" Nosotras también podríamos dar un testimonio sobre la familia". Así me comentaban unas señora mayores después de un día dedicado a la familia en S. Cayetano. Pues bien, el último viernes de mes tuvimos el gusto de escuchar a Pilar, casada , que dio su testimonio a un grupo de jóvenes sobre su experiencia de la familia. Tiene 5 hijos y lleva más de 30 años casada.
Contó como es necesario aceptar lo que Dios ha dispuesto, pues allí , en su voluntad, hay algún camino misterioso para nosotros. Puso el ejemplo de un joven matrimonio en el que ella era una mujer sensata y el marido un poco alocado. Estuvo a punto de dejarlo, pero luego pensó que seguramente Dios le había dado aquel marido para que lo ayudara y lo salvara. Al cabo de pocos años él había cambiado para mejor y eran un matrimonio feliz. Su vida tenía sentido.
Decía también que el marido no tenía por que tener todas las cualidades posibles, a veces podía no tener unas pero con las que tenía podía ser un excelente marido. Puso el ejemplo de uno que no se le daba la cocina, cosa que muchas esposas consideran muy importante, pero a pesar de eso tenía otras condiciones que les hacían felices; considera que para la mujer es un honor hacerle a su marido una comida que le guste.
Tampoco es imprescindible el dinero. Contó como ella y su marido se habían casado teniendo que pedir un préstamo para pagarse el traje de su boda, y empezaron sin nada, pero tenían lo importante: estaban enamorados, les encantaba estar juntos y poco a poco y con mucha ilusión fueron disfrutando de mejoras diarias en su vida.
Hay que tener en cuenta que el hombre y la mujer reaccionan distinto ante un mismo hecho, no por mal sino por psicologías diversas. Por ejemplo a veces pasaba que la mujer hacía algo mal, lo contaba al llegar a casa y el marido en vez de animarla e interesarse por lo que había pasado, dice eso ya lo pensaba yo, que ibas a meter la pata... y así hacen muchos. Pero no hay que tomarlo a mal.
Después hubo varias intervenciones de los asistentes. Uno dijo que tenía un amigo que se había casado 3 veces y que aun siendo amigo suyo creía que su caso no tenía remedio, pero luego se dio cuenta que ciertamente él no tenía soluciones, pero que Dios si las tenía, por eso hay que acudir a Dios en oración para pedirle esas soluciones que El sabe.
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