sábado, 23 de julio de 2016

Algunas anécdotas recientes




La exposición sobre la misericordia es una fuente de anécdotas constante, pues vienen visitantes de todo tipo.

 Una señora  estaba esperando a unos amigos y entró. El seminarista que enseña la exposición se ofreció a darle una explicación,  pues eso abre bastante los ojos.

 Lo aceptó sin mucho entusiasmo y vio la primera parte y  ya cuando tuvo que subir a la sala de arriba prefirió ir sola.

  Pasado un tiempo,  bajó repitiendo una frase que  había leído en el Padre Pio y que le impresionó mucho:
“Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración... La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón...”
San Pío de Pietrelcina.

Al encontrar de nuevo al guí,  le dijo que sólo por aquella frase ya valía la pena  haber visto la exposición.

 Cuando ya iba a salir le dijo el guía que esperara, pues hay un cestito con frases sobre la misericordia de varios santos, y se lo   ofreció a que escogiera un papelito con esas frases  al azar,  entre muchos. Cuando lo leyó quedo conmovida pues era el mismo del P. Pio  que había visto hacía un momento.

Otra historia es la de una persona que vino sin prisas y le explicamos todo y al llegar a la imagen de S. José Benito Cottolengo,  le explicamos algo de su vida  y ella añadió una  pequeña historia personal.

 Había trabajado durante años en el Cottolengo de Santiago y que  antes de entrar ocurrió un hecho excepcional.
 Nos contó que su madre enviaba al Cottolengo,  leche de sus vacas,  que a veces le sobraba, pero un día se empeñó en mandarle  12 litros de leche. Lo llevó y cuándo  se lo ofreció a la superiora , ésta le preguntó si sabía lo había pasado ese día con la leche  y le contó que se habían estropeado 12 litros de leche de la casa y que no tenían nada para desayunar. Naturalmente esta señora no sabía nada y el hecho y la sorpresa le quedaron  grabados  para toda la vida.

 La coincidencia fue una muestra más de cómo la divina Providencia vela por sus hijos pequeños que creen en Dios.

Otra persona que oyó con atención las distintas explicaciones sobre la misericordia a través de las imágenes,  comentó que interiormente le habían ayudado y que marchaba muy reconfortada.

Ya en otro capítulo de cosas,  ayer estuve en una penitencial en un hotel cerca de Santiago para jóvenes que se iban a Polonia a la JMJ

. Llegaron  con sus maletas de distintos sitios de Galicia y allí vi un ambiente de alegría y de ilusión  increíble. Tendrían la penitencial ,  luego la cena y a  continuación coger el autobús toda la noche  hasta S. Sebastían.

Me acordéde la Biblia que dice al ir iban llorando, al venir venían  cantando. En este caso ya iban cantando.

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