martes, 15 de mayo de 2012

Jérôme Lejeune, un testigo de la fe

En este año vamos a mirar con calma a los testigos de la fe, para sentir su propio aliento en nuestra fe y así fortalecerla.

Uno de esos testigos es, sin duda, Lejeune un científico en defensa de la vida, del que dijo Juan Pablo II que era "un gran cristiano del S.XX"

Es considerado mundialmente el  padre de la genética y fue el que descubrió el origen del síndrome de Down, el trisómico 21. Con su trato y ciencia dio una gran confianza a los padres de niños con este síndrome y a los niños seguridad.

Baste contar lo que dijo Bruno un joven tratado por el Dr. Lejeune que en la catedral de Notre-Dame, cuando se  celebraba el funeral por el profesor , con voz alta y clara, en el momento de la oración de los fieles,  dice:
-gracias profesor por lo que ha hecho por mi padre y mi madre. A vd. le debo el sentirme orgulloso de mi.


Defendió en todo el mundo al niño no nacido: solía decir: "una sociedad que mata a sus niños ha perdido su alma y su esperanza".  Le atacaron de muchas maneras por la defensa -científica -de la vida y ante las afrentas decía con una sonrisa - como no lucho por mi, no me preocupa que se metan conmigo.


Cuando está enfermo y cercano a la muerte,  llama al sacerdote que le conforta con los sacramentos de la Iglesia y a quien confía que : "mire padre, nunca he traicionado mi fe".


Estas son unas pinceladas de su magnífica vida que pueden ayudarnos a una vivencia gozosa y valiente   de la fe.

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