Quería resaltar unos consejos, que en pleno secuestro, en una angosta habitación con luz sólo en determinadas horas, se da a si mismo y que pueden servir a mucha gente en situaciones de angustia. Él los titula "mis ocho mandamientos", que leería con frecuencia.
- en primer lugar, como hijo de Dios, repítete a ti mismo que quien dispone y permite todo es Dios; siempre permite lo que más convenga. Y ten el valor, como hombre, de mantener tu palabra de cristiano y de amar la voluntad de Dios como venga. EL SABE MAS QUE TU, y quiere lo mejor para ti. No le discutas.
- no puedes hacer nada más que esperar pacientemente. Durará lo que Dios permita.
- si sigues angustiándote, preocupándote y dándole vueltas a la historia, sólo perjudicarás tu salud y saldrás hecho un neurasténico, con sobredosis de calmantes. No ayudarás en nada.
- aprovecha para rezar mucho, hacer actos de desagravio. Métete en las Escrituras, practica la mortificación y el abandono, pide por tu familia, tu mujer , por tus hijos, por papá y hermanos, pero con visión sobrenatural.
- llénate de fe y esperanza pues cada día que pasa es un día menos.
- saca propósitos prácticos para ser mejor a tu regreso, en todos los ambientes: trabajo, familia, medio social y religioso.
- sé optimista, destierra los pensamientos negativos.
- que renazca a diario un nuevo propósito de volver a empezar y no te desesperes, piensa en cuanta gente sufre más que tú en este momento.¡calma, calma! ¡acuérdate y da gracias por tanta gente que está rezando por ti!
Escribe también en su bloc esta oración:
Señor, que se haga tu voluntad y no la mía. Tu sabes lo que nos conviene. Yo no entiendo nada, mi perspectiva es muy limitada. No sé para que me quieres aquí más tiempo, pero sé que si Tú lo permites, es para bien. Y siendo así, aquí me tienes al pie del cañón. ¿quieres otro día aquí? nos lo echamos.¿Otro?,¡ pues otro! Y así lo vamos llevando juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario