Con un permiso especial pudimos ver las excavaciones en
torno a la sepultura de S. Pedro, obispo de Roma. Suelen pasar por allí a
diario unas 500 personas. Al principio era una visita restringida sólo para expertos, pero ahora está regulada para
sean muchos los que las ven.
Fuimos en dos grupos
de 14 y nos fueron llevando por pasadizos que recorrían un cementerio de los
siglos I,II y III. Era un cementerio para paganos y cristianos sin distinción.
Ya en aquella época había incineración entre los paganos y se pueden ver
vasijas de barro en donde se guardaban las cenizas. Los cristianos, imitando a
Jesús, eran sepultados como la semilla que se echa en tierra. Las inscripciones
se van mezclando entre las paganas y las nuevas de los cristianos. Las paganas
solían tener esta inscripción D.M. Diis manibus. A los dioses familiares.
Por esa puerta se entra a las excavaciones |
Las excavaciones empezaron
en tiempos de Pio XII, en el año 1939, después de XVI siglos, y les dio
remate Pablo VI. Los expertos pronto encontraron un sepulcro especial, sencillo
pero protegido, de un hombre del siglo I, muerto en torno a los 50
años, fuerte y de origen palestino. Todo hace pensar en S. Pedro. A esto se
añaden los grafiti al lado del sepulcro que confirman que allí estaba Pedro y a
él se encomendaban los que por allí acudían a rezarle.
Pio XII quiso expresamente ser enterrado lo más cerca de ese
sepulcro y Pablo VI dijo que se puede pensar según los datos que tenemos que se trata de la tumba de San Pedro Apóstol.
Había una calle estrecha y en ella se pueden ver panteones
de diversa calidad. Hay un dintel de un enterramiento muy interesante en donde
se dice de Caius que fue enterrado al lado del circo. Las sepulturas llegan
hasta el Tiber, pero al encontrar la de Pedro se dio por terminada la
exploración.
Hay un epitafio de un tal Olimpus que data no la fecha de la muerte como ahora, sino los años que vivió
que fueron 35, también pone los días y
las horas. De él dice que siempre estaba de acuerdo con todos y que nunca
discutió con otras personas. Lo pone en latín, desde luego. Aparece también la
tumba de alguien que fue pescador, tal vez un cristiano, y está adornada con dos peces. Uno que pica el
anzuelo y otro que huye; quizá quiere explicar la libertad de seguir a Cristo,
el que no quiere seguirle, se va.
Hay que decir que los paganos tienen representaciones de
vida y del más allá. También ellos
creían en una vida después de esta. Se usa a veces el símbolo del pavo real, que es símbolo de inmortalidad.
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