viernes, 31 de agosto de 2012

C V


COOPERADORES DE LA VERDAD


Cuando el Papa fue a Valencia a la clausura del Congreso de las familias  cuyo tema de estudio era la transmisión de la fe , había muchas banderas vaticanas por las calles y en todas se ponía el escudo papal y  una abreviaturas misteriosas : C V.
 Los que iban conmigo me preguntaron que significaba y de entrada lo primero que se me ocurrió fue que podía ser Ciudad del Vaticano. Pero no me quedé muy conforme y cuando tuve ocasión pregunté a otra persona y me dijo que era el lema del escudo del Papa, Cooperadores de la Verdad. Aquello me  convenció más y así lo dije a todos.

El tema de la Verdad sale con mucha frecuencia en los discursos del papa, pero también en las catequesis de las parroquias. Cuando tengo que explicar la Vida eterna y hablar del Cielo, Purgatorio  e Infierno a los niños,  suelo preguntarles si acerca de la otra vida quieren saber la verdad o prefieren no saber nada, e infaliblemente siempre me contestan que quieren saber la verdad y es cuando les explico el Infierno, pues el Cielo y Purgatorio no encierran especial dificultad para ser creídos. Lo que nos es favorable,  lo creemos sin  discutirlo mucho.

 En una ocasión visitando  las familias para invitarles a la Procesión de Corpus me abrió la puerta una joven, cuando supo a lo que iba me dijo que no le interesaba pues era atea. Le pregunté como había llegado a la conclusión de que Dios no existía y no me supo explicar.  Ya  cuando me despedía le dije como mensaje: Que sepas que Dios te ama. Y ella me contestó, supongo que si.  Era un ateísmo de conveniencia como puede verse.

Vivir en la verdad es el fin de tantos estudios, la verdad del mundo,   del cosmos,   de la historia, de los hombres y su psicología etc. No queremos ser engañados. Por eso el que no sabe de la existencia de Dios. vive en un mundo que no es verdadero, le falta algo importante, no conoce  ese mundo sobrenatural;  es  como el hombre mediocre que está atado mirando a una columna y no ve nada de lo que  ocurre a su alrededor y todo su mundo es la columna. Así aparece pintado  en un  icono del juicio final,  siendo una seria advertencia para todos nosotros. Aparece  en la parte de abajo de la pintura,  indiferente a todo lo que está pasando a su alrededor.

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