Recuperó una espiritualidad que tenía muerta

Este  lunes los peregrinos eran casi todos de habla española. Había también dos polacos pero no sabían ni ingles ni francés y al poco se marcharon.

Dio un bonito testimonio Rafael de Málaga, profesor jubilado, creyente.

 Dijo que en el camino cada uno  se va reconociendo a si mismo.

 Vino acompañado de su mujer y está agradecido pues por la oración de muchos se ve curado de un cáncer. Aprendió la espiritualidad de la vida, dijo.

Una argentina de los Servidores de la Inmaculada Madre dice que se le abrió más el corazón para poder amar cada día más a Jesús a través de María su madre.

También había  peregrinos  de Venezuela y contaron que sintieran algo especial al visitar la cripta. Reflexionaron mucho sobre su familia y su país.

Jordi, un catalán, dice que encontró paz en el camino y que recuperó una espiritualidad que tenía muerta. Esto es habitual en muchos peregrinos. Dios les toca de diversas maneras.

 Yo les conté que un peregrino hace años no se atrevía a confesar y estuvo a la Misa de las 12 a todo, oyó la predicación, los cantos,  las lecturas, pero no le decidieron  y, sin embargo,  al ver el Botafumeiro fue cuando se movió a confesarse. Esas bromas tiene Dios.

Una peregrina de Granada decía que todos los peregrinos van al camino buscando algo aunque no lo digan  ni piensen, y ese algo que buscan en el fondo es a Dios y muchos lo encuentran.

 Contaron que les gustaba convivir con la gente. Se hicieron amigos de cuatro chicas que venía juntas, les invitaron a ir a misa el domingo, les dijeron en donde la había y la hora.

 Ellas fueron delante y los granadinos no sabían lo que harían pues  iban más lentos, pero fue grande su alegría cuando vieron a las cuatro en la Misa del pueblo.

 Una de ellas les comentó “cuando se entere mi madre de que fui a Misa,  que contenta se va a poner”.

Estos mismos peregrinos de granada contaron que en Ponferrada entraron en una iglesia y allí estaba un joven sentado a lo bonzo que les vio entrar.

 Hicieron lo que siempre hacen, una buena genuflexión al Santísimo y luego se quedaron un rato de rodillas ante el altar.

 Eso le impresionó mucho al joven que sintió la necesidad de contarles el impacto que les había producido su Fe. A veces un detalle sincero como este,  cuanto bien hace.

Las fotos sobre la Biblia renovando la fe, se hicieron en el Pórtico de la Gloria, recordando también  a los antiguos peregrinos que  renovaban su fe en la columna del parteluz,   al llegar a la Catedral.