sábado, 25 de marzo de 2017

Manuel Cacheda Vigide, sacerdote con celo por las almas

Ayer recibía, por medio de esas comunicaciones rápidas y modernas, la noticia del fallecimiento de D. Manuel , párroco  in solidum  de San Fernando.

 Como nos pasa a veces, me causó extrañeza, no me lo creía, pues hace unos 10 días que estuve con él, en su habitación de la Casa Sacerdotal, con una conversación distendida y  nada hacía presagiar que aquella iba a  ser nuestra última conversación.

Me  recibió con alegría y agradecimiento y estuvimos conversando de los años 70 en que yo acababa de llegar a Santiago y él era un veterano de la pastoral y de Santiago. Era un momento de gran crisis, la que se llamó la crisis postconciliar.

En unos años D. Manuel fue arcipreste y en aquel momento yo era secretario del arciprestazgo y tomaba nota de las reuniones, algunas aun las conservo,  y estas reuniones reflejan aquellos momentos de cambio. Estuvimos muy unidos en esa labor, intentando una pastoral moderna y de conjunto.

D. Manuel tiene el mérito de haber hecho construir dos iglesias, una en Soutelo de Montes y la otra la de san Fernando en Santiago. 

En Soutelo de Montes conoció a Alexia González Barros que está en proceso de canonización. Allí, en Soutelo,  estaban sus padres y era la hija menor de 7 hermanos. Luego se fueron para Madrid.

La iglesia de San Fernando es un templo grande, muy bien situado en la parroquia y con muchas dependencias, tan necesarias en una parroquia moderna. Decía D. Manuel: competimos en amplitud.

Las obras de San Fernando fueron ocasión de apostolado con numerosas personas y el nuevo templo le ayudó mucho a hacer parroquia y comunidad, según él mismo comentaba.

Cuidó a los niños, visitó escuelas, atendió  a los enfermos de un modo especial. Soy testigo de cómo, aun a horas tardías, iba a visitar y llevar la comunión a los numerosos enfermos que no podía atender a otras horas por la labor intensa en la parroquia.

 Dedicaba horas al confesonario y al acompañamiento espiritual y fruto de sus oraciones y de la atención a la vida espiritual de las almas  son sus 47 vocaciones de todo tipo,  que tiene en su haber. En sus últimos días de la Casa Sacerdotal recordaba con cariño y oraciones a todas ellas -sacerdotes y religosas-  y pedía su perseverancia.

No se acaba en esto su labor sacerdotal,  pues organizó cursillos prematrimoniales, dio retiros a sacerdotes, y dio misiones populares en muchas ocasiones y eran  muy partidario de este medio de conversión y formación.

Comenzó a dar estas misiones por una iniciativa del Cardenal Quiroga que quiso misionar toda la diócesis y él se presentó entre los voluntarios, y ahí comenzó esta  maravillosa experiencia.
Fui a la parroquia que hizo de velatorio y vi una riada de gente que acudía a darle la despedida. También  vi a bastantes sacerdotes que se paraban a rezarle un responso que era secundado por los asistentes. En esa sala donde se le velaba,  hay una exposición con fotos y con las principales fechas y acontecimientos de la parroquia. Será enterrado en la misma iglesia de San Fernando.

Esperamos que siga en el Cielo dando gloria a Dios y pidiendo por su parroquia, por sus amigos y por toda la humanidad.

Nació  en Oiros el 8-11-1923
ordenado el 24-6-1951
falleció en la víspera de la Anunciación : el 24-3-2017

2 comentarios:

  1. Pues sí que se prolongó su trabajo con las misiones populares. Entre el 21 y el 28 de marzo de 1993, año jubilar, predicó una misión en Santa María de Barbeiros junto a un P. Pasionista de La Coruña que se llamaba Jesús Lizarraga Iribarren.
    Que Dios le pague todo su trabajo.
    Menos mal que es Dios y sus dones son infinitos, que si no, si le fuera a pagar en dinero, en minas o en talentos, por todo lo que ha hecho, le iba a quedar la hucha de los ahorros muy desvalida... :D

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  2. También estuvo en la gran Misión de Buenos Aires, aunque no hablaba mucho de esa experiencia.

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