desastrosa, lo cual no impidió que ese día viniesen correctamente vestidos y limpios.
Sin embargo, con respecto al alma, al cuidado de su alma, a esa limpieza interior, da la impresión de que se miran al espejo y les parece bien el traje de todos los días. Aunque lleven 15 años con el mismo, sin tocarle ( sin confesarse), no ven manchas en él. Están ciegos, y lo que es peor, dicen que ven y no quieren abrir los ojos a lo que no les interesa. ¿Qué hacer en estos casos ?. Perdonad mi franqueza, pero quien no quiera ver : es un majadero .  Ten confianza en tus posibilidades, haz  examen de conciencia. Para ello hay que tener valentía, la misma que se necesita para mirarse en el espejo cuando se buscan los defectos que todos tenemos y que queremos eliminar.
Puede pasar una paradoja que suele darse en el camino espiritual : que el alma necesitada de más reforma en su conducta, no se afane por conseguirla, no se detenga a alcanzarla. Y al revés. Quizás en estos casos haya que llevar a la práctica la sentencia del Maestro : “Vigilad y orad porque no sabéis ni el día ni la hora”. Hay que hacer oración para pedir la conversión. Para ver la situación del traje de peregrino, hay que vigilar las manchas del alma, con calma, sin prisas, para limpiarlas con la sangre de Cristo que se nos aplica en la confesión.
Sería interesante pedirle a los párrocos que dedicasen una tarde a dar, en ambiente claro de oración y examen, un tiempo de retiro en la parroquia para los que vayan a contraer matrimonio, aunque solo fuese una pareja. Sería como preparar el traje del alma con una dedicación por lo menos parecida a la que se le da al traje de la boda. En una palabra : hay que confesarse y hacerlo bien ya que esto traerá la paz al alma para empezar con buen pie la vida marital y familiar.
 
CAPITULO VII : LA BODA.
Esto quiere ser una guía para la víspera de la boda y para el día señalado para tan grande evento. No trato de dar más que unas sugerencias para que la celebración de la iglesia sea lo más significativa posible.
La víspera de la boda, la novia viene a la iglesia a arreglarla con sus amigas y dejar todo a punto. Es bonito que ella misma colabore y organice a su gusto, si tiene tiempo para ello. Es ella quien ofrece al Señor y a la Virgen aquellas flores y aquel tiempo de espera, que ya es oración. Las flores son pues un regalo al Señor que allí los espera y que bendecirá la boda al día siguiente. No son pues un regalo a sí misma o un acto de vanidad ante los invitados.
Conviene que preguntéis al párroco si hay alguna costumbre en la parroquia para estos casos, y si pensáis cambiar cosas no lo hagáis sin antes avisarlo, pues puede haber razones que desconocéis y que hay que tener en cuenta a la hora de modificar alguno de los aspectos litúrgicos de la iglesia.
El día de la boda conviene afinar más en el respeto a los horarios, al menos con el párroco pues puede tener otros compromisos y es un abuso no tener en cuenta los planes de los demás, especialmente ahora que hay pocos sacerdotes y que son reclamados desde muchas instancias.
A los fotógrafos hay que advertirlos para que dialoguen antes con el párroco sobre lo que quieren hacer, ya que a veces convierten en un estudio de fotografía el altar, se mueven descaradamente sin tener en cuenta los momentos más significativos de la ceremonia o actúan sin pedir el mínimo permiso, cosa que no se atreverían a hacer en ningún establecimiento público. Hay que evitar en lo posible roces que desluzcan la fiesta y que puedan crear situaciones tensas.
La misa ha de vivirse sin prisas y con intensidad. Para ello será bueno escoger en el ritual las distintas opciones, leer los textos de antemano para que “suenen” un poco y tener previsto a algún familiar para que haga una de las lecturas. Recuerdo la emoción de una novia cuando su mejor amiga le leyó una de las cartas de San Pedro en donde se dice que el adorno de la mujer no ha de estar en adornos y en joyas sino en una vida sin manchas. Jamás se le olvidó.
También hay que ser agradecidos con las personas que han hecho posible vuestra boda aunque algunos no puedan estar ese día en la primera fila.
 
CAPITULO VIII : LA MORAL FAMILIAR.
En un libro del conocido psiquiatra Juan Antonio Vallejo Nájera titulado “La puerta de la esperanza” y escrito en sus dos últimos meses de vida en los que ya sabía el tiempo que le quedaba para morir, cuenta el autor su noviazgo con Vicky, la que luego sería su mujer, y dice que desde que la conoció hasta que empezó a pretenderla  había pasado un año : “ Al principio ella salía conmigo pero también con otros. Cuando conseguías que saliera sólo contigo, aunque no hubiera aceptación formal, ya se podía hablar de noviazgo. Y luego, cuando se dejaba coger una mano, la cosa estaba clara.
-¿Cogerle una mano ?- le pregunto haciéndome el tonto.
- Sí, claro, lo que se llama hacer manitas. Yo se las cogí por primera vez en el cine Avenida. Mejor dicho, fue la primera vez que ella me dejó que se las cogiera y las retuviera entre las mías. Intentarlo, lo había intentado muchas veces, pero sin éxito, Aunque te advierto que, luego, a lo largo del noviazgo, no conseguí mucho más. Vicky era muy puritana. Besos sueltos y muy controlados. (p. 133).
Así fue el noviazgo de este ilustre psiquiatra, que luego fue, según el mismo cuenta, un esposo que se escapaba siempre que podía para estar con su mujer y que crió a sus hijos, de los que estaba muy orgulloso, en la austeridad y en el respeto.
Esta anécdota del doctor Vallejo Nájera nos sirve para  explicar lo que verdaderamente significa el noviazgo. El noviazgo es :
  1. Un tiempo santo para el que hay gracia de Dios. No es un tiempo de trámite del que no haya que sentirse responsable.
  2. La santa pureza es virtud para el hombre y para la mujer. Por lo tanto los novios han de comportarse como personas solteras que son, por lo que no pueden acostarse juntos haciendo uso del sexo, absteniéndose de aquellas acciones que lo excitan. La Biblia dice que los fornicadores no entrarán en el reino de los cielos.
  3. Una joven esposa, ya madre de varios hijos, me contaba  cómo su madre siempre le decía que una mujer que no se hacía respetar en el noviazgo, haciendo concesiones, perdía autoridad para siempre en el matrimonio. Esta enseñanza, pasados los años, la seguía manteniendo con sus hijas.
  4. La vivencia de la virtud cristiana y humana de la pureza de acuerdo con las exigencias del estado de la pareja.
  5. El paso previo del matrimonio solo dentro del cual es bueno  el uso del sexo.
  6. La vivencia de la santa pureza con continencia total de cuerpo y espíritu por parte de las personas solteras, que han de poner los medios aconsejados por la Iglesia para evitar las ocasiones próximas de pecado.
Lo mismo se puede decir del tiempo del matrimonio : es un tiempo santo. Pero ¿cómo vivirlo sensatamente e ilusionadamente sin dejarse vencer por la monotonía ?. ¿Hay reglas y normas con respecto a la vida matrimonial para que ésta sea sana ?.
En realidad, basta con una que nos ofrece la Iglesia inspirada en toda la doctrina del Evangelio : Ten a tu consorte un amor integral. Ama su cuerpo y su alma, su salvación eterna y  acertarás”. Todo lo que nos concreta el 6º mandamiento en lo que se refiere a los esposos, viene siendo un respeto a lo que es natural, lo cual significa que no hay que contradecir a la naturaleza sino secundarla. Pero esto, que a simple vista parece tan fácil, a veces necesita de la intervención de un especialista para salvar diversas situaciones comprometidas. Baste saber que Dios no está contra el hombre y que todo lo que nos dice procede de su amor por nosotros y de su interés por defender el amor de los casados y la justicia de sus relaciones. Por eso hay que tener precaución a la hora de enterarse de todo aquello que puede manchar el limpio amor matrimonial. No basta con la buena intención para hacer lo que es bueno. Hay que saber aquello que agrada a Dios y que es conforme a la justicia, igual que para ser médico no basta solo con quererlo sino que además hay que saber medicina.
  Para encauzar con éxito las relaciones matrimoniales podéis valeros de los siguientes principios :
  1. “Quien puede lo más, puede lo que es menos”.
  2. O se usa bien el matrimonio, o no se usa.
  3. Todo acto matrimonial debe estar abierto a la vida.
  4. Por razones graves se pueden regular los nacimientos, pero siempre con métodos naturales que no ofendan a Dios y que respeten el ritmo de la naturaleza.
  5. Los cónyuges no pueden proceder al propio arbitrio, sino que han de conformar su conducta a la intención creadora de Dios, impresa en la naturaleza del matrimonio y de sus actos, y manifestada en la enseñanza constante de la Iglesia.
  6. Cualquier posible decisión de los cónyuges debe partir del deseo sincero de cumplir el plan del Creador y Redentor.
Para más información podéis leer la encíclica de Pablo VI titulada “Humanae vitae”. Nunca se puede alegar ignorancia cuando hay documentos tan detallados y de tanto rango al alcance de la mano de todos en cualquier librería religiosa.
 
El matrimonio es una gran empresa en la que os  embarcáis y que vale la pena. Vividla a fondo y con entrega y veréis cómo también vosotros, desde vuestra propia vida, dejáis un surco profundo y duradero en bien de la sociedad. Ya me lo contaréis dentro de unos años. Mucha suerte hasta entonces..
 
APENDICE I : REFRANERO.
Los refranes son la ciencia del pueblo y tienen una gran aplicación en la vida cotidiana. A continuación se os ofrecen algunos que os pueden servir de buenos consejos para el futuro :
  1. El casado, casa quiere.
  2. Boda y mortaja, del cielo baja.
  3. Ou nas mans ou nos pés semellarás a quen es.
  4. Home casado, home estropeado.
  5. Xente nova e leña verde, todo é fume.
  6. Dos no riñen si uno no quiere.
  7. El hombre es fuego, la mujer estopa, viene el diablo y sopla.
  8. El amor es ciego.
  9. Amor, con amor se paga.
  10. Vale más casarse que abrasarse.
  11. Entre marido y mujer la nariz no has de meter.
  12. “La mujer honrada, la pierna quebrada y en casa” ( El Quijote).
  13. “Doncella honesta, el hacer algo es su fiesta” (El Quijote).
  14. “Quien te cubre, te descubre” (El Quijote) .
  15. A muller que pega ó home, fai ben, se pode.
  16. Os que dormen no mesmo colchón, son da mesma condición.
  17. Mujer compuesta, saca al marido de otra puerta.
  18. Entre santa y santo, pared de cal y canto.
  19. O amor da muller na roupa do home ténse que ver.
  20. Ata as cuncas riñen no cunqueiro.
  21. En cada casa solo debe haber una mujer como solo hay una chimenea
 
APENDICE II : MEDITACION.
Os ofrezco unos puntos de meditación para que unos días antes de la boda os retiréis a una iglesia o a un lugar tranquilo y los vayáis repasando para hablar con Dios, que es el que os llama a esta maravillosa empresa del matrimonio.
“ Hay quien trae hijos al mundo para su industria, para su servicio, para su egoísmo... y no se acuerdan de que son un don maravilloso del Señor, del que tendrán que dar especialísima  cuenta. Traer hijos, solo para continuar la especie, también lo pueden hacer (no os enfadéis) los animales”. (SURCO nº 845).
Un matrimonio cristiano no puede desear cegar las fuentes de la vida porque su amor se funda en el amor de Cristo que es entrega y sacrificio... Además, como recordaba Tobías a Sara, los esposos saben que “ nosotros somos hijos de santos y no podemos juntarnos a manera de los gentiles, que no conocen a Dios.””
“La familia ha de ser una escuela de virtudes cimentada en la santidad misma del matrimonio y proyectada hacia todas las dimensiones de la comunidad. Ella ha de ser siempre el ambiente natural en el cual el cristiano se forme, madure su fe, descubra su vocación y se santifique”. (SURCO nº 846).
“Enseñad a vuestros hijos a rezar, porque el fruto de la creación es la fe. El fruto de la fe el amor. El fruto del amor el servicio, y el fruto del servicio la paz.” ( Juan Pablo II a los obispos colombianos el 15-XII-1989).
“ No olvidéis que el mayor regalo que podéis haceros el uno al otro es el de un corazón puro y un cuerpo virgen” (Madre Teresa de Calcuta en 1988).
“Una familia armoniosa es la única base para una vida social sana” (Teresa de Calcuta) ya que en ella el amor entre  los miembros primará siempre más que las comodidades materiales.
 
APENDICE III : EXAMEN DE CONCIENCIA.
  1. ¿ He procurado reafirmar mi fe buscando la formación religiosa, o por el contrario he dudado deliberadamente o la he puesto en peligro leyendo libros contra la religión o viendo películas anticristianas ?.
  2. ¿He respetado el nombre de Dios, o por el contrario he blasfemado su nombre o el de la Virgen ?.
  3. ¿Comprendo la necesidad grave para mi alma de ir a Misa los domingos y festivos, así como de confesar y comulgar una vez al año por lo menos, o por el contrario me fui abandonando por pereza y por falta de una fe viva y eficaz ?.
  4. ¿Me preocupo de respetar a mis padres y de ayudar a todos los que me rodean o me dejo llevar por el egoísmo pensando solo en mí mismo ?.
  5. ¿He procurado ser respetuoso con los demás viendo en ellos la imagen y semejanza de Dios, o por el contrario los hice sufrir, los incité a pecar, les deseé mal... ?. ¿He participado de alguna manera en quitar la vida a algún inocente ?. ¿Me he drogado alguna vez ?.
  6. ¿Comprendo que el 6º o 9º mandamientos proceden del amor que Dios nos tiene y están para nuestro verdadero bien, o por el contrario no quise saber nada para pecar con más impunidad ?. ¿He aprendido a controlarme y respeto dándome a respetar ?. ¿Consentí en  pensamientos, miradas o acciones impuras ?.
  7. ¿He cumplido debidamente con mi trabajo ?. ¿He gastado más de lo que permite mi situación económica ?.
  8. ¿Me esfuerzo por decir la verdad y por hablar bien de las personas, o por el contrario he mentido o calumniado ?.
 
            Acto de dolor : repite varias veces DIOS MIO PERDÓNAME





Lo expresa magnificamente Lope de Vega en la Dama boba, escena I
“Con las obras respondiste
esas responden mejor
que no hay sin obras amor
Amor en obras consiste”.

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