domingo, 24 de julio de 2016

Francisco Domínguez Lobelos, Párroco de Cesullas




Ayer recibíamos la notificación del fallecimiento de D. Francisco, párroco de Cesullas,  que será enterrado el domingo en su parroquia natal de Duyo.

Había nacido el 20 de marzo de 1936 y tenía 80 años. Su parroquia natal es una  zona histórica,  el antiguo Dugium, a un paso de Finisterre. El vivió en la aldea de Mallas.

Le conocí en el seminario y luego nos veíamos en el verano, pues yo pasaba una parte de mis vacaciones en Finisterre. Nos entendíamos  muy bien con los sacerdotes de la zona que eran muy comprensivos con nosotros y para  ayudarnos nos llevaban a los funerales. En aquella época las familias deseaban muchos sacerdotes en  los actos por los  difuntos, y a  los seminaristas, aunque éramos unos adolescentes, nos miraban con el mismo cariño con que miraban a los sacerdotes.

Cuando estuve en Vimianzo vino alguna vez a comer a mi casa y siempre fuimos buenos amigos.
La última vez que lo vi fue, hace poco tiempo,  en un retiro a sacerdotes en Vimianzo y a la hora de la comida pude hablar con él un momento y le pregunté cómo iba de salud. Me dijo que bien, aunque yo sabía que estaba bastante mal. Dicen los compañeros que nunca se quejaba.

Entendió muy bien la parroquia de Cesullas  y alli fue flexible en muchas cosas en que podía serlo. Cuando cumplió 50 años de sacerdote recibió el cariñoso homenaje de sus feligreses. Apareció una hermosa  carta en la Voz de Galicia (28.8.2011) que lo describe muy bien, como amante de las tradiciones y, en todo, con espíritu sacerdotal.

Estuvo en Cesullas desde 1977. Allí actuó sabiamente con los diversos grupos, modernizó el cementerio, fundó caritas y un coro parroquial y se destacó en todo momento por su paciencia, sentido del humor y simpatía. Así le veían los vecinos. Los feligreses se sentían queridos y se entregó a una labor sacerdotal y humana.

Tenía  varios encargos pastorales: Párroco de Cesullas,  encargado de Corcoesto, párroco moderador de Nantón y administrador parroquial de Riobó. Desde luego no tenía tiempo  para aburrirse.

El funeral fue en el atrio de la iglesia de Duyo. Asistió el Sr Obispo Auxiliar D.Jesús que presidio la concelebración. Eran numerosos los sacerdotes que le acompañaron,  la mayoria de su curso que también  fue muy numeroso.

El Sr Obispo habló de la oración siguiendo el Evangelio del domingo. Pidió a  los laicos que tuviesen cariño a  los sacerdotes y que rezaran por ellos  y por nuevas vocaciones.

El párroco del lugar, D. Silvestre Areas Pérez dio  las gracias a todos,  en especial al Sr. Obispo por asistir a este entierro y por visitar, en su momento,  a D. Francisco , cuya visita le  dejó  muy confortado.

Que descanse en Paz y disfrute del premio de sus trabajos y de la misericordia de Dios que siempre necesitamos


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