jueves, 2 de marzo de 2017

Un sueño




Me contó un amigo su sueño, y como todos los sueños muy lleno de fantasía.

Sueña que había comido con unos amigos, y después de comer se despide y sale a coger su  coche.

 Mira una montaña bastante alta que está enfrente  llena de arbolado y una carretera bien clara y buena,  que sube y va a otro pueblo. Entonces, este amigo sueña que coge el coche, un coche blanco y cuidado; se pone en marcha por aquella carretera, pero llega un momento que se encuentra andando a pie  a buen ritmo y  montaña arriba. 

Luego de pasar un rato andando se da cuenta que está sin coche. Quiere recordar y nada, no recuerda nada. Entonces discurre que seguramente lo dejó en el camino pero que no se acuerda.
 
Decide volver atrás por la carretera y también por caminos secundarios para acortar, pasa al lado de un rio  en donde había casas apoyadas en piedras puntiagudas algunas de las cuales daban al rio, pensó que era muy bonito y deseó  coger la cámara de fotos para llevarse aquella belleza,  pero le urgía buscar el coche y siguió su marcha.

Por fin, después de andar un buen trecho, se alegra porque ve el coche.  Encuentra   el coche, blanco, en un descampado y con las cuatro puertas abiertas. Se acerca y lo ve lleno de demonios, calculó que podrían ser  diez mil. No sé como los habrá contado. Estaban por todo el interior, en la guantera, debajo de los asientos,  sobre  los espejos, en el  maletero,  entre las ruedas… por todo.

 No quiso entrar, le dio un poco de miedo,  pero recordó que el demonio le tiene pánico al nombre de MARÍA, entonces dijo el nombre de María cientos de veces mirando para dentro del coche y veía como los demonios salían en desbandada en grupos,  unos detrás de otros,  hasta  que al final quedó el coche liberado, y ya entonces entra y  se puso de nuevo en marcha.
Ahí terminó el sueño de mi amigo.

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