Se puede afirmar que todos
tenemos alguna historia de perros que
guardamos como recuerdo de este animal que siempre se le llamó animal fiel a su
amo y amigo del hombre-
Yo tengo mis historias personales
y de otros que me las contaron.
Un buen día hace años me
dirigí a la misa de la mañana del
domingo. La misa era a las 10 y yo llegué a las 9.
Me sorprendió ver a la puerta de la iglesia un
gran perro. Me acerqué con cautela para ver de abrir la puerta, pero se
abalanzaba sobre mí y tuve que dar marcha atrás.
Luego como para hacer demostración de su
fuerza le daba dentelladas a la puerta, sacando
astillas de la
misma. Intenté de nuevo acercarme, pero todo era inútil.
Entonces
se me ocurrió que podría llamar a los bomberos que suelen tener recursos
para todo, no sólo para apagar el fuego.
Los llamé y les conté lo que pasaba y dijeron
que vendrían con la
manguera. Cuando ya se acercaban, el perro se apartó de la puerta y dio una vuelta por el
atrio. Yo le decía que viniera, si no los
bomberos iban a creer que era una broma del mal gusto.
El caso es
que el perro volvió a la puerta y yo me quedé tranquilo.
En seguida llegaron dos jóvenes bomberos y
para mi sorpresa se hicieron amigos del perro inmediatamente y me dijeron que
le abriera la puerta pues el perro quería entrar por algo.
Con un poco de miedo le abrí la
puerta y entramos todos. El perro fue recorriendo el pasillo central siguiendo
algún rastro y luego, despacio salió de mano de los bomberos que se lo llevaron
con ellos.
Me dijeron que era un perro muy
manso y que seguramente su amo había estado en la iglesia en un anterior
funeral y seguía su rastro.
A los pocos días apareció el amo
y se llevó al perro que dejó un ejemplo de buena conducta entre los acogedores
bomberos.
Esta es una copia de la Cruz del perro de Albalate deZorita. Se llama así porque, esta cruz antigua, la encontró un perro, y ahora dicho perro figura en el escudo de la localidad. |
Otra experiencia con perros ya
más corta ha sido de las veces que salgo en bicicleta.
Cuando voy por zona rural los perros salen y a
veces se aproximan demasiado y hay que espantarlos al modo tradicional.
No obstante me dijeron que había unos aparatos
con un dispositivo antiperros que con una cierta emisión de longitud de onda
los perros se alejaban.
Lo compré con mucha ilusión
y estaba deseando ver un perro que me
atacase y así fue, pero el perro al
dicho aparato no le hacía ni caso y tuve que recurrir a los sistemas de siempre.
También me contaron que a un perro en la zona de Noya le murió el amo y
luego de enterrado le fue a ver al cementerio durante todo un año. Todos los
días a la misma hora. Ponía las patitas encima de la sepultura y estaba allí
llorando un buen rato y luego se iba.
Me contaron en Finisterre que en
una ocasión un señor, que no sabía nadar, se cansó de su perro y decidió
ahogarlo. Cogió una chalana subió al perro y remó hacia las afueras, luego
cuando intentó tirarlo por la borda, sin saber como, el también cayó, y como no
sabía nadar estaba en peligro de ahogarse. Gracias el perro, que lo cogió, pudo
salvarse.
Hay muchas más historias pero por
hoy, basta.
En París en una isla del Sena hay
un cementerio de perros con bonitos epitafios y con grandes monumentos que los
recuerdan. Hay uno, que resalta, se llama Barry y pone el epitafio ha salvado 40 vidas.
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