El lunes día 30 de septiembre hemos tenido una celebración
para peregrinos.
Estaba una joven polaca que entendía bastante el español
aunque también se expresaba en inglés.
Estaba un joven de cerca de Nueva York. También estaba un matrimonio mejicano que se
encontraban muy emocionados. Un italiano joven, que hizo la lectura, y varios españoles.
Marco, italiano, es natural de Génova y anduvo 55 días a
pié, haciendo un recorrido de unos 1000 kl.; según él, el camino le abrió el
corazón que lo tenía un poco chiuso,
cerrado al interés por los demás. Ahora se siente bien y solidario. Está
buscando su camino en la vida para ir por donde Dios quiera y cree que está
haciendo lo que es correcto. Está en la buena dirección, dijo.
La joven polaca, venía desde Roncesvalles para encontrarse
con Dios y fortalecer su fe. Este regalo Dios se lo ha concedido. Llegó un
momento en que veía y encontraba a Dios en todo. En la gente, en la naturaleza, en una conversación etc. Preguntada qué había aprendido, nos contó que aprendió
a descansar en Dios, a dejar que El se ocupe de los problemas. Esto le hacía mucha
falta, pues lo quería controlar todo,
hasta el más pequeño detalle.
El matrimonio mejicano vino desde Bilbao por diversos medios
y están pidiendo al Apóstol Santiago y a la Virgen de Guadalupe por sus hijas y
nietos.
Alejandro venía por segunda vez y quería hacer el camino en
soledad y con ánimo de aprender. También en este camino cumplía una promesa. Estaba muy
impresionado de ver la unión de los peregrinos aun siendo de distintos países y
culturas. Citó varios, en concreto a jóvenes que venían del Líbano. En el camino
se animaba a si mismo, cuando le llegaba el cansancio, diciéndose: Tengo que
llegar. Tuvo la sensación de libertad y comentaba que le gustaba hablar con
tanta gente y tan variada. Aprendió mucho.
Un chico de Estados Unidos dijo que fue a Finisterre. Le
pregunté que había sentido allí. Me contestó que sentía muchas emociones, una
especie de recapitulación del recorrido del camino, de todo lo que había
experimentado. También allí, en aquel
ambiente de montaña y mar, recordó muchas cosas de su vida.
Otro me dijo que venía de Sevilla y que vino fundamentalmente
para dar gracias a Dios. El camino te da la libertad de estar contigo mismo. Hay
muchos momentos de pensar, que son impagables. También la vida espiritual se recarga de Dios y por el
camino se van dejando pesares y nos llenamos de fe.
Tuvo una rodilla mal, inflamada y con dolor, y, entonces, se sentaba a descansar mientras pasaban otros
peregrinos que se interesaban por él y
le mostraban su deseo de ayudarle y de servirle en lo que necesitaba.
Era algo general.
Al final, después de cantar la Salve Regina a la Virgen del
Pilar, fuimos al sepulcro del Apóstol en donde todos hicieron peticiones.
Terminamos en el Pórtico de la Gloria - La Biblia en piedra - y allí, siguiendo la traza de los antiguos peregrinos hicimos una acto de fe personal con la mano, no sobre la columna, sino sobre la Biblia, ganando así una indulgencia plenaria.
Luego la bendición y despedida.
Terminamos en el Pórtico de la Gloria - La Biblia en piedra - y allí, siguiendo la traza de los antiguos peregrinos hicimos una acto de fe personal con la mano, no sobre la columna, sino sobre la Biblia, ganando así una indulgencia plenaria.
Luego la bendición y despedida.
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